- Bienaventurado es el hombre a quien Dios corrige;
por tanto, no desprecies la reprensión del Todopoderoso. - Sé que no hay para el hombre cosa mejor que alegrarse y hacer bien en su vida, y también que es don de Dios que todo hombre coma y beba, y goce de los beneficios de toda su labor.
- Por tanto, también vosotros estad preparados, porque el Hijo del hombre vendrá a la hora que no pensáis.
- Él, respondiendo, les dijo: —¿No habéis leído que el que los hizo al principio, “hombre y mujer los hizo”, y dijo: “Por esto el hombre dejará padre y madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne”? Así que no son ya más dos, sino una sola carne; por tanto, lo que Dios juntó no lo separe el hombre.
- Por esto dejará el hombre a su padre y a su madre, se unirá a su mujer y los dos serán una sola carne.
- Gustad y ved que es bueno Jehová.
¡Bienaventurado el hombre que confía en él! - Porque ¿de qué le aprovechará al hombre ganar todo el mundo, si pierde su alma?
- Como el Hijo del hombre, que no vino para ser servido, sino para servir y para dar su vida en rescate por todos.
- Porque el Hijo del hombre no vino para ser servido, sino para servir y para dar su vida en rescate por todos.
- Él respondió y dijo: —Escrito está: “No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.”
- El hombre bueno, del buen tesoro de su corazón saca lo bueno; y el hombre malo, del mal tesoro de su corazón saca lo malo, porque de la abundancia del corazón habla la boca.
- El temor del hombre le pone trampas;
el que confía en Jehová está a salvo. - El hombre de bien tiene misericordia y presta;
gobierna sus asuntos con justicia. - En Dios, cuya palabra alabo,
en Dios he confiado. No temeré.
¿Qué puede hacerme el hombre? - Como ciudad destruida y sin murallas
es el hombre que no pone freno a su espíritu. - El hombre perverso promueve contienda,
y el chismoso separa a los mejores amigos. - Porque ¿quién de entre los hombres conoce las cosas del hombre, sino el espíritu del hombre que está en él? Del mismo modo, nadie conoció las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios.
- Pero tú, hombre de Dios, huye de estas cosas y sigue la justicia, la piedad, la fe, el amor, la paciencia, la mansedumbre.
- Los regalos de un hombre le abren el camino
que lleva a la presencia de los grandes. - Todo camino del hombre es recto en su propia opinión,
pero Jehová pesa los corazones. - El hombre que tiene amigos debe ser amistoso,
y amigos hay más unidos que un hermano. - El hombre se alegra con la respuesta de su boca;
la palabra a su tiempo, ¡cuán buena es! - A cualquiera, pues, que me oye estas palabras y las pone en práctica, lo compararé a un hombre prudente que edificó su casa sobre la roca.
- Bienaventurado el hombre que teme a Jehová
y en sus mandamientos se deleita en gran manera. - La soberbia del hombre le acarrea humillación,
pero al humilde de espíritu lo sustenta la honra.
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el precepto de Jehová es puro:
alumbra los ojos.