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Dependencia (2/2)

  • Pues así como en un cuerpo tenemos muchos miembros, pero no todos los miembros tienen la misma función, así nosotros, que somos muchos, somos un cuerpo en Cristo e individualmente miembros los unos de los otros.
  • Bendito sea el Señor, que cada día lleva nuestra carga,
    el Dios que es nuestra salvación. (Selah)
  • He aquí, Dios es el que me ayuda;
    el Señor es el que sostiene mi alma.
  • En ti, oh Señor, me refugio;
    jamás sea yo avergonzado;
    líbrame en tu justicia.
  • Mas tú, oh Señor, eres escudo en derredor mío,
    mi gloria, y el que levanta mi cabeza.
  • Él ha hecho todo apropiado a su tiempo. También ha puesto la eternidad en sus corazones; sin embargo, el hombre no descubre la obra que Dios ha hecho desde el principio hasta el fin.
  • Desde lo más profundo, oh Señor, he clamado a ti.
    ¡Señor, oye mi voz!
    Estén atentos tus oídos
    a la voz de mis súplicas.
  • El Señor empobrece y enriquece;
    humilla y también exalta.
  • La salvación es del Señor.
    ¡Sea sobre tu pueblo tu bendición! (Selah)
  • Entonces Job se levantó, rasgó su manto, se rasuró la cabeza, y postrándose en tierra, adoró, y dijo:
    Desnudo salí del vientre de mi madre
    y desnudo volveré allá.
    El Señor dio y el Señor quitó;
    bendito sea el nombre del Señor.
  • Y para que con gozo llegue a vosotros por la voluntad de Dios, y encuentre confortante reposo con vosotros.
  • Danos hoy el pan nuestro de cada día.
  • Nuestro Dios está en los cielos;
    Él hace lo que le place.
  • Así pues, Pedro era custodiado en la cárcel, pero la iglesia hacía oración ferviente a Dios por él.
  • Cuando comían sus pastos, se saciaron,
    y al estar saciados, se ensoberbeció su corazón;
    por tanto, se olvidaron de mí.
  • Porque los que viven conforme a la carne, ponen la mente en las cosas de la carne, pero los que viven conforme al Espíritu, en las cosas del Espíritu.
  • Tú enciendes mi lámpara, oh Señor;
    mi Dios que alumbra mis tinieblas.
  • A ti extiendo mis manos;
    mi alma te anhela como la tierra sedienta. (Selah)

Versículo de la Biblia del día

Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos juntos en un mismo lugar. De repente vino del cielo un ruido como el de una ráfaga de viento impetuoso que llenó toda la casa donde estaban sentados.

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Versículo de la Biblia al Azar

He aquí, yo soy el Señor, el Dios de toda carne, ¿habrá algo imposible para mí?Siguiente versículo!Con imagen

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