- Pues, así como cada uno de nosotros tiene un solo cuerpo con muchos miembros, y no todos estos miembros desempeñan la misma función, también nosotros, siendo muchos, formamos un solo cuerpo en Cristo, y cada miembro está unido a todos los demás.
- Bendito sea el Señor, nuestro Dios y Salvador,
que día tras día sobrelleva nuestras cargas. Selah - Pero Dios es mi socorro;
el Señor es quien me sostiene. - En ti, Señor, busco refugio;
jamás permitas que me avergüencen;
en tu justicia, líbrame. - Pero tú, Señor, me rodeas cual escudo;
tú eres mi gloria;
¡tú mantienes en alto mi cabeza! - Dios hizo todo hermoso en su momento, y puso en la mente humana el sentido del tiempo, aun cuando el hombre no alcanza a comprender la obra que Dios realiza de principio a fin.
- A ti, Señor, elevo mi clamor
desde las profundidades del abismo.
Escucha, Señor, mi voz.
Estén atentos tus oídos a mi voz suplicante. - El Señor da la riqueza y la pobreza;
humilla, pero también enaltece. - Tuya es, Señor, la salvación;
¡envía tu bendición sobre tu pueblo! Selah - Al llegar a este punto, Job se levantó, se rasgó las vestiduras, se rasuró la cabeza, y luego se dejó caer al suelo en actitud de adoración. Entonces dijo:
«Desnudo salí del vientre de mi madre,
y desnudo he de partir.
El Señor ha dado; el Señor ha quitado.
¡Bendito sea el nombre del Señor!» - Danos hoy nuestro pan cotidiano.
- De este modo, por la voluntad de Dios, llegaré a ustedes con alegría y podré descansar entre ustedes por algún tiempo.
- Nuestro Dios está en los cielos
y puede hacer lo que le parezca. - Pero, mientras mantenían a Pedro en la cárcel, la iglesia oraba constante y fervientemente a Dios por él.
- Les di de comer, y quedaron saciados,
y una vez satisfechos, se volvieron arrogantes
y se olvidaron de mí. - Los que viven conforme a la naturaleza pecaminosa fijan la mente en los deseos de tal naturaleza; en cambio, los que viven conforme al Espíritu fijan la mente en los deseos del Espíritu.
- Tú, Señor, mantienes mi lámpara encendida;
tú, Dios mío, iluminas mis tinieblas. - Hacia ti extiendo las manos;
me haces falta, como el agua a la tierra seca. Selah
