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Versículos de la Biblia sobre el Cuerpo

  • ¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual habéis recibido de Dios, y que no sois vuestros?, pues habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios.
  • De la manera que en un cuerpo tenemos muchos miembros, pero no todos los miembros tienen la misma función, así nosotros, siendo muchos, somos un cuerpo en Cristo, y todos miembros los unos de los otros.
  • Tú formaste mis entrañas;
    me hiciste en el vientre de mi madre.
    Te alabaré, porque formidables y maravillosas son tus obras;
    estoy maravillado
    y mi alma lo sabe muy bien.
  • Mi carne y mi corazón desfallecen;
    mas la roca de mi corazón y mi porción
    es Dios para siempre.
  • Quita, pues, de tu corazón el enojo y aparta de tu carne el mal, porque la adolescencia y la juventud son vanidad.
  • El corazón alegre es una buena medicina,
    pero el espíritu triste seca los huesos.
  • Velad y orad para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil.
  • Y la paz de Dios gobierne en vuestros corazones, a la que asimismo fuisteis llamados en un solo cuerpo. Y sed agradecidos.
  • No seas sabio en tu propia opinión,
    sino teme a Jehová y apártate del mal,
    porque esto será medicina para tus músculos
    y refrigerio para tus huesos.
  • Panal de miel son los dichos suaves,
    suavidad para el alma y medicina para los huesos.
  • Porque el ejercicio corporal para poco es provechoso, pero la piedad para todo aprovecha, pues tiene promesa de esta vida presente y de la venidera.
  • Por tanto, no desmayamos; antes, aunque este nuestro hombre exterior se va desgastando, el interior no obstante se renueva de día en día.
  • Sino que golpeo mi cuerpo y lo pongo en servidumbre, no sea que, habiendo sido heraldo para otros, yo mismo venga a ser eliminado.
  • Por tanto os digo: No os angustiéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No es la vida más que el alimento y el cuerpo más que el vestido?
  • Un solo cuerpo y un solo Espíritu, como fuisteis también llamados en una misma esperanza de vuestra vocación.
  • Así como el cuerpo es uno, y tiene muchos miembros, pero todos los miembros del cuerpo, siendo muchos, son un solo cuerpo, así también Cristo.
  • No temáis a los que matan el cuerpo pero el alma no pueden matar; temed más bien a aquel que puede destruir el alma y el cuerpo en el infierno.
  • Todos ofendemos muchas veces. Si alguno no ofende de palabra, es una persona perfecta, capaz también de refrenar todo el cuerpo.
  • ¡Dios, Dios mío eres tú!
    ¡De madrugada te buscaré!
    Mi alma tiene sed de ti,
    mi carne te anhela
    en tierra seca y árida
    donde no hay aguas.
  • No os angustiéis por vuestra vida, qué comeréis; ni por el cuerpo, qué vestiréis. La vida es más que la comida, y el cuerpo más que el vestido.
  • Sabemos que si nuestra morada terrestre, este tabernáculo, se deshace, tenemos de Dios un edificio, una casa no hecha por manos, eterna, en los cielos.
  • De la costilla que Jehová Dios tomó del hombre, hizo una mujer, y la trajo al hombre. Dijo entonces Adán: «¡Ésta sí que es hueso de mis huesos y carne de mi carne! Será llamada “Mujer”, porque del hombre fue tomada.» Por tanto dejará el hombre a su padre y a su madre, se unirá a su mujer y serán una sola carne.
  • Por tanto, si tu ojo derecho te es ocasión de caer, sácalo y échalo de ti, pues mejor te es que se pierda uno de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea arrojado al infierno.
  • El marido debe cumplir con su mujer el deber conyugal, y asimismo la mujer con su marido. La mujer no tiene dominio sobre su propio cuerpo, sino el marido; ni tampoco tiene el marido dominio sobre su propio cuerpo, sino la mujer.
  • Porque por un solo Espíritu fuimos todos bautizados en un cuerpo, tanto judíos como griegos, tanto esclavos como libres; y a todos se nos dio a beber de un mismo Espíritu.

Y si repartiera todos mis bienes para dar de comer a los pobres, y si entregara mi cuerpo para ser quemado, y no tengo amor, de nada me sirve.
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Versículo de la Biblia del día

¿Qué, pues, diremos? ¿Perseveraremos en el pecado para que la gracia abunde? ¡De ninguna manera! Porque los que hemos muerto al pecado, ¿cómo viviremos aún en él?

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Versículo de la Biblia al Azar

Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz y no de mal, para daros el fin que esperáis.Siguiente versículo!Con imagen

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