Hijitos míos, no amemos de palabra ni de lengua, sino de hecho y en verdad.
Queridos hijos, no amemos de palabra ni de labios para afuera, sino con hechos y de verdad.
Hijitos míos, no amemos de palabra ni de lengua, sino de hecho y en verdad.
Hijos, no amemos de palabra ni de lengua, sino de hecho y en verdad.
Temas relacionados
Honestidad
Hijitos míos, no amemos...
Verdad
El que anda en...
Hablar
La muerte y la...
Amor
El amor es sufrido...
Esperanza
Porque yo sé los...
Fe
Por tanto, os digo...