Hijo mío, si tu corazón es sabio, mi corazón también se me alegrará. | Hijo mío, si tu corazón fuere sabio, También a mí se me alegrará el corazón. |
Enseña al niño el camino en que debe andar, y aun cuando sea viejo no se apartará de él. | Instruye al niño en su camino, Y aun cuando fuere viejo no se apartará de él. |
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El que crea y sea bautizado será salvo; pero el que no crea será condenado. | El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado. |
Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que Él os exalte a su debido tiempo. | Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él os exalte cuando fuere tiempo. |
Pero yo os digo la verdad: os conviene que yo me vaya; porque si no me voy, el Consolador no vendrá a vosotros; pero si me voy, os lo enviaré. | Pero yo os digo la verdad: Os conviene que yo me vaya; porque si no me fuera, el Consolador no vendría a vosotros; mas si me fuere, os lo enviaré. |
Cuando un hombre es recién casado, no saldrá con el ejército, ni se le impondrá ningún deber; quedará libre en su casa por un año para hacer feliz a la mujer que ha tomado. | Cuando alguno fuere recién casado, no saldrá a la guerra, ni en ninguna cosa se le ocupará; libre estará en su casa por un año, para alegrar a la mujer que tomó. |
Hermanos, aun si alguno es sorprendido en alguna falta, vosotros que sois espirituales, restauradlo en un espíritu de mansedumbre, mirándote a ti mismo, no sea que tú también seas tentado. | Hermanos, si alguno fuere sorprendido en alguna falta, vosotros que sois espirituales, restauradle con espíritu de mansedumbre, considerándote a ti mismo, no sea que tú también seas tentado. |
Y cuando os lleven y os entreguen, no os preocupéis de antemano por lo que vais a decir, sino que lo que os sea dado en aquella hora, eso hablad; porque no sois vosotros los que habláis, sino el Espíritu Santo. | Pero cuando os trajeren para entregaros, no os preocupéis por lo que habéis de decir, ni lo penséis, sino lo que os fuere dado en aquella hora, eso hablad; porque no sois vosotros los que habláis, sino el Espíritu Santo. |
El da fuerzas al fatigado, y al que no tiene fuerzas, aumenta el vigor. | El da esfuerzo al cansado, y multiplica las fuerzas al que no tiene ningunas. |
Venid ahora, y razonemos —dice el Señor— aunque vuestros pecados sean como la grana, como la nieve serán emblanquecidos; aunque sean rojos como el carmesí, como blanca lana quedarán. | Venid luego, dice Jehová, y estemos a cuenta: si vuestros pecados fueren como la grana, como la nieve serán emblanquecidos; si fueren rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana. |
Por lo demás, fortaleceos en el Señor y en el poder de su fuerza. | Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza. |
Estad alerta, permaneced firmes en la fe, portaos varonilmente, sed fuertes. | Velad, estad firmes en la fe; portaos varonilmente, y esforzaos. |
El Señor dará fuerza a su pueblo; el Señor bendecirá a su pueblo con paz. | Jehová dará poder a su pueblo; Jehová bendecirá a su pueblo con paz. |
Al que no conoció pecado, le hizo pecado por nosotros, para que fuéramos hechos justicia de Dios en Él. | Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él. |
Yo dije al Señor: Tú eres mi Señor; ningún bien tengo fuera de ti. | Oh alma mía, dijiste a Jehová: Tú eres mi Señor; No hay para mí bien fuera de ti. |
El nombre del Señor es torre fuerte, a ella corre el justo y está a salvo. | Torre fuerte es el nombre de Jehová; A él correrá el justo, y será levantado. |
Pues, ¿quién es Dios, fuera del Señor? ¿Y quién es roca, sino solo nuestro Dios? | Porque ¿quién es Dios sino sólo Jehová? ¿Y qué roca hay fuera de nuestro Dios? |
Todas las cosas fueron hechas por medio de Él, y sin Él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho. | Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho. |
En el ejercicio de su voluntad, Él nos hizo nacer por la palabra de verdad, para que fuéramos las primicias de sus criaturas. | El, de su voluntad, nos hizo nacer por la palabra de verdad, para que seamos primicias de sus criaturas. |
Por la palabra del Señor fueron hechos los cielos, y todo su ejército por el aliento de su boca. | Por la palabra de Jehová fueron hechos los cielos, Y todo el ejército de ellos por el aliento de su boca. |
Pues ¿quién es Dios, fuera del Señor? ¿Y quién es roca, sino solo nuestro Dios? | Porque ¿quién es Dios, sino sólo Jehová? ¿Y qué roca hay fuera de nuestro Dios? |
¿A quién tengo yo en los cielos, sino a ti? Y fuera de ti, nada deseo en la tierra. | ¿A quién tengo yo en los cielos sino a ti? Y fuera de ti nada deseo en la tierra. |
No digas: ¿Por qué fueron los días pasados mejores que estos? Pues no es sabio que preguntes sobre esto. | Nunca digas: ¿Cuál es la causa de que los tiempos pasados fueron mejores que estos? Porque nunca de esto preguntarás con sabiduría. |
Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente, y con toda tu fuerza. | Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas. Este es el principal mandamiento. |
Entonces los que habían recibido su palabra fueron bautizados; y se añadieron aquel día como tres mil almas. | Así que, los que recibieron su palabra fueron bautizados; y se añadieron aquel día como tres mil personas. |