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Versículos de la Biblia sobre 'Ley'

Todos los que sin la Ley han pecado, sin la Ley también perecerán; y todos los que bajo la Ley han pecado, por la Ley serán juzgados.Porque todos los que sin ley han pecado, sin ley también perecerán; y todos los que bajo la ley han pecado, por la ley serán juzgados.
Todo aquel que comete pecado, infringe también la Ley, pues el pecado es infracción de la Ley.Todo aquel que comete pecado, infringe también la ley; pues el pecado es infracción de la ley.
¿Qué, pues, diremos? ¿La Ley es pecado? ¡De ninguna manera! Pero yo no conocí el pecado sino por la Ley; y tampoco conocería la codicia, si la Ley no dijera: «No codiciarás».¿Qué diremos, pues? ¿La ley es pecado? En ninguna manera. Pero yo no conocí el pecado sino por la ley; porque tampoco conociera la codicia, si la ley no dijera: No codiciarás.
Porque por las obras de la Ley ningún ser humano será justificado delante de él, ya que por medio de la Ley es el conocimiento del pecado.Ya que por las obras de la ley ningún ser humano será justificado delante de él; porque por medio de la ley es el conocimiento del pecado.
Mucha paz tienen los que aman tu Ley, y no hay para ellos tropiezo.Mucha paz tienen los que aman tu ley, Y no hay para ellos tropiezo.
Pues el fin de la Ley es Cristo, para justicia a todo aquel que cree.Porque el fin de la ley es Cristo, para justicia a todo aquel que cree.
Sobrellevad los unos las cargas de los otros, y cumplid así la ley de Cristo.Sobrellevad los unos las cargas de los otros, y cumplid así la ley de Cristo.
Bienaventurados los íntegros de camino, los que andan en la Ley de Jehová.Bienaventurados los perfectos de camino, Los que andan en la ley de Jehová.
El hacer tu voluntad, Dios mío, me ha agradado, y tu Ley está en medio de mi corazón.El hacer tu voluntad, Dios mío, me ha agradado, Y tu ley está en medio de mi corazón.
El amor no hace mal al prójimo; así que el cumplimiento de la Ley es el amor.El amor no hace mal al prójimo; así que el cumplimiento de la ley es el amor.
Porque el aguijón de la muerte es el pecado, y el poder del pecado es la Ley.Ya que el aguijón de la muerte es el pecado, y el poder del pecado, la ley.
Incluso la oración le es abominable al que aparta su oído para no escuchar la Ley.El que aparta su oído para no oír la ley, Su oración también es abominable.
Porque toda la Ley en esta sola palabra se cumple: «Amarás a tu prójimo como a ti mismo.»Porque toda la ley en esta sola palabra se cumple: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.
¿Qué, pues? ¿Pecaremos porque no estamos bajo la Ley, sino bajo la gracia? ¡De ninguna manera!¿Qué, pues? ¿Pecaremos, porque no estamos bajo la ley, sino bajo la gracia? En ninguna manera.
El pecado no se enseñoreará de vosotros, pues no estáis bajo la Ley, sino bajo la gracia.Porque el pecado no se enseñoreará de vosotros; pues no estáis bajo la ley, sino bajo la gracia.
De Cristo os desligasteis, los que por la Ley os justificáis; de la gracia habéis caído.De Cristo os desligasteis, los que por la ley os justificáis; de la gracia habéis caído.
No penséis que he venido a abolir la Ley o los Profetas; no he venido a abolir, sino a cumplir.No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino para cumplir.
Y según la Ley, casi todo es purificado con sangre; y sin derramamiento de sangre no hay remisión.Y casi todo es purificado, según la ley, con sangre; y sin derramamiento de sangre no se hace remisión.
No desecho la gracia de Dios, pues si por la Ley viniera la justicia, entonces en vano murió Cristo.No desecho la gracia de Dios; pues si por la ley fuese la justicia, entonces por demás murió Cristo.
No debáis a nadie nada, sino el amaros unos a otros, pues el que ama al prójimo ha cumplido la Ley.No debáis a nadie nada, sino el amaros unos a otros; porque el que ama al prójimo, ha cumplido la ley.
Pero ahora, aparte de la Ley, se ha manifestado la justicia de Dios, testificada por la Ley y por los Profetas: la justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo, para todos los que creen en él, porque no hay diferencia.Pero ahora, aparte de la ley, se ha manifestado la justicia de Dios, testificada por la ley y por los profetas; la justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo, para todos los que creen en él. Porque no hay diferencia.
La ley de Jehová es perfecta: convierte el alma; el testimonio de Jehová es fiel: hace sabio al sencillo.La ley de Jehová es perfecta, que convierte el alma; El testimonio de Jehová es fiel, que hace sabio al sencillo.
Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu, porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte.Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu. Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte.
Nosotros —judíos de nacimiento y no pecadores de entre los gentiles—, sabiendo que el hombre no es justificado por las obras de la Ley, sino por la fe de Jesucristo, nosotros también hemos creído en Jesucristo, para ser justificados por la fe de Cristo y no por las obras de la Ley, por cuanto por las obras de la Ley nadie será justificado.Nosotros, judíos de nacimiento, y no pecadores de entre los gentiles, sabiendo que el hombre no es justificado por las obras de la ley, sino por la fe de Jesucristo, nosotros también hemos creído en Jesucristo, para ser justificados por la fe de Cristo y no por las obras de la ley, por cuanto por las obras de la ley nadie será justificado.
Aquel, pues, que os da el Espíritu y hace maravillas entre vosotros, ¿lo hace por las obras de la Ley o por el oír con fe?Aquel, pues, que os suministra el Espíritu, y hace maravillas entre vosotros, ¿lo hace por las obras de la ley, o por el oír con fe?

Uno solo es el dador de la Ley, que puede salvar y condenar; pero tú, ¿quién eres para que juzgues a otro?Uno solo es el dador de la ley, que puede salvar y perder; pero tú, ¿quién eres para que juzgues a otro?
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Versículo de la Biblia del día

Así como abundan en nosotros las aflicciones de Cristo, así abunda también por el mismo Cristo nuestra consolación.

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