Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón. | Porque donde esté tu tesoro, allí estará también tu corazón. |
Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. | Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos —declara el Señor. |
Rasgad vuestro corazón, y no vuestros vestidos, y convertíos a Jehová vuestro Dios; porque misericordioso es y clemente, tardo para la ira y grande en misericordia, y que se duele del castigo. | Rasgad vuestro corazón y no vuestros vestidos; volved ahora al Señor vuestro Dios, porque Él es compasivo y clemente, lento para la ira, abundante en misericordia, y se arrepiente de infligir el mal. |
No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí. | No se turbe vuestro corazón; creed en Dios, creed también en mí. |
¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros? Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios. | ¿O no sabéis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, que está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros? Pues por precio habéis sido comprados; por tanto, glorificad a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios. |
Velad, pues, porque no sabéis a qué hora ha de venir vuestro Señor. | Por tanto, velad, porque no sabéis en qué día vuestro Señor viene. |
La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con vuestro espíritu. Amén. | La gracia del Señor Jesucristo sea con vuestro espíritu. |
Sed, pues, misericordiosos, como también vuestro Padre es misericordioso. | Sed misericordiosos, así como vuestro Padre es misericordioso. |
Jesús le dijo: No me toques, porque aún no he subido a mi Padre; mas ve a mis hermanos, y diles: Subo a mi Padre y a vuestro Padre, a mi Dios y a vuestro Dios. | Jesús le dijo: Suéltame porque todavía no he subido al Padre; pero ve a mis hermanos, y diles: «Subo a mi Padre y a vuestro Padre, a mi Dios y a vuestro Dios». |
Y me buscaréis y me hallaréis, porque me buscaréis de todo vuestro corazón. | Me buscaréis y me encontraréis, cuando me busquéis de todo corazón. |
No temáis, manada pequeña, porque a vuestro Padre le ha placido daros el reino. | No temas, rebaño pequeño, porque vuestro Padre ha decidido daros el reino. |
Pero sea vuestro hablar: Sí, sí; no, no; porque lo que es más de esto, de mal procede. | Antes bien, sea vuestro hablar: «Sí, sí» o «No, no»; y lo que es más de esto, procede del mal. |
Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto. | Por tanto, sed vosotros perfectos como vuestro Padre celestial es perfecto. |
Mas entre vosotros no será así, sino que el que quiera hacerse grande entre vosotros será vuestro servidor, y el que quiera ser el primero entre vosotros será vuestro siervo. | No ha de ser así entre vosotros, sino que el que quiera entre vosotros llegar a ser grande, será vuestro servidor, y el que quiera entre vosotros ser el primero, será vuestro siervo. |
Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan? | Pues si vosotros siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan? |
Esforzaos todos vosotros los que esperáis en Jehová, Y tome aliento vuestro corazón. | Esforzaos, y aliéntese vuestro corazón, todos vosotros que esperáis en el Señor. |
Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional. | Por consiguiente, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios que presentéis vuestros cuerpos como sacrificio vivo y santo, aceptable a Dios, que es vuestro culto racional. |
Estas cosas os he hablado, para que mi gozo esté en vosotros, y vuestro gozo sea cumplido. | Estas cosas os he hablado, para que mi gozo esté en vosotros, y vuestro gozo sea perfecto. |
Pero sobre todo, hermanos míos, no juréis, ni por el cielo, ni por la tierra, ni por ningún otro juramento; sino que vuestro sí sea sí, y vuestro no sea no, para que no caigáis en condenación. | Y sobre todo, hermanos míos, no juréis, ni por el cielo, ni por la tierra, ni con ningún otro juramento; antes bien, sea vuestro sí, sí, y vuestro no, no, para que no caigáis bajo juicio. |
Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo, ni deis lugar al diablo. | Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo, ni deis oportunidad al diablo. |
Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos. | Porque como los cielos son más altos que la tierra, así mis caminos son más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos. |
Hasta ahora nada habéis pedido en mi nombre; pedid, y recibiréis, para que vuestro gozo sea cumplido. | Hasta ahora nada habéis pedido en mi nombre; pedid y recibiréis, para que vuestro gozo sea completo. |
Mas si no perdonáis a los hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas. | Pero si no perdonáis a los hombres, tampoco vuestro Padre perdonará vuestras transgresiones. |
Por eso pues, ahora, dice Jehová, convertíos a mí con todo vuestro corazón, con ayuno y lloro y lamento. | Aun ahora —declara el Señor— volved a mí de todo corazón, con ayuno, llanto y lamento. |
Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial. | Porque si perdonáis a los hombres sus transgresiones, también vuestro Padre celestial os perdonará a vosotros. |