Creó, pues, Dios al hombre a imagen suya, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó. | Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó. |
El día en que temo, yo en ti confío. | En el día que temo, yo en ti confío. |
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Protégeme, oh Dios, pues en ti me refugio. | Guárdame, Dios, porque en ti he confiado. |
Toda tú eres hermosa, amada mía, y no hay defecto en ti. | ¡Qué hermosa eres, amada mía! No hay defecto en ti. |
Al de firme propósito guardarás en perfecta paz, porque en ti confía. | Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera, porque en ti ha confiado. |
En ti me alegraré y me regocijaré; cantaré alabanzas a tu nombre, oh Altísimo. | Me alegraré y me regocijaré en ti; cantaré a tu nombre, Altísimo. |
En ti, oh Señor, me refugio; jamás sea yo avergonzado; líbrame en tu justicia. | En ti, Jehová, he confiado; no sea yo confundido jamás. ¡Líbrame en tu justicia! |
Sea sobre nosotros tu misericordia, oh Señor, según hemos esperado en ti. | ¡Sea tu misericordia, Jehová, sobre nosotros, según esperamos en ti! |
Guíame en tu verdad y enséñame, porque tú eres el Dios de mi salvación; en ti espero todo el día. | Encamíname en tu verdad y enséñame, porque tú eres el Dios de mi salvación; en ti he esperado todo el día. |
En el principio creó Dios los cielos y la tierra. Y la tierra estaba sin orden y vacía, y las tinieblas cubrían la superficie del abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la superficie de las aguas. | En el principio creó Dios los cielos y la tierra. La tierra estaba desordenada y vacía, las tinieblas estaban sobre la faz del abismo y el espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas. |
En ti pondrán su confianza los que conocen tu nombre, porque tú, oh Señor, no abandonas a los que te buscan. | En ti confiarán los que conocen tu nombre, por cuanto tú, Jehová, no desamparaste a los que te buscaron. |
Por la mañana hazme oír tu misericordia, porque en ti confío; enséñame el camino por el que debo andar, pues a ti elevo mi alma. | Hazme oír por la mañana tu misericordia, porque en ti he confiado. Hazme saber el camino por donde ande, porque hacia ti he elevado mi alma. |
El Señor tu Dios está en medio de ti, guerrero victorioso; se gozará en ti con alegría, en su amor guardará silencio, se regocijará por ti con cantos de júbilo. | Jehová está en medio de ti; ¡él es poderoso y te salvará! Se gozará por ti con alegría, callará de amor, se regocijará por ti con cánticos. |
¡Cuán grande es tu bondad, que has guardado para los que te temen, que has obrado para los que en ti se refugian, delante de los hijos de los hombres! | ¡Cuán grande es tu bondad, que has guardado para los que te temen, que has mostrado a los que esperan en ti, delante de los hijos de los hombres! |
Yo te haré saber y te enseñaré el camino en que debes andar; te aconsejaré con mis ojos puestos en ti. | Te haré entender y te enseñaré el camino en que debes andar; sobre ti fijaré mis ojos. |
¿A quién tengo yo en los cielos, sino a ti? Y fuera de ti, nada deseo en la tierra. | ¿A quién tengo yo en los cielos sino a ti? Y fuera de ti nada deseo en la tierra. |
No mintáis los unos a los otros, puesto que habéis desechado al viejo hombre con sus malos hábitos, y os habéis vestido del nuevo hombre, el cual se va renovando hacia un verdadero conocimiento, conforme a la imagen de aquel que lo creó. | No mintáis los unos a los otros, habiéndoos despojado del viejo hombre con sus hechos y revestido del nuevo. Éste, conforme a la imagen del que lo creó, se va renovando hasta el conocimiento pleno. |
El Señor te bendiga y te guarde; el Señor haga resplandecer su rostro sobre ti, y tenga de ti misericordia; el Señor alce sobre ti su rostro, y te dé paz. | Jehová te bendiga y te guarde. Jehová haga resplandecer su rostro sobre ti y tenga de ti misericordia; Jehová alce sobre ti su rostro y ponga en ti paz. |
En mi corazón he atesorado tu palabra, para no pecar contra ti. | En mi corazón he guardado tus dichos, para no pecar contra ti. |
Y aconteció que cuando todo el pueblo era bautizado, Jesús también fue bautizado: y mientras Él oraba, el cielo se abrió, y el Espíritu Santo descendió sobre Él en forma corporal, como una paloma, y vino una voz del cielo, que decía: Tú eres mi Hijo amado, en ti me he complacido. | Aconteció que cuando todo el pueblo se bautizaba, también Jesús fue bautizado y, mientras oraba, el cielo se abrió y descendió el Espíritu Santo sobre él en forma corporal, como paloma; y vino una voz del cielo que decía: «Tú eres mi Hijo amado; en ti tengo complacencia.» |
Aparta de ti la boca perversa, y aleja de ti los labios falsos. | Aparta de ti la perversidad de la boca, aleja de ti la iniquidad de los labios. |
Oh Dios, tú eres mi Dios; te buscaré con afán. Mi alma tiene sed de ti, mi carne te anhela cual tierra seca y árida donde no hay agua. | ¡Dios, Dios mío eres tú! ¡De madrugada te buscaré! Mi alma tiene sed de ti, mi carne te anhela en tierra seca y árida donde no hay aguas. |
Porque toda la ley en una palabra se cumple en el precepto: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. | Porque toda la Ley en esta sola palabra se cumple: «Amarás a tu prójimo como a ti mismo.» |
Ningún arma forjada contra ti prosperará, y condenarás toda lengua que se alce contra ti en juicio. Esta es la herencia de los siervos del Señor, y su justificación viene de mí —declara el Señor. | «Ninguna arma forjada contra ti, prosperará, y tú condenarás toda lengua que se levante contra ti en el juicio. Ésta es la herencia de los siervos de Jehová: su salvación de mí vendrá», dice Jehová. |
Pero en cuanto a ti, enseña lo que está de acuerdo con la sana doctrina. | Pero tú habla lo que está de acuerdo con la sana doctrina. |