Entonces me invocaréis, y vendréis y oraréis a mí, y yo os oiré. | Me invocaréis, y vendréis a rogarme, y yo os escucharé. |
He aquí, Dios es el que me ayuda; El Señor está con los que sostienen mi vida. | He aquí, Dios es el que me ayuda; el Señor es el que sostiene mi alma. |
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Me he gozado en el camino de tus testimonios Más que de toda riqueza. | Me he gozado en el camino de tus testimonios, más que en todas las riquezas. |
Jesús les respondió y dijo: Mi doctrina no es mía, sino de aquel que me envió. | Jesús entonces les respondió y dijo: Mi enseñanza no es mía, sino del que me envió. |
Mas él conoce mi camino; Me probará, y saldré como oro. Mis pies han seguido sus pisadas; Guardé su camino, y no me aparté. | Pero Él sabe el camino que tomo; cuando me haya probado, saldré como el oro. Mi pie ha seguido firme en su senda, su camino he guardado y no me he desviado. |
Oh Jehová, tú me has examinado y conocido. Tú has conocido mi sentarme y mi levantarme; Has entendido desde lejos mis pensamientos. | Oh Señor, tú me has escudriñado y conocido. Tú conoces mi sentarme y mi levantarme; desde lejos comprendes mis pensamientos. |
Porque el que me halle, hallará la vida, Y alcanzará el favor de Jehová. | Porque el que me halla, halla la vida, y alcanza el favor del Señor. |
Jehová, no retengas de mí tus misericordias; Tu misericordia y tu verdad me guarden siempre. | Tú, oh Señor, no retengas tu compasión de mí; tu misericordia y tu fidelidad me guarden continuamente. |
Si el mundo os aborrece, sabed que a mí me ha aborrecido antes que a vosotros. | Si el mundo os odia, sabéis que me ha odiado a mí antes que a vosotros. |
A ti, oh Dios de mis padres, te doy gracias y te alabo, porque me has dado sabiduría y fuerza, y ahora me has revelado lo que te pedimos; pues nos has dado a conocer el asunto del rey. | A ti, Dios de mis padres, doy yo gracias y alabo, porque me has dado sabiduría y poder, y ahora me has revelado lo que te habíamos pedido, pues el asunto del rey nos has dado a conocer. |
Con todo mi corazón te he buscado; No me dejes desviarme de tus mandamientos. | Con todo mi corazón te he buscado; no dejes que me desvíe de tus mandamientos. |
El hacer tu voluntad, Dios mío, me ha agradado, Y tu ley está en medio de mi corazón. | Me deleito en hacer tu voluntad, Dios mío; tu ley está dentro de mi corazón. |
Jehová está conmigo; no temeré Lo que me pueda hacer el hombre. | El Señor está a mi favor; no temeré. ¿Qué puede hacerme el hombre? |
Fui buscado por los que no preguntaban por mí; fui hallado por los que no me buscaban. Dije a gente que no invocaba mi nombre: Heme aquí, heme aquí. | Me dejé buscar por los que no preguntaban por mí; me dejé hallar por los que no me buscaban. Dije: «Heme aquí, heme aquí», a una nación que no invocaba mi nombre. |
Y yo no le conocía; pero el que me envió a bautizar con agua, aquél me dijo: Sobre quien veas descender el Espíritu y que permanece sobre él, ése es el que bautiza con el Espíritu Santo. | Y yo no le conocía, pero el que me envió a bautizar en agua me dijo: «Aquel sobre quien veas al Espíritu descender y posarse sobre Él, este es el que bautiza en el Espíritu Santo». |
Mas yo a Jehová miraré, esperaré al Dios de mi salvación; el Dios mío me oirá. | Pero yo pondré mis ojos en el Señor, esperaré en el Dios de mi salvación; mi Dios me oirá. |
Cuando yo decía: Mi pie resbala, Tu misericordia, oh Jehová, me sustentaba. | Si digo: Mi pie ha resbalado, tu misericordia, oh Señor, me sostendrá. |
Desde la angustia invoqué a JAH, Y me respondió JAH, poniéndome en lugar espacioso. | En medio de mi angustia invoqué al Señor; el Señor me respondió y me puso en un lugar espacioso. |
Entonces Jesús dijo: Todavía un poco de tiempo estaré con vosotros, e iré al que me envió. | Entonces Jesús dijo: Por un poco más de tiempo estoy con vosotros; después voy al que me envió. |
Jehová el Señor es mi fortaleza, El cual hace mis pies como de ciervas, Y en mis alturas me hace andar. | El Señor Dios es mi fortaleza; Él ha hecho mis pies como los de las ciervas, y por las alturas me hace caminar. |
Me mostrarás la senda de la vida; En tu presencia hay plenitud de gozo; Delicias a tu diestra para siempre. | Me darás a conocer la senda de la vida; en tu presencia hay plenitud de gozo; en tu diestra, deleites para siempre. |
Porque seré propicio a sus injusticias, Y nunca más me acordaré de sus pecados y de sus iniquidades. | Pues tendré misericordia de sus iniquidades, y nunca más me acordaré de sus pecados. |
De manera que podemos decir confiadamente: El Señor es mi ayudador; no temeré Lo que me pueda hacer el hombre. | De manera que decimos confiadamente: El Señor es el que me ayuda; no temeré. ¿Qué podrá hacerme el hombre? |
Jesús le dijo: Porque me has visto, Tomás, creíste; bienaventurados los que no vieron, y creyeron. | Jesús le dijo: ¿Porque me has visto has creído? Dichosos los que no vieron, y sin embargo creyeron. |
Hijo mío, si tu corazón fuere sabio, También a mí se me alegrará el corazón. | Hijo mío, si tu corazón es sabio, mi corazón también se me alegrará. |