Y yo os digo: Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá. | Así que yo les digo: Pidan, y se les dará; busquen, y encontrarán; llamen, y se les abrirá la puerta. |
Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá. | Pidan, y se les dará; busquen, y encontrarán; llamen, y se les abrirá. |
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Y respondiendo Jesús, dijo: ¿No habéis leído que aquel que los creó, desde el principio los hizo varón y hembra, y añadió: «Por esta razón el hombre dejará a su padre y a su madre y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne»? Por consiguiente, ya no son dos, sino una sola carne. Por tanto, lo que Dios ha unido, ningún hombre lo separe. | ¿No han leído —replicó Jesús— que en el principio el Creador “los hizo hombre y mujer”, y dijo: “Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su esposa, y los dos llegarán a ser un solo cuerpo”? Así que ya no son dos, sino uno solo. Por tanto, lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre. |
Además, os daré un corazón nuevo y pondré un espíritu nuevo dentro de vosotros; quitaré de vuestra carne el corazón de piedra y os daré un corazón de carne. | Les daré un nuevo corazón, y les infundiré un espíritu nuevo; les quitaré ese corazón de piedra que ahora tienen, y les pondré un corazón de carne. |
Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; y diligentemente las enseñarás a tus hijos, y hablarás de ellas cuando te sientes en tu casa y cuando andes por el camino, cuando te acuestes y cuando te levantes. | Grábate en el corazón estas palabras que hoy te mando. Incúlcaselas continuamente a tus hijos. Háblales de ellas cuando estés en tu casa y cuando vayas por el camino, cuando te acuestes y cuando te levantes. |
Pero el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, Él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que os he dicho. | Pero el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, les enseñará todas las cosas y les hará recordar todo lo que les he dicho. |
Volveos a mi reprensión: he aquí, derramaré mi espíritu sobre vosotros, os haré conocer mis palabras. | Respondan a mis reprensiones, y yo les abriré mi corazón; les daré a conocer mis pensamientos. |
Dad, y os será dado; medida buena, apretada, remecida y rebosante, vaciarán en vuestro regazo. Porque con la medida con que midáis, se os volverá a medir. | Den, y se les dará: se les echará en el regazo una medida llena, apretada, sacudida y desbordante. Porque con la medida que midan a otros, se les medirá a ustedes. |
Y dijo Dios: He aquí, yo os he dado toda planta que da semilla que hay en la superficie de toda la tierra, y todo árbol que tiene fruto que da semilla; esto os servirá de alimento. | También les dijo: «Yo les doy de la tierra todas las plantas que producen semilla y todos los árboles que dan fruto con semilla; todo esto les servirá de alimento.» |
La paz os dejo, mi paz os doy; no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo. | La paz les dejo; mi paz les doy. Yo no se la doy a ustedes como la da el mundo. No se angustien ni se acobarden. |
Vosotros ya estáis limpios por la palabra que os he hablado. | Ustedes ya están limpios por la palabra que les he comunicado. |
Bueno y recto es el Señor; por tanto, Él muestra a los pecadores el camino. Dirige a los humildes en la justicia, y enseña a los humildes su camino. | Bueno y justo es el Señor; por eso les muestra a los pecadores el camino. Él dirige en la justicia a los humildes, y les enseña su camino. |
Cómo no rehuí declarar a vosotros nada que fuera útil, y de enseñaros públicamente y de casa en casa. | Ustedes saben que no he vacilado en predicarles todo lo que les fuera de provecho, sino que les he enseñado públicamente y en las casas. |
Y en cuanto a vosotros, la unción que recibisteis de Él permanece en vosotros, y no tenéis necesidad de que nadie os enseñe; pero así como su unción os enseña acerca de todas las cosas, y es verdadera y no mentira, y así como os ha enseñado, permanecéis en Él. | En cuanto a ustedes, la unción que de él recibieron permanece en ustedes, y no necesitan que nadie les enseñe. Esa unción es auténtica —no es falsa— y les enseña todas las cosas. Permanezcan en él, tal y como él les enseñó. |
Pero yo os digo la verdad: os conviene que yo me vaya; porque si no me voy, el Consolador no vendrá a vosotros; pero si me voy, os lo enviaré. | Pero les digo la verdad: Les conviene que me vaya porque, si no lo hago, el Consolador no vendrá a ustedes; en cambio, si me voy, se lo enviaré a ustedes. |
Pero yo os digo: amad a vuestros enemigos y orad por los que os persiguen. | Pero yo les digo: Amen a sus enemigos y oren por quienes los persiguen. |
Y Él os declaró su pacto, el cual os mandó poner por obra: esto es, los diez mandamientos, y los escribió en dos tablas de piedra. | El Señor les dio a conocer su pacto, los diez mandamientos, los cuales escribió en dos tablas de piedra y les ordenó que los pusieran en práctica. |
Y os ruego, hermanos, que vigiléis a los que causan disensiones y tropiezos contra las enseñanzas que vosotros aprendisteis, y que os apartéis de ellos. | Les ruego, hermanos, que se cuiden de los que causan divisiones y dificultades, y van en contra de lo que a ustedes se les ha enseñado. Apártense de ellos. |
Y sucedió que por haber las parteras temido a Dios, Él prosperó sus familias. | Y, por haberse mostrado temerosas de Dios, les concedió tener muchos hijos. |
Gracia a vosotros y paz de parte de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo. | Que Dios nuestro Padre y el Señor Jesucristo les concedan gracia y paz. |
¿Y quién os podrá hacer daño si demostráis tener celo por lo bueno? | Y a ustedes, ¿quién les va a hacer daño si se esfuerzan por hacer el bien? |
Pues tendré misericordia de sus iniquidades, y nunca más me acordaré de sus pecados. | Yo les perdonaré sus iniquidades, y nunca más me acordaré de sus pecados. |
Porque os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es Cristo el Señor. | Hoy les ha nacido en la Ciudad de David un Salvador, que es Cristo el Señor. |
Estas cosas os he hablado, para que mi gozo esté en vosotros, y vuestro gozo sea perfecto. | Les he dicho esto para que tengan mi alegría y así su alegría sea completa. |
Bienaventurados los pobres en espíritu, pues de ellos es el reino de los cielos. | Dichosos los pobres en espíritu, porque el reino de los cielos les pertenece. |