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Versículos de la Biblia sobre 'Has'

  • A ti, oh Dios de mis padres,
    te doy gracias y te alabo,
    porque me has dado sabiduría y fuerza,
    y ahora me has revelado lo que te pedimos;
    pues nos has dado a conocer el asunto del rey.
  • Oh Jehová, tú me has examinado y conocido.
    Tú has conocido mi sentarme y mi levantarme;
    Has entendido desde lejos mis pensamientos.
  • Padre, aquellos que me has dado, quiero que donde yo estoy, también ellos estén conmigo, para que vean mi gloria que me has dado; porque me has amado desde antes de la fundación del mundo.
  • Jesús le dijo: Porque me has visto, Tomás, creíste; bienaventurados los que no vieron, y creyeron.
  • Nunca jamás me olvidaré de tus mandamientos,
    Porque con ellos me has vivificado.
  • !!Cuán grande es tu bondad,
    que has guardado para los que te temen,
    Que has mostrado a los que esperan en ti,
    delante de los hijos de los hombres!
  • ¿No has sabido,
    no has oído que el Dios eterno es Jehová,
    el cual creó los confines de la tierra?
    No desfallece, ni se fatiga con cansancio,
    y su entendimiento no hay quien lo alcance.
  • Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado.
  • Por tanto, si tu hermano peca contra ti, ve y repréndele estando tú y él solos; si te oyere, has ganado a tu hermano.
  • Porque tú nos probaste, oh Dios;
    Nos ensayaste como se afina la plata.
  • Jehová, tú eres mi Dios;
    te exaltaré, alabaré tu nombre,
    porque has hecho maravillas;
    tus consejos antiguos
    son verdad y firmeza.
  • ¿Has de poner tus ojos en las riquezas, siendo ningunas?
    Porque se harán alas
    Como alas de águila, y volarán al cielo.
  • Y su señor le dijo: Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor.
  • Y les he dado a conocer tu nombre, y lo daré a conocer aún, para que el amor con que me has amado, esté en ellos, y yo en ellos.
  • Pero yo cantaré de tu poder,
    Y alabaré de mañana tu misericordia;
    Porque has sido mi amparo
    Y refugio en el día de mi angustia.
  • Entonces el ángel le dijo: María, no temas, porque has hallado gracia delante de Dios. Y ahora, concebirás en tu vientre, y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS.
  • Por tanto, tú te has engrandecido, Jehová Dios; por cuanto no hay como tú, ni hay Dios fuera de ti, conforme a todo lo que hemos oído con nuestros oídos.
  • Y dijo Pedro: Ananías, ¿por qué llenó Satanás tu corazón para que mintieses al Espíritu Santo, y sustrajeses del precio de la heredad? Reteniéndola, ¿no se te quedaba a ti? y vendida, ¿no estaba en tu poder? ¿Por qué pusiste esto en tu corazón? No has mentido a los hombres, sino a Dios.
  • Mis labios se alegrarán cuando cante a ti,
    Y mi alma, la cual redimiste.
  • Me diste asimismo el escudo de tu salvación;
    Tu diestra me sustentó,
    Y tu benignidad me ha engrandecido.
    Ensanchaste mis pasos debajo de mí,
    Y mis pies no han resbalado.
  • Me mostrarás la senda de la vida;
    En tu presencia hay plenitud de gozo;
    Delicias a tu diestra para siempre.
  • El fin de todo el discurso oído es este: Teme a Dios, y guarda sus mandamientos; porque esto es el todo del hombre.
  • !!Oh Señor Jehová! he aquí que tú hiciste el cielo y la tierra con tu gran poder, y con tu brazo extendido, ni hay nada que sea difícil para ti.
  • Acuérdate, oh Jehová, de tus piedades y de tus misericordias,
    Que son perpetuas.
    De los pecados de mi juventud, y de mis rebeliones, no te acuerdes;
    Conforme a tu misericordia acuérdate de mí,
    Por tu bondad, oh Jehová.
  • Enseñaba Jesús en una sinagoga en el día de reposo; y había allí una mujer que desde hacía dieciocho años tenía espíritu de enfermedad, y andaba encorvada, y en ninguna manera se podía enderezar. Cuando Jesús la vio, la llamó y le dijo: Mujer, eres libre de tu enfermedad. Y puso las manos sobre ella; y ella se enderezó luego, y glorificaba a Dios. Pero el principal de la sinagoga, enojado de que Jesús hubiese sanado en el día de reposo, dijo a la gente: Seis días hay en que se debe trabajar; en éstos, pues, venid y sed sanados, y no en día de reposo. Entonces el Señor le respondió y dijo: Hipócrita, cada uno de vosotros ¿no desata en el día de reposo su buey o su asno del pesebre y lo lleva a beber? Y a esta hija de Abraham, que Satanás había atado dieciocho años, ¿no se le debía desatar de esta ligadura en el día de reposo? Al decir él estas cosas, se avergonzaban todos sus adversarios; pero todo el pueblo se regocijaba por todas las cosas gloriosas hechas por él.