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Versículos de la Biblia sobre 'Sino'

Nadie busque su propio bien, sino el de su prójimo.Que nadie busque sus propios intereses, sino los del prójimo.
No te ruego que los saques del mundo, sino que los guardes del maligno.No te pido que los quites del mundo, sino que los protejas del maligno.
No he venido a llamar a justos, sino a pecadores al arrepentimiento.No he venido a llamar a justos, sino a pecadores para que se arrepientan.
Hijos, no amemos de palabra ni de lengua, sino de hecho y en verdad.Queridos hijos, no amemos de palabra ni de labios para afuera, sino con hechos y de verdad.
No seas vencido por el mal, sino vence con el bien el mal.No te dejes vencer por el mal; al contrario, vence el mal con el bien.
Jesús entonces les respondió y dijo: Mi enseñanza no es mía, sino del que me envió.Mi enseñanza no es mía —replicó Jesús—, sino del que me envió.
¿Y quién es el que vence al mundo, sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios?¿Quién es el que vence al mundo sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios?
¿A quién tengo yo en los cielos, sino a ti? Y fuera de ti, nada deseo en la tierra.¿A quién tengo en el cielo sino a ti? Si estoy contigo, ya nada quiero en la tierra.
No penséis que vine a traer paz a la tierra; no vine a traer paz, sino espada.No crean que he venido a traer paz a la tierra. No vine a traer paz, sino espada.
Por tanto, no durmamos como los demás, sino estemos alerta y seamos sobrios.No debemos, pues, dormirnos como los demás, sino mantenernos alerta y en nuestro sano juicio.
Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre sino por mí.Yo soy el camino, la verdad y la vida —le contestó Jesús—. Nadie llega al Padre sino por mí.
Porque entre los hombres, ¿quién conoce los pensamientos de un hombre, sino el espíritu del hombre que está en él? Asimismo, nadie conoce los pensamientos de Dios, sino el Espíritu de Dios.En efecto, ¿quién conoce los pensamientos del ser humano sino su propio espíritu que está en él? Así mismo, nadie conoce los pensamientos de Dios sino el Espíritu de Dios.
Pues, ¿quién es Dios, fuera del Señor? ¿Y quién es roca, sino solo nuestro Dios?¿Quién es Dios, si no el Señor? ¿Quién es la roca, si no nuestro Dios?
¿Entonces qué? ¿Pecaremos porque no estamos bajo la ley, sino bajo la gracia? ¡De ningún modo!Entonces, ¿qué? ¿Vamos a pecar porque no estamos ya bajo la ley, sino bajo la gracia? ¡De ninguna manera!
Al oír Él esto, dijo: Los que están sanos no tienen necesidad de médico, sino los que están enfermos.Al oír esto, Jesús les contestó: —No son los sanos los que necesitan médico, sino los enfermos.
Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio.Pues Dios no nos ha dado un espíritu de timidez, sino de poder, de amor y de dominio propio.
Pues ¿quién es Dios, fuera del Señor? ¿Y quién es roca, sino solo nuestro Dios?¿Pues quién es Dios, si no el Señor? ¿Quién es la roca, si no nuestro Dios?
El necio no se deleita en la prudencia, sino solo en revelar su corazón.Al necio no le complace el discernimiento; tan solo hace alarde de su propia opinión.
Porque el pecado no tendrá dominio sobre vosotros, pues no estáis bajo la ley sino bajo la gracia.Así el pecado no tendrá dominio sobre ustedes, porque ya no están bajo la ley, sino bajo la gracia.
El Señor no se tarda en cumplir su promesa, según algunos entienden la tardanza, sino que es paciente para con vosotros, no queriendo que nadie perezca, sino que todos vengan al arrepentimiento.El Señor no tarda en cumplir su promesa, según entienden algunos la tardanza. Más bien, él tiene paciencia con ustedes, porque no quiere que nadie perezca, sino que todos se arrepientan.
Porque Dios no envió a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por Él.Dios no envió a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para salvarlo por medio de él.
No a nosotros, Señor, no a nosotros, sino a tu nombre da gloria, por tu misericordia, por tu fidelidad.La gloria, Señor, no es para nosotros; no es para nosotros, sino para tu nombre, por causa de tu amor y tu verdad.
No penséis que he venido para abolir la ley o los profetas; no he venido para abolir, sino para cumplir.No piensen que he venido a anular la ley o los profetas; no he venido a anularlos, sino a darles cumplimiento.
Porque a vosotros se os ha concedido por amor de Cristo, no solo creer en Él, sino también sufrir por Él.Porque a ustedes se les ha concedido no solo creer en Cristo, sino también sufrir por él.
Y vosotros, padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en la disciplina e instrucción del Señor.Y ustedes, padres, no hagan enojar a sus hijos, sino críenlos según la disciplina e instrucción del Señor.

Y cuando os lleven y os entreguen, no os preocupéis de antemano por lo que vais a decir, sino que lo que os sea dado en aquella hora, eso hablad; porque no sois vosotros los que habláis, sino el Espíritu Santo.Y, cuando los arresten y los sometan a juicio, no se preocupen de antemano por lo que van a decir. Solo declaren lo que se les dé a decir en ese momento, porque no serán ustedes los que hablen, sino el Espíritu Santo.
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Versículo de la Biblia del día

Y este evangelio del reino se predicará en todo el mundo como testimonio a todas las naciones, y entonces vendrá el fin.

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Versículo de la Biblia al Azar

Ya que eres precioso a mis ojos,
digno de honra, y yo te amo,
daré a otros hombres en lugar tuyo,
y a otros pueblos por tu vida.
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