Si, pues, coméis o bebéis, o hacéis otra cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios. | En conclusión, ya sea que coman o beban o hagan cualquier otra cosa, háganlo todo para la gloria de Dios. |
Jesús le dijo: ¿No te he dicho que si crees, verás la gloria de Dios? | ¿No te dije que si crees verás la gloria de Dios? —le contestó Jesús. |
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Los cielos cuentan la gloria de Dios, Y el firmamento anuncia la obra de sus manos. Un día emite palabra a otro día, Y una noche a otra noche declara sabiduría. | Los cielos cuentan la gloria de Dios, el firmamento proclama la obra de sus manos. Un día transmite al otro la noticia, una noche a la otra comparte su saber. |
Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios, siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús. | Pues todos han pecado y están privados de la gloria de Dios, pero por su gracia son justificados gratuitamente mediante la redención que Cristo Jesús efectuó. |
Y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre. | Y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre. |
Por tanto, recibíos los unos a los otros, como también Cristo nos recibió, para gloria de Dios. | Por tanto, acéptense mutuamente, así como Cristo los aceptó a ustedes para gloria de Dios. |
Levántate, resplandece; porque ha venido tu luz, y la gloria de Jehová ha nacido sobre ti. | ¡Levántate y resplandece, que tu luz ha llegado! ¡La gloria del Señor brilla sobre ti! |
A lo cual os llamó mediante nuestro evangelio, para alcanzar la gloria de nuestro Señor Jesucristo. | Para esto Dios los llamó por nuestro evangelio, a fin de que tengan parte en la gloria de nuestro Señor Jesucristo. |
Ayúdanos, oh Dios de nuestra salvación, por la gloria de tu nombre; Y líbranos, y perdona nuestros pecados por amor de tu nombre. | Oh Dios y Salvador nuestro, por la gloria de tu nombre, ayúdanos; por tu nombre, líbranos y perdona nuestros pecados. |
A quienes Dios quiso dar a conocer las riquezas de la gloria de este misterio entre los gentiles; que es Cristo en vosotros, la esperanza de gloria. | A estos Dios se propuso dar a conocer cuál es la gloriosa riqueza de este misterio entre las naciones, que es Cristo en ustedes, la esperanza de gloria. |
Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor. | Así, todos nosotros, que con el rostro descubierto reflejamos como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados a su semejanza con más y más gloria por la acción del Señor, que es el Espíritu. |
Alumbrando los ojos de vuestro entendimiento, para que sepáis cuál es la esperanza a que él os ha llamado, y cuáles las riquezas de la gloria de su herencia en los santos. | Pido también que les sean iluminados los ojos del corazón para que sepan a qué esperanza él los ha llamado, cuál es la riqueza de su gloriosa herencia entre los santos. |
¿Quién es este Rey de gloria? Jehová de los ejércitos, El es el Rey de la gloria. Selah | ¿Quién es este Rey de la gloria? Es el Señor Todopoderoso; ¡él es el Rey de la gloria! Selah |
Porque de él, y por él, y para él, son todas las cosas. A él sea la gloria por los siglos. Amén. | Porque todas las cosas proceden de él, y existen por él y para él. ¡A él sea la gloria por siempre! Amén. |
Al Dios y Padre nuestro sea gloria por los siglos de los siglos. Amén. | A nuestro Dios y Padre sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén. |
Sed, pues, imitadores de Dios como hijos amados. | Por tanto, imiten a Dios, como hijos muy amados. |
Pues tengo por cierto que las aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse. | De hecho, considero que en nada se comparan los sufrimientos actuales con la gloria que habrá de revelarse en nosotros. |
!!Gloria a Dios en las alturas, Y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres! | Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz a los que gozan de su buena voluntad. |
Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él os exalte cuando fuere tiempo. | Humíllense, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él los exalte a su debido tiempo. |
Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal; porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por todos los siglos. Amén. | Y no nos dejes caer en tentación, sino líbranos del maligno. |
Y el mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre. | El mundo se acaba con sus malos deseos, pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre. |
Misericordioso y clemente es Jehová; Lento para la ira, y grande en misericordia. | El Señor es clemente y compasivo, lento para la ira y grande en amor. |
Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios. | Dichosos los que trabajan por la paz, porque serán llamados hijos de Dios. |
Toda palabra de Dios es limpia; El es escudo a los que en él esperan. | Toda palabra de Dios es digna de crédito; Dios protege a los que en él buscan refugio. |
Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo; ¿Cuándo vendré, y me presentaré delante de Dios? | Tengo sed de Dios, del Dios de la vida. ¿Cuándo podré presentarme ante Dios? |