Bienaventurados los pobres en espíritu, pues de ellos es el reino de los cielos. | Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos. |
La esperanza de los justos es alegría, pero la expectación de los impíos perecerá. | La esperanza de los justos es alegría, mas la esperanza de los malvados perecerá. |
Yo, yo soy vuestro consolador. ¿Quién eres tú que temes al hombre mortal, y al hijo del hombre que como hierba es tratado? | Yo, yo soy vuestro consolador. ¿Quién eres tú para que tengas temor de los mortales y de los hijos de los hombres, que son como el heno? |
Llevad los unos las cargas de los otros, y cumplid así la ley de Cristo. | Sobrellevad los unos las cargas de los otros, y cumplid así la ley de Cristo. |
Casa y riqueza son herencia de los padres, pero la mujer prudente viene del Señor. | La casa y las riquezas son herencia de los padres, pero don de Jehová es la mujer prudente. |
Porque el anhelo profundo de la creación es aguardar ansiosamente la revelación de los hijos de Dios. | Porque el anhelo ardiente de la creación es el aguardar la manifestación de los hijos de Dios. |
Y pusieron sobre su cabeza la acusación contra Él, que decía: ESTE ES JESÚS, EL REY DE LOS JUDÍOS. | Pusieron sobre su cabeza su causa escrita: «Éste es Jesús, el rey de los judíos.» |
Pues ninguna profecía fue dada jamás por un acto de voluntad humana, sino que hombres inspirados por el Espíritu Santo hablaron de parte de Dios. | Porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo. |
Los que amáis al Señor, aborreced el mal; Él guarda las almas de sus santos; los libra de la mano de los impíos. | Los que amáis a Jehová, aborreced el mal; él guarda las almas de sus santos; de manos de los impíos los libra. |
¿Qué Dios hay como tú, que perdona la iniquidad y pasa por alto la rebeldía del remanente de su heredad? No persistirá en su ira para siempre, porque se complace en la misericordia. | ¿Qué Dios hay como tú, que perdona la maldad y olvida el pecado del remanente de su heredad? No retuvo para siempre su enojo, porque se deleita en la misericordia. |
Hubiera yo desmayado, si no hubiera creído que había de ver la bondad del Señor en la tierra de los vivientes. | Hubiera yo desmayado, si no creyera que he de ver la bondad de Jehová en la tierra de los vivientes. |
¿Quién es este Rey de la gloria? El Señor de los ejércitos, Él es el Rey de la gloria. (Selah) | ¿Quién es este Rey de gloria? ¡Es Jehová de los ejércitos! ¡Él es el Rey de gloria! Selah |
El Señor protege a los extranjeros, sostiene al huérfano y a la viuda, pero trastorna el camino de los impíos. | Jehová guarda a los extranjeros; al huérfano y a la viuda sostiene, y el camino de los impíos trastorna. |
La dádiva del hombre le abre camino y lo lleva ante la presencia de los grandes. | Los regalos de un hombre le abren el camino que lleva a la presencia de los grandes. |
La mano de los diligentes gobernará, pero la indolencia será sujeta a trabajos forzados. | La mano de los diligentes dominará, pero la negligencia será tributaria. |
La lengua del justo es plata escogida, pero el corazón de los impíos es poca cosa. | Plata pura es la lengua del justo, mas es nada el corazón de los malvados. |
Como un padre se compadece de sus hijos, así se compadece el Señor de los que le temen. | Como el padre se compadece de los hijos, se compadece Jehová de los que lo temen. |
Bienaventurados aquellos que han sido perseguidos por causa de la justicia, pues de ellos es el reino de los cielos. | Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos. |
Los labios del justo dan a conocer lo agradable, pero la boca de los impíos, lo perverso. | Los labios del justo saben decir lo que agrada, mas la boca de los malvados habla perversidades. |
La integridad de los rectos los guiará, mas la perversidad de los pérfidos los destruirá. | La integridad guía a los rectos, pero a los pecadores los destruye su propia perversidad. |
Hay bendiciones sobre la cabeza del justo, pero la boca de los impíos oculta violencia. | Hay bendiciones sobre la cabeza del justo, pero la boca de los malvados oculta violencia. |
Hay engaño en el corazón de los que traman el mal, y gozo en los consejeros de paz. | Engaño hay en el corazón de los que maquinan el mal, pero alegría en el de quienes aconsejan el bien. |
Porque ya que la muerte entró por un hombre, también por un hombre vino la resurrección de los muertos. | Pues por cuanto la muerte entró por un hombre, también por un hombre la resurrección de los muertos. |
Desde entonces Jesús comenzó a predicar y a decir: Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado. | Desde entonces comenzó Jesús a predicar y a decir: «¡Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado!» |
Cuidaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. | Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. |
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