Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve. | Ahora bien, la fe es la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve. |
Ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor, estos tres; pero el mayor de ellos es el amor. | Y ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor, estos tres; pero el mayor de ellos es el amor. |
Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová, tu Dios, estará contigo dondequiera que vayas. | ¿No te lo he ordenado yo? ¡Sé fuerte y valiente! No temas ni te acobardes, porque el Señor tu Dios estará contigo dondequiera que vayas. |
Así que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano. | Por tanto, mis amados hermanos, estad firmes, constantes, abundando siempre en la obra del Señor, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano. |
Sobre todo, vestíos de amor, que es el vínculo perfecto. | Y sobre todas estas cosas, vestíos de amor, que es el vínculo de la unidad. |
Te dé conforme al deseo de tu corazón y cumpla todos tus planes. | Que te conceda el deseo de tu corazón, y cumpla todos tus anhelos. |
Ésta es la confianza que tenemos en él, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye. | Y esta es la confianza que tenemos delante de Él, que si pedimos cualquier cosa conforme a su voluntad, Él nos oye. |
Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo; y si por los ríos, no te anegarán. Cuando pases por el fuego, no te quemarás ni la llama arderá en ti. | Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo, y si por los ríos, no te anegarán; cuando pases por el fuego, no te quemarás, ni la llama te abrasará. |
Jehová, tú eres mi Dios; te exaltaré, alabaré tu nombre, porque has hecho maravillas; tus consejos antiguos son verdad y firmeza. | Oh Señor, tú eres mi Dios; te ensalzaré, daré alabanzas a tu nombre, porque has hecho maravillas, designios concebidos desde tiempos antiguos con toda fidelidad. |
Gozosos en la esperanza, sufridos en la tribulación, constantes en la oración. | Gozándoos en la esperanza, perseverando en el sufrimiento, dedicados a la oración. |
En el día que temo, yo en ti confío. | El día en que temo, yo en ti confío. |
Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no como necios sino como sabios, aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos. | Por tanto, tened cuidado cómo andáis; no como insensatos, sino como sabios, aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos. |
Entonces me invocaréis. Vendréis y oraréis a mí, y yo os escucharé. | Me invocaréis, y vendréis a rogarme, y yo os escucharé. |
Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza ni por obligación, porque Dios ama al dador alegre. | Que cada uno dé como propuso en su corazón, no de mala gana ni por obligación, porque Dios ama al dador alegre. |
Jesús le dijo: —Si puedes creer, al que cree todo le es posible. | Jesús le dijo: «¿Cómo si tú puedes?». Todas las cosas son posibles para el que cree. |
El Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad. | Ahora bien, el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, hay libertad. |
Antes sed bondadosos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo. | Sed más bien amables unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, así como también Dios os perdonó en Cristo. |
Y nosotros hemos conocido y creído el amor que Dios tiene para con nosotros. Dios es amor, y el que permanece en amor permanece en Dios y Dios en él. | Y nosotros hemos llegado a conocer y hemos creído el amor que Dios tiene para nosotros. Dios es amor, y el que permanece en amor permanece en Dios y Dios permanece en él. |
Pero a medianoche, orando Pablo y Silas, cantaban himnos a Dios; y los presos los oían. | Como a medianoche, Pablo y Silas oraban y cantaban himnos a Dios, y los presos los escuchaban. |
¿No sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? No os engañéis: ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los homosexuales, ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los maldicientes, ni los estafadores, heredarán el reino de Dios. | ¿O no sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? No os dejéis engañar: ni los inmorales, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los homosexuales, ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los difamadores, ni los estafadores heredarán el reino de Dios. |
Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción, pero confiad, yo he vencido al mundo. | Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tenéis tribulación; pero confiad, yo he vencido al mundo. |
El que encubre la falta busca la amistad; el que la divulga, aparta al amigo. | El que cubre una falta busca afecto, pero el que repite el asunto separa a los mejores amigos. |
Por lo cual, animaos unos a otros y edificaos unos a otros, así como lo estáis haciendo. | Por tanto, alentaos los unos a los otros, y edificaos el uno al otro, tal como lo estáis haciendo. |
Perseverad en la oración, velando en ella con acción de gracias. | Perseverad en la oración, velando en ella con acción de gracias. |
Pero el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley. | Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fidelidad, mansedumbre, dominio propio; contra tales cosas no hay ley. |
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