- Porque yo libraba al pobre que clamaba
y al huérfano que carecía de ayudador.
La bendición venía sobre mí del que estaba a punto de perderse,
y al corazón de la viuda yo procuraba alegría. - Si retraes del sábado tu pie,
de hacer tu voluntad en mi día santo,
y lo llamas “delicia”,
“santo”, “glorioso de Jehová”,
y lo veneras, no andando en tus propios caminos
ni buscando tu voluntad ni hablando tus propias palabras,
entonces te deleitarás en Jehová.
Yo te haré subir sobre las alturas de la tierra
y te daré a comer la heredad de tu padre Jacob.
La boca de Jehová lo ha hablado.
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