- En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros y envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados.
- Pero de día mandará Jehová su misericordia
y de noche su cántico estará conmigo,
y mi oración al Dios de mi vida. - Por esto mismo, poned toda diligencia en añadir a vuestra fe virtud; a la virtud, conocimiento; al conocimiento, dominio propio; al dominio propio, paciencia; a la paciencia, piedad; a la piedad, afecto fraternal; y al afecto fraternal, amor.
- Y si repartiera todos mis bienes para dar de comer a los pobres, y si entregara mi cuerpo para ser quemado, y no tengo amor, de nada me sirve.
- No aborrecerás a tu hermano en tu corazón. Reprenderás a tu prójimo, para que no participes de su pecado. No te vengarás ni guardarás rencor a los hijos de tu pueblo, sino amarás a tu prójimo como a ti mismo. Yo, Jehová.
- Porque mejor es tu misericordia que la vida,
mis labios te alabarán.
Así te bendeciré en mi vida;
en tu nombre alzaré mis manos. - Pero tú, hombre de Dios, huye de estas cosas y sigue la justicia, la piedad, la fe, el amor, la paciencia, la mansedumbre.
- Y andad en amor, como también Cristo nos amó y se entregó a sí mismo por nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios en olor fragante.
- Éste es el mensaje que habéis oído desde el principio: que nos amemos unos a otros.
- Cuando yo decía: «Mi pie resbala»,
tu misericordia, Jehová, me sostenía. - Amados, si Dios así nos ha amado, también debemos amarnos unos a otros.
- Permanezca el amor fraternal. No os olvidéis de la hospitalidad, porque por ella algunos, sin saberlo, hospedaron ángeles.
- Aquél, respondiendo, dijo: —Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas y con toda tu mente; y a tu prójimo como a ti mismo.
- «Porque los montes se moverán
y los collados temblarán,
pero no se apartará de ti mi misericordia
ni el pacto de mi paz se romperá»,
dice Jehová, el que tiene misericordia de ti. - Amados, amémonos unos a otros, porque el amor es de Dios. Todo aquel que ama es nacido de Dios y conoce a Dios.
- No améis al mundo ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él.
- Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros.
- Si me amáis, guardad mis mandamientos.
- Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó.
- Porque grande hasta los cielos es tu misericordia
y hasta las nubes tu verdad. - Porque tú, Señor, eres bueno y perdonador,
y grande en misericordia para con todos los que te invocan. - El que tiene mis mandamientos y los guarda, ése es el que me ama; y el que me ama será amado por mi Padre, y yo lo amaré y me manifestaré a él.
- Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos).
- Sabemos, además, que a los que aman a Dios, todas las cosas los ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.
- En esto se mostró el amor de Dios para con nosotros: en que Dios envió a su Hijo unigénito al mundo para que vivamos por él.
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