Todo lo que se mueve y tiene vida os será para alimento: todo os lo doy como os di la hierba verde. Pero carne con su vida, es decir, con su sangre, no comeréis. | Todo lo que se mueve y vive os servirá de alimento, lo mismo que las legumbres y las plantas verdes. Os lo he dado todo. Pero carne con su vida, que es su sangre, no comeréis. |
Venid a mí, todos los que estáis cansados y cargados, y yo os haré descansar. | Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. |
Y yo rogaré al Padre, y Él os dará otro Consolador para que esté con vosotros para siempre. | Y yo rogaré al Padre y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre. |
Os digo que no; al contrario, si no os arrepentís, todos pereceréis igualmente. | Os digo: no, antes si no os arrepentís, todos pereceréis igualmente. |
De la misma manera, os digo, hay gozo en la presencia de los ángeles de Dios por un pecador que se arrepiente. | Así os digo que hay gozo delante de los ángeles de Dios por un pecador que se arrepiente. |
Los leoncillos pasan necesidad y tienen hambre, mas los que buscan al Señor no carecerán de bien alguno. | Los leoncillos necesitan, y tienen hambre; pero los que buscan a Jehová no tendrán falta de ningún bien. |
Pero si no perdonáis a los hombres, tampoco vuestro Padre perdonará vuestras transgresiones. | Pero si no perdonáis sus ofensas a los hombres, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas. |
Porque a vosotros se os ha concedido por amor de Cristo, no solo creer en Él, sino también sufrir por Él. | A vosotros os es concedido a causa de Cristo, no sólo que creáis en él, sino también que padezcáis por él. |
Bienaventurados aquellos que han sido perseguidos por causa de la justicia, pues de ellos es el reino de los cielos. | Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos. |
Digo, pues: Andad por el Espíritu, y no cumpliréis el deseo de la carne. | Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne. |
Así pues, guardarás sus estatutos y sus mandamientos que yo te ordeno hoy, a fin de que te vaya bien a ti y a tus hijos después de ti, y para que prolongues tus días sobre la tierra que el Señor tu Dios te da para siempre. | Guarda sus estatutos y sus mandamientos, los cuales yo te mando hoy, para que te vaya bien a ti y a tus hijos después de ti, y prolongues tus días sobre la tierra que Jehová, tu Dios, te da para siempre. |
Si hacéis bien a los que os hacen bien, ¿qué mérito tenéis? Porque también los pecadores hacen lo mismo. | Y si hacéis bien a los que os hacen bien, ¿qué mérito tenéis? También los pecadores hacen lo mismo. |
Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo que queráis y os será hecho. | Si permanecéis en mí y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queráis y os será hecho. |
Arrepentíos y apartaos de todas vuestras transgresiones, para que la iniquidad no os sea piedra de tropiezo. | Convertíos y apartaos de todas vuestras transgresiones, y no os será la iniquidad causa de ruina. |
Por eso os digo que todas las cosas por las que oréis y pidáis, creed que ya las habéis recibido, y os serán concedidas. | Por tanto, os digo que todo lo que pidáis orando, creed que lo recibiréis, y os vendrá. |
Pero buscad primero su reino y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas. | Buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas. |
Cuando comían sus pastos, se saciaron, y al estar saciados, se ensoberbeció su corazón; por tanto, se olvidaron de mí. | En sus pastos se saciaron y, una vez repletos, se ensoberbeció su corazón; por esta causa se olvidaron de mí. |
Por tanto, el Señor mismo os dará una señal: He aquí, una virgen concebirá y dará a luz un hijo, y le pondrá por nombre Emmanuel. | Por tanto, el Señor mismo os dará señal: La virgen concebirá y dará a luz un hijo, y le pondrá por nombre Emanuel. |
Cuando pones tus ojos en ella, ya no está. Porque la riqueza ciertamente se hace alas, como águila que vuela hacia los cielos. | ¿Has de poner tus ojos en las riquezas, que son nada? De cierto se hacen alas como de águila, y vuelan al cielo. |
Y este es el mensaje que hemos oído de Él y que os anunciamos: Dios es luz, y en Él no hay tiniebla alguna. | Éste es el mensaje que hemos oído de él y os anunciamos: Dios es luz y no hay ningunas tinieblas en él. |
En verdad, en verdad os digo: un siervo no es mayor que su señor, ni un enviado es mayor que el que lo envió. | De cierto, de cierto os digo: El siervo no es mayor que su señor, ni el enviado es mayor que el que lo envió. |
Por eso, cuando des limosna, no toques trompeta delante de ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles, para ser alabados por los hombres. En verdad os digo que ya han recibido su recompensa. | Cuando, pues, des limosna, no hagas tocar trompeta delante de ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles, para ser alabados por los hombres; de cierto os digo que ya tienen su recompensa. |
Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo, ni deis oportunidad al diablo. | Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo, ni deis lugar al diablo. |
Estas cosas os he escrito a vosotros que creéis en el nombre del Hijo de Dios, para que sepáis que tenéis vida eterna. | Estas cosas os he escrito a vosotros que creéis en el nombre del Hijo de Dios, para que sepáis que tenéis vida eterna y para que creáis en el nombre del Hijo de Dios. |
Pues si yo, el Señor y el Maestro, os lavé los pies, vosotros también debéis lavaros los pies unos a otros. | Pues si yo, el Señor y el Maestro, he lavado vuestros pies, vosotros también debéis lavaros los pies los unos a los otros. |
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