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Como (2/4)

De aquel que cree en mí, como dice la Escritura, brotarán ríos de agua viva.El que cree en mí, como ha dicho la Escritura: «De lo más profundo de su ser brotarán ríos de agua viva».
Pues así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos volverán a vivir.Porque así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán vivificados.
Tan compasivo es el Señor con los que le temen como lo es un padre con sus hijos.Como un padre se compadece de sus hijos, así se compadece el Señor de los que le temen.
Perdónanos nuestras deudas, como también nosotros hemos perdonado a nuestros deudores.Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros hemos perdonado a nuestros deudores.
Esposas, sométanse a sus propios esposos como al Señor. Porque el esposo es cabeza de su esposa, así como Cristo es cabeza y Salvador de la iglesia, la cual es su cuerpo.Las mujeres estén sometidas a sus propios maridos como al Señor. Porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia, siendo Él mismo el Salvador del cuerpo.
No debemos, pues, dormirnos como los demás, sino mantenernos alerta y en nuestro sano juicio.Por tanto, no durmamos como los demás, sino estemos alerta y seamos sobrios.
Por eso, anímense y edifíquense unos a otros, tal como lo vienen haciendo.Por tanto, alentaos los unos a los otros, y edificaos el uno al otro, tal como lo estáis haciendo.
En efecto, toda la ley se resume en un solo mandamiento: «Ama a tu prójimo como a ti mismo».Porque toda la ley en una palabra se cumple en el precepto: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.
Por tanto, acéptense mutuamente, así como Cristo los aceptó a ustedes para gloria de Dios.Por tanto, aceptaos los unos a los otros, como también Cristo nos aceptó para gloria de Dios.
Porque ustedes antes eran oscuridad, pero ahora son luz en el Señor. Vivan como hijos de luz.Porque antes erais tinieblas, pero ahora sois luz en el Señor; andad como hijos de la luz.
Sé lo que es vivir en la pobreza, y lo que es vivir en la abundancia. He aprendido a vivir en todas y cada una de las circunstancias, tanto a quedar saciado como a pasar hambre, a tener de sobra como a sufrir escasez.Sé vivir en pobreza, y sé vivir en prosperidad; en todo y por todo he aprendido el secreto tanto de estar saciado como de tener hambre, de tener abundancia como de sufrir necesidad.
¡La paz sea con ustedes! —repitió Jesús—. Como el Padre me envió a mí, así yo los envío a ustedes.Jesús entonces les dijo otra vez: Paz a vosotros; como el Padre me ha enviado, así también yo os envío.
Como bien saben, ustedes fueron rescatados de la vida absurda que heredaron de sus antepasados. El precio de su rescate no se pagó con cosas perecederas, como el oro o la plata, sino con la preciosa sangre de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin defecto.Sabiendo que no fuisteis redimidos de vuestra vana manera de vivir heredada de vuestros padres con cosas perecederas como oro o plata, sino con sangre preciosa, como de un cordero sin tacha y sin mancha, la sangre de Cristo.
Así como me envió el Padre viviente, y yo vivo por el Padre, también el que come de mí vivirá por mí.Como el Padre que vive me envió, y yo vivo por el Padre, asimismo el que me come, él también vivirá por mí.
El segundo es: “Ama a tu prójimo como a ti mismo”. No hay otro mandamiento más importante que estos.El segundo es este: «Amarás a tu prójimo como a ti mismo». No hay otro mandamiento mayor que estos.
Hay un solo cuerpo y un solo Espíritu, así como también fueron llamados a una sola esperanza.Hay un solo cuerpo y un solo Espíritu, así como también vosotros fuisteis llamados en una misma esperanza de vuestra vocación.
Querido hermano, oro para que te vaya bien en todos tus asuntos y goces de buena salud, así como prosperas espiritualmente.Amado, ruego que seas prosperado en todo así como prospera tu alma, y que tengas buena salud.
La paz les dejo; mi paz les doy. Yo no se la doy a ustedes como la da el mundo. No se angustien ni se acobarden.La paz os dejo, mi paz os doy; no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo.
En todo caso, cada uno de ustedes ame también a su esposa como a sí mismo, y que la esposa respete a su esposo.En todo caso, cada uno de vosotros ame también a su mujer como a sí mismo, y que la mujer respete a su marido.
Cuando comencé a hablarles, el Espíritu Santo descendió sobre ellos tal como al principio descendió sobre nosotros.Cuando comencé a hablar, el Espíritu Santo descendió sobre ellos, tal como lo hizo sobre nosotros al principio.
Que el Señor nuestro Dios esté con nosotros, como estuvo con nuestros antepasados; que nunca nos deje ni nos abandone.Que el Señor nuestro Dios esté con nosotros, como estuvo con nuestros padres; que no nos deje ni nos abandone.
Así como el Hijo del hombre no vino para que le sirvan, sino para servir y para dar su vida en rescate por muchos.Así como el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir y para dar su vida en rescate por muchos.
Yo había convenido con mis ojos no mirar con lujuria a ninguna mujer.Hice un pacto con mis ojos, ¿cómo podía entonces mirar a una virgen?
Reconoce en tu corazón que, así como un padre disciplina a su hijo, también el Señor tu Dios te disciplina a ti.Por tanto, debes comprender en tu corazón que el Señor tu Dios te estaba disciplinando así como un hombre disciplina a su hijo.
Y al orar, no hablen solo por hablar como hacen los gentiles, porque ellos se imaginan que serán escuchados por sus muchas palabras.Y al orar, no uséis repeticiones sin sentido, como los gentiles, porque ellos se imaginan que serán oídos por su palabrería.

Como respuesta el hombre citó: —“Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con todo tu ser, con todas tus fuerzas y con toda tu mente”, y: “Ama a tu prójimo como a ti mismo”.Respondiendo él, dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu fuerza, y con toda tu mente; y a tu prójimo como a ti mismo.
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Versículo de la Biblia del día

En mi angustia invoqué al Señor;
clamé a mi Dios,
y él me escuchó desde su templo;
¡mi clamor llegó a sus oídos!

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Versículo de la Biblia al Azar

Tú, en cambio, hombre de Dios, huye de todo eso, y esmérate en seguir la justicia, la piedad, la fe, el amor, la constancia y la humildad.Siguiente versículo!Con imagen

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