- ¿Quién eres tú para juzgar al siervo de otro? Que se mantenga en pie, o que caiga, es asunto de su propio señor. Y se mantendrá en pie, porque el Señor tiene poder para sostenerlo.
- Que reciban misericordia, paz y amor en abundancia.
- El que no ama no conoce a Dios, porque Dios es amor.
- Enseña a los esclavos a someterse en todo a sus amos, a procurar agradarles y a no ser respondones. No deben robarles, sino demostrar que son dignos de toda confianza, para que en todo hagan honor a la enseñanza de Dios nuestro Salvador.
- Ahora, pues, permanecen estas tres virtudes: la fe, la esperanza y el amor. Pero la más excelente de ellas es el amor.
- Sino que el amor perfecto echa fuera el temor. El que teme espera el castigo, así que no ha sido perfeccionado en el amor.
- Y nosotros hemos llegado a saber y creer que Dios nos ama. Dios es amor. El que permanece en amor, permanece en Dios, y Dios en él.
- Si obedecen mis mandamientos, permanecerán en mi amor, así como yo he obedecido los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor.
- Que irradie tu faz sobre tu siervo;
por tu gran amor, sálvame. - Nadie tiene amor más grande que el dar la vida por sus amigos.
- El amor debe ser sincero. Aborrezcan el mal; aférrense al bien.
- Que tu gran amor, Señor, nos acompañe,
tal como lo esperamos de ti. - Por encima de todo, vístanse de amor, que es el vínculo perfecto.
- El Señor es clemente y compasivo,
lento para la ira y grande en amor. - Guíame, pues eres mi roca y mi fortaleza,
dirígeme por amor a tu nombre. - El Señor ama la justicia y el derecho;
llena está la tierra de su amor. - Siempre humildes y amables, pacientes, tolerantes unos con otros en amor.
- El que va tras la justicia y el amor
halla vida, prosperidad y honra. - El odio es motivo de disensiones,
pero el amor cubre todas las faltas. - No bien decía: «Mis pies resbalan»,
cuando ya tu amor, Señor, venía en mi ayuda. - Pero el Señor cuida de los que le temen,
de los que esperan en su gran amor. - ¡Alaben al Señor porque él es bueno,
y su gran amor perdura para siempre! - Tú, Señor, eres bueno y perdonador;
grande es tu amor por todos los que te invocan. - No me niegues, Señor, tu misericordia;
que siempre me protejan tu amor y tu verdad. - El amor es paciente, es bondadoso. El amor no es envidioso ni jactancioso ni orgulloso. No se comporta con rudeza, no es egoísta, no se enoja fácilmente, no guarda rencor.