Defended al débil y al huérfano; haced justicia al afligido y al menesteroso. | Defended al débil y al huérfano; haced justicia al afligido y al menesteroso. |
Todo aquel que niega al Hijo tampoco tiene al Padre; el que confiesa al Hijo tiene también al Padre. | Todo aquel que niega al Hijo, tampoco tiene al Padre. El que confiesa al Hijo tiene también al Padre. |
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Pagad a todos lo que debáis: al que impuesto, impuesto; al que tributo, tributo; al que temor, temor; al que honor, honor. | Pagad a todos lo que debéis: al que tributo, tributo; al que impuesto, impuesto; al que respeto, respeto; al que honra, honra. |
Salí del Padre y he venido al mundo; de nuevo, dejo el mundo y voy al Padre. | Salí del Padre y he venido al mundo; otra vez dejo el mundo y regreso al Padre. |
El da fuerzas al fatigado, y al que no tiene fuerzas, aumenta el vigor. | Él da esfuerzo al cansado y multiplica las fuerzas al que no tiene ningunas. |
Porque Él ha saciado al alma sedienta, y ha llenado de bienes al alma hambrienta. | Porque sacia al alma menesterosa, y llena de bien al alma hambrienta. |
El que tiene al Hijo tiene la vida, y el que no tiene al Hijo de Dios, no tiene la vida. | El que tiene al Hijo tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida. |
Porque Dios no envió a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por Él. | Dios no envió a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él. |
No améis al mundo ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él. | No améis al mundo ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él. |
Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y esta es la victoria que ha vencido al mundo: nuestra fe. | Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y ésta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe. |
Hay camino que al hombre le parece derecho, pero al final, es camino de muerte. | Hay camino que al hombre le parece derecho, pero es camino que lleva a la muerte. |
No convienen al necio las palabras elocuentes; mucho menos al príncipe los labios mentirosos. | Si no conviene al necio el lenguaje elocuente, ¡cuánto menos al príncipe el labio mentiroso! |
El que come no menosprecie al que no come, y el que no come no juzgue al que come, porque Dios lo ha aceptado. | El que come de todo no menosprecie al que no come, y el que no come no juzgue al que come, porque Dios lo ha recibido. |
Nadie puede servir a dos señores; porque o aborrecerá a uno y amará al otro, o se apegará a uno y despreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas. | Ninguno puede servir a dos señores, porque odiará al uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas. |
Aprended a hacer el bien, buscad la justicia, reprended al opresor, defended al huérfano, abogad por la viuda. | Aprended a hacer el bien, buscad el derecho, socorred al agraviado, haced justicia al huérfano, amparad a la viuda. |
En verdad, en verdad os digo: el que recibe al que yo envíe, me recibe a mí; y el que me recibe a mí, recibe al que me envió. | De cierto, de cierto os digo: El que reciba al que yo envíe, me recibe a mí; y el que me recibe a mí, recibe al que me envió. |
Y cuando Él venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio. | Y cuando él venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio. |
Espera al Señor; esfuérzate y aliéntese tu corazón. Sí, espera al Señor. | ¡Espera en Jehová! ¡Esfuérzate y aliéntese tu corazón! ¡Sí, espera en Jehová! |
Yo sé que mi Redentor vive, y al final se levantará sobre el polvo. | Pero yo sé que mi Redentor vive, y que al fin se levantará sobre el polvo. |
¿Pues qué si vierais al Hijo del Hombre ascender adonde antes estaba? | ¿Pues qué, si vierais al Hijo del hombre subir a donde estaba primero? |
Por tanto, someteos a Dios. Resistid, pues, al diablo y huirá de vosotros. | Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros. |
Aceptad al que es débil en la fe, pero no para juzgar sus opiniones. | Recibid al débil en la fe, pero no para contender sobre opiniones. |
Buscad la paz con todos y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor. | Seguid la paz con todos y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor. |
Y caí al suelo, y oí una voz que me decía: «Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?». | Caí al suelo y oí una voz que me decía: “Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?” |
Todo lo que respira alabe al Señor. ¡Aleluya! | ¡Todo lo que respira alabe a Jah! ¡Aleluya! |