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Versículos de la Biblia sobre 'Dijo'

Dijo Dios: «Sea la luz.» Y fue la luz.Y dijo Dios: «¡Que exista la luz!» Y la luz llegó a existir.
Felipe le dijo: —Señor, muéstranos el Padre y nos basta.Señor —dijo Felipe—, muéstranos al Padre y con eso nos basta.
Y les dijo: —Venid en pos de mí, y os haré pescadores de hombres.Vengan, síganme —les dijo Jesús—, y los haré pescadores de hombres.
Y les dijo: —Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura.Les dijo: «Vayan por todo el mundo y anuncien las buenas nuevas a toda criatura.»
Después dijo Jehová Dios: «No es bueno que el hombre esté solo: le haré ayuda idónea para él.»Luego Dios el Señor dijo: «No es bueno que el hombre esté solo. Voy a hacerle una ayuda adecuada».
Pero el ángel dijo a las mujeres: «No temáis vosotras, porque yo sé que buscáis a Jesús, el que fue crucificado. No está aquí, pues ha resucitado, como dijo. Venid, ved el lugar donde fue puesto el Señor.»El ángel dijo a las mujeres: —No tengan miedo; sé que ustedes buscan a Jesús, el que fue crucificado. No está aquí, pues ha resucitado, tal como dijo. Vengan a ver el lugar donde lo pusieron.
Jesús le dijo: —Si puedes creer, al que cree todo le es posible.¿Cómo que si puedo? Para el que cree, todo es posible.
Jesús le dijo: —¿No te he dicho que si crees verás la gloria de Dios?¿No te dije que si crees verás la gloria de Dios? —le contestó Jesús.
Jesús le dijo: —Porque me has visto, Tomás, creíste; bienaventurados los que no vieron y creyeron.Porque me has visto, has creído —le dijo Jesús—; dichosos los que no han visto y sin embargo creen.
Cuando Jesús tomó el vinagre, dijo: —¡Consumado es! E inclinando la cabeza, entregó el espíritu.Al probar Jesús el vinagre, dijo: —Todo se ha cumplido. Luego inclinó la cabeza y entregó el espíritu.
Jesús le dijo: —Vete, tu fe te ha salvado. Al instante recobró la vista, y seguía a Jesús por el camino.Puedes irte —le dijo Jesús—; tu fe te ha sanado. Al momento recobró la vista y empezó a seguir a Jesús por el camino.
Jesús les respondió y dijo: —Mi doctrina no es mía, sino de aquel que me envió.Mi enseñanza no es mía —replicó Jesús—, sino del que me envió.
Pero el ángel les dijo: —No temáis, porque yo os doy nuevas de gran gozo, que será para todo el pueblo.Pero el ángel les dijo: «No tengan miedo. Miren que les traigo buenas noticias que serán motivo de mucha alegría para todo el pueblo.»
Entonces Jesús dijo: «Dejad a los niños venir a mí y no se lo impidáis, porque de los tales es el reino de los cielos.»Jesús dijo: «Dejen que los niños vengan a mí, y no se lo impidan, porque el reino de los cielos es de quienes son como ellos».
Jesús le dijo: —Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie viene al Padre sino por mí.Yo soy el camino, la verdad y la vida —le contestó Jesús—. Nadie llega al Padre sino por mí.
Y Jesús dijo: —Todavía estaré con vosotros algún tiempo, y luego iré al que me envió.Voy a estar con ustedes un poco más de tiempo —afirmó Jesús—, y luego volveré al que me envió.
Pero él dijo: —¡Antes bien, bienaventurados los que oyen la palabra de Dios y la obedecen!Dichosos más bien —contestó Jesús— los que oyen la palabra de Dios y la obedecen.
Respondió Jesús y les dijo: —Ésta es la obra de Dios, que creáis en aquel que él ha enviado.Esta es la obra de Dios: que crean en aquel a quien él envió —les respondió Jesús.
Al oír esto Jesús, les dijo: —Los sanos no tienen necesidad de médico, sino los enfermos.Al oír esto, Jesús les contestó: —No son los sanos los que necesitan médico, sino los enfermos.
Él les preguntó: —Y vosotros, ¿quién decís que soy yo? Respondiendo Simón Pedro, dijo: —Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente.Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo? —Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente —afirmó Simón Pedro.
Él les dijo: —Lo que es imposible para los hombres, es posible para Dios.Lo que es imposible para los hombres es posible para Dios —aclaró Jesús.
Entonces se le acercó Pedro y le dijo: —Señor, ¿cuántas veces perdonaré a mi hermano que peque contra mí? ¿Hasta siete? Jesús le dijo: —No te digo hasta siete, sino aun hasta setenta veces siete.Pedro se acercó a Jesús y le preguntó: —Señor, ¿cuántas veces tengo que perdonar a mi hermano que peca contra mí? ¿Hasta siete veces? —No te digo que hasta siete veces, sino hasta setenta y siete veces —le contestó Jesús—.
Entonces él se sentó, llamó a los doce y les dijo: —Si alguno quiere ser el primero, será el último de todos y el servidor de todos.Entonces Jesús se sentó, llamó a los doce y les dijo: —Si alguno quiere ser el primero, que sea el último de todos y el servidor de todos.
Mirándolos Jesús, les dijo: —Para los hombres esto es imposible, pero para Dios todo es posible.Para los hombres es imposible —aclaró Jesús, mirándolos fijamente—, mas para Dios todo es posible.
Y llamando a la gente y a sus discípulos, les dijo: —Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame.Entonces llamó a la multitud y a sus discípulos. —Si alguien quiere ser mi discípulo —les dijo—, que se niegue a sí mismo, lleve su cruz y me siga.

Ministrando estos al Señor y ayunando, dijo el Espíritu Santo: «Apartadme a Bernabé y a Saulo para la obra a que los he llamado.»Mientras ayunaban y participaban en el culto al Señor, el Espíritu Santo dijo: «Apártenme ahora a Bernabé y a Saulo para el trabajo al que los he llamado».
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Versículo de la Biblia del día

Y será predicado este evangelio del Reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones, y entonces vendrá el fin.

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