DailyVerses.netTemasVersículo al AzarRegistrar

Versículos de la Biblia sobre 'Has'

  • Porque tú nos has probado, oh Dios;
    nos has refinado como se refina la plata.
  • Jesús le dijo: ¿Porque me has visto has creído? Dichosos los que no vieron, y sin embargo creyeron.
  • A ti, Dios de mis padres, doy yo gracias y alabo,
    porque me has dado sabiduría y poder,
    y ahora me has revelado lo que te habíamos pedido,
    pues el asunto del rey nos has dado a conocer.
  • Padre, quiero que los que me has dado, estén también conmigo donde yo estoy, para que vean mi gloria, la gloria que me has dado; porque me has amado desde antes de la fundación del mundo.
  • Jamás me olvidaré de tus preceptos,
    porque por ellos me has vivificado.
  • ¡Cuán grande es tu bondad,
    que has guardado para los que te temen,
    que has obrado para los que en ti se refugian,
    delante de los hijos de los hombres!
  • Oh Señor, tú me has escudriñado y conocido.
    Tú conoces mi sentarme y mi levantarme;
    desde lejos comprendes mis pensamientos.
  • Y si tu hermano peca, ve y repréndelo a solas; si te escucha, has ganado a tu hermano.
  • Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado.
  • ¿Acaso no lo sabes? ¿Es que no lo has oído?
    El Dios eterno, el Señor, el creador de los confines de la tierra
    no se fatiga ni se cansa.
    Su entendimiento es inescrutable.
  • Darán voces de júbilo mis labios, cuando te cante alabanzas,
    y mi alma, que tú has redimido.
  • Oh Señor, tú eres mi Dios;
    te ensalzaré, daré alabanzas a tu nombre,
    porque has hecho maravillas,
    designios concebidos desde tiempos antiguos con toda fidelidad.
  • Pero yo cantaré de tu poder;
    sí, gozoso cantaré por la mañana tu misericordia;
    porque tú has sido mi baluarte,
    y un refugio en el día de mi angustia.
  • Y el ángel le dijo: No temas, María, porque has hallado gracia delante de Dios. Y he aquí, concebirás en tu seno y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús.
  • Cuando pones tus ojos en ella, ya no está.
    Porque la riqueza ciertamente se hace alas,
    como águila que vuela hacia los cielos.
  • Tú me has dado también el escudo de tu salvación;
    tu diestra me sostiene,
    y tu benevolencia me engrandece.
    Ensanchas mis pasos debajo de mí,
    y mis pies no han resbalado.
  • Yo les he dado a conocer tu nombre, y lo daré a conocer, para que el amor con que me amaste esté en ellos y yo en ellos.
  • Su señor le dijo: «Bien, siervo bueno y fiel; en lo poco fuiste fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor».
  • Mas Pedro dijo: Ananías, ¿por qué ha llenado Satanás tu corazón para mentir al Espíritu Santo, y quedarte con parte del precio del terreno? Mientras estaba sin venderse, ¿no te pertenecía? Y después de vendida, ¿no estaba bajo tu poder? ¿Por qué concebiste este asunto en tu corazón? No has mentido a los hombres sino a Dios.
  • Oh Señor Dios, por eso tú eres grande; pues no hay nadie como tú, ni hay Dios fuera de ti, conforme a todo lo que hemos oído con nuestros oídos.
  • Me darás a conocer la senda de la vida;
    en tu presencia hay plenitud de gozo;
    en tu diestra, deleites para siempre.
  • La conclusión, cuando todo se ha oído, es esta:
    teme a Dios y guarda sus mandamientos,
    porque esto concierne a toda persona.
  • ¡Ah, Señor Dios! He aquí, tú hiciste los cielos y la tierra con tu gran poder y con tu brazo extendido; nada es imposible para ti.
  • Acuérdate, oh Señor, de tu compasión y de tus misericordias,
    que son eternas.
    No te acuerdes de los pecados de mi juventud ni de mis transgresiones;
    acuérdate de mí conforme a tu misericordia,
    por tu bondad, oh Señor.
  • Jesús estaba enseñando en una de las sinagogas un día de reposo, y había allí una mujer que durante dieciocho años había tenido una enfermedad causada por un espíritu; estaba encorvada, y de ninguna manera se podía enderezar. Cuando Jesús la vio, la llamó y le dijo: Mujer, has quedado libre de tu enfermedad. Y puso las manos sobre ella, y al instante se enderezó y glorificaba a Dios. Pero el oficial de la sinagoga, indignado porque Jesús había sanado en día de reposo, reaccionó diciendo a la multitud: Hay seis días en los cuales se debe trabajar; venid, pues, en esos días y sed sanados, y no en día de reposo. Entonces el Señor le respondió, y dijo: Hipócritas, ¿no desata cada uno de vosotros su buey o su asno del pesebre en día de reposo y lo lleva a beber? Y esta, que es hija de Abraham, a la que Satanás ha tenido atada durante dieciocho largos años, ¿no debía ser libertada de esta ligadura en día de reposo? Y al decir Él esto, todos sus adversarios se avergonzaban, pero toda la multitud se regocijaba por todas las cosas gloriosas hechas por Él.