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Siempre con jesus (2/4)

Que la gracia del Señor Jesús sea con todos. Amén.La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con todos vosotros. Amén.
Tus estatutos son mi herencia permanente; son el regocijo de mi corazón.Por heredad he tomado tus testimonios para siempre, porque son el gozo de mi corazón.
El Señor cumplirá en mí su propósito. Tu gran amor, Señor, perdura para siempre; ¡no abandones la obra de tus manos!Jehová cumplirá su propósito en mí. Tu misericordia, Jehová, es para siempre; ¡no desampares la obra de tus manos!
¡Alaben al Señor porque él es bueno, y su gran amor perdura para siempre!Aclamad a Jehová, porque él es bueno; porque su misericordia es eterna.
El principio de la sabiduría es el temor del Señor; buen juicio demuestran quienes cumplen sus preceptos. ¡Su alabanza permanece para siempre!El principio de la sabiduría es el temor de Jehová; buen entendimiento tienen todos los que practican sus mandamientos; ¡su loor permanece para siempre!
Yo soy el pan vivo que bajó del cielo. Si alguno come de este pan, vivirá para siempre. Este pan es mi carne, que daré para que el mundo viva.Yo soy el pan vivo que descendió del cielo; si alguien come de este pan, vivirá para siempre; y el pan que yo daré es mi carne, la cual yo daré por la vida del mundo.
El Señor nuestro Dios nos mandó temerle y obedecer estos preceptos, para que siempre nos vaya bien y sigamos con vida. Y así ha sido hasta hoy.Jehová nos mandó que cumplamos todos estos estatutos, y que temamos a Jehová, nuestro Dios, para que nos vaya bien todos los días y para que nos conserve la vida, como hasta hoy.
Voy a estar con ustedes un poco más de tiempo —afirmó Jesús—, y luego volveré al que me envió.Y Jesús dijo: —Todavía estaré con vosotros algún tiempo, y luego iré al que me envió.
Podrán desfallecer mi cuerpo y mi espíritu, pero Dios fortalece mi corazón; él es mi herencia eterna.Mi carne y mi corazón desfallecen; mas la roca de mi corazón y mi porción es Dios para siempre.
¿Qué Dios hay como tú, que perdone la maldad y pase por alto el delito del remanente de su pueblo? No siempre estarás airado, porque tu mayor placer es amar.¿Qué Dios hay como tú, que perdona la maldad y olvida el pecado del remanente de su heredad? No retuvo para siempre su enojo, porque se deleita en la misericordia.
Por lo tanto, mis queridos hermanos, manténganse firmes e inconmovibles, progresando siempre en la obra del Señor, conscientes de que su trabajo en el Señor no es en vano.Así que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano.
Y Dios puede hacer que toda gracia abunde para ustedes, de manera que siempre, en toda circunstancia, tengan todo lo necesario, y toda buena obra abunde en ustedes.Y poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros toda gracia, a fin de que, teniendo siempre en todas las cosas todo lo necesario, abundéis para toda buena obra.
El Señor estará con ustedes, siempre y cuando ustedes estén con él. Si lo buscan, él dejará que ustedes lo hallen; pero, si lo abandonan, él los abandonará.Jehová estará con vosotros si vosotros estáis con él; y si lo buscáis vosotros lo hallaréis; pero si lo dejáis, él también os dejará.
Así que no temas, porque yo estoy contigo; no te angusties, porque yo soy tu Dios. Te fortaleceré y te ayudaré; te sostendré con mi diestra victoriosa.No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia.
Todos, en un mismo espíritu, se dedicaban a la oración, junto con las mujeres y con los hermanos de Jesús y su madre María.Todos estos perseveraban unánimes en oración y ruego, con las mujeres, y con María la madre de Jesús, y con sus hermanos.
Puedes irte —le dijo Jesús—; tu fe te ha sanado. Al momento recobró la vista y empezó a seguir a Jesús por el camino.Jesús le dijo: —Vete, tu fe te ha salvado. Al instante recobró la vista, y seguía a Jesús por el camino.
Me has dado a conocer la senda de la vida; me llenarás de alegría en tu presencia, y de dicha eterna a tu derecha.Me mostrarás la senda de la vida; en tu presencia hay plenitud de gozo, delicias a tu diestra para siempre.
¡La paz sea con ustedes! —repitió Jesús—. Como el Padre me envió a mí, así yo los envío a ustedes.Entonces Jesús les dijo otra vez: —¡Paz a vosotros! Como me envió el Padre, así también yo os envío.
Porque todas las cosas proceden de él, y existen por él y para él. ¡A él sea la gloria por siempre! Amén.Porque de él, por él y para él son todas las cosas. A él sea la gloria por los siglos. Amén.
Hermanos, siempre debemos dar gracias a Dios por ustedes, como es justo, porque su fe se acrecienta cada vez más, y en cada uno de ustedes sigue abundando el amor hacia los otros.Debemos siempre dar gracias a Dios por vosotros, hermanos, como es digno, por cuanto vuestra fe va creciendo y el amor de todos y cada uno de vosotros abunda para con los demás.
Más bien, honren en su corazón a Cristo como Señor. Estén siempre preparados para responder a todo el que les pida razón de la esperanza que hay en ustedes.Al contrario, santificad a Dios el Señor en vuestros corazones, y estad siempre preparados para presentar defensa con mansedumbre y reverencia ante todo el que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros.
Por eso yo, Nabucodonosor, alabo, exalto y glorifico al Rey del cielo, porque siempre procede con rectitud y justicia, y es capaz de humillar a los soberbios.Ahora yo, Nabucodonosor, alabo, engrandezco y glorifico al Rey del cielo, porque todas sus obras son verdaderas y sus caminos justos; y él puede humillar a los que andan con soberbia.
Recita siempre el libro de la ley y medita en él de día y de noche; cumple con cuidado todo lo que en él está escrito. Así prosperarás y tendrás éxito.Nunca se apartará de tu boca este libro de la Ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que está escrito en él, porque entonces harás prosperar tu camino y todo te saldrá bien.
Entonces Jesús exclamó con fuerza: —¡Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu! Y al decir esto, expiró.Entonces Jesús, clamando a gran voz, dijo: —Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu. Habiendo dicho esto, expiró.
Bendeciré al Señor en todo tiempo; mis labios siempre lo alabarán.Bendeciré a Jehová en todo tiempo; su alabanza estará de continuo en mi boca.

¿No te dije que si crees verás la gloria de Dios? —le contestó Jesús.Jesús le dijo: —¿No te he dicho que si crees verás la gloria de Dios?
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Versículo de la Biblia del día

Depositen en él toda ansiedad, porque él cuida de ustedes.

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¿No te dije que si crees verás la gloria de Dios? —le contestó Jesús.Siguiente versículo!Con imagen

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