Gustad, y ved que es bueno Jehová; Dichoso el hombre que confía en él. | Probad y ved que el Señor es bueno. ¡Cuán bienaventurado es el hombre que en Él se refugia! |
He aquí, bienaventurado es el hombre a quien Dios castiga; Por tanto, no menosprecies la corrección del Todopoderoso. | He aquí, cuán bienaventurado es el hombre a quien Dios reprende; no desprecies, pues, la disciplina del Todopoderoso. |
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Yo, yo soy vuestro consolador. ¿Quién eres tú para que tengas temor del hombre, que es mortal, y del hijo de hombre, que es como heno? | Yo, yo soy vuestro consolador. ¿Quién eres tú que temes al hombre mortal, y al hijo del hombre que como hierba es tratado? |
Por esto dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne. | Por esto el hombre dejará a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne. |
Porque ¿qué aprovechará al hombre si ganare todo el mundo, y perdiere su alma? | Pues, ¿de qué le sirve a un hombre ganar el mundo entero y perder su alma? |
Como el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos. | Así como el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir y para dar su vida en rescate por muchos. |
El hombre de bien tiene misericordia, y presta; Gobierna sus asuntos con juicio. | Bien le va al hombre que se apiada y presta; arreglará sus asuntos con juicio. |
El respondió y dijo: Escrito está: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios. | Pero Él respondiendo, dijo: Escrito está: «No solo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios». |
Porque el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos. | Porque ni aun el Hijo del Hombre vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos. |
El hombre bueno, del buen tesoro de su corazón saca lo bueno; y el hombre malo, del mal tesoro de su corazón saca lo malo; porque de la abundancia del corazón habla la boca. | El hombre bueno, del buen tesoro de su corazón saca lo que es bueno; y el hombre malo, del mal tesoro saca lo que es malo; porque de la abundancia del corazón habla su boca. |
El temor del hombre pondrá lazo; Mas el que confía en Jehová será exaltado. | El temor al hombre es un lazo, pero el que confía en el Señor estará seguro. |
Como ciudad derribada y sin muro Es el hombre cuyo espíritu no tiene rienda. | Como ciudad invadida y sin murallas es el hombre que no domina su espíritu. |
Porque ¿quién de los hombres sabe las cosas del hombre, sino el espíritu del hombre que está en él? Así tampoco nadie conoció las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios. | Porque entre los hombres, ¿quién conoce los pensamientos de un hombre, sino el espíritu del hombre que está en él? Asimismo, nadie conoce los pensamientos de Dios, sino el Espíritu de Dios. |
Él, respondiendo, les dijo: ¿No habéis leído que el que los hizo al principio, varón y hembra los hizo, y dijo: Por esto el hombre dejará padre y madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne? Así que no son ya más dos, sino una sola carne; por tanto, lo que Dios juntó, no lo separe el hombre. | Y respondiendo Jesús, dijo: ¿No habéis leído que aquel que los creó, desde el principio los hizo varón y hembra, y añadió: «Por esta razón el hombre dejará a su padre y a su madre y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne»? Por consiguiente, ya no son dos, sino una sola carne. Por tanto, lo que Dios ha unido, ningún hombre lo separe. |
La dádiva del hombre le ensancha el camino Y le lleva delante de los grandes. | La dádiva del hombre le abre camino y lo lleva ante la presencia de los grandes. |
En Dios alabaré su palabra; En Dios he confiado; no temeré; ¿Qué puede hacerme el hombre? | En Dios, cuya palabra alabo, en Dios he confiado, no temeré. ¿Qué puede hacerme el hombre? |
El hombre perverso levanta contienda, Y el chismoso aparta a los mejores amigos. | El hombre perverso provoca contiendas, y el chismoso separa a los mejores amigos. |
La soberbia del hombre le abate; Pero al humilde de espíritu sustenta la honra. | El orgullo del hombre lo humillará, pero el de espíritu humilde obtendrá honores. |
Mas tú, oh hombre de Dios, huye de estas cosas, y sigue la justicia, la piedad, la fe, el amor, la paciencia, la mansedumbre. | Pero tú, oh hombre de Dios, huye de estas cosas, y sigue la justicia, la piedad, la fe, el amor, la perseverancia y la amabilidad. |
Todo camino del hombre es recto en su propia opinión; Pero Jehová pesa los corazones. | Todo camino del hombre es recto ante sus ojos, pero el Señor sondea los corazones. |
Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca. | Por tanto, cualquiera que oye estas palabras mías y las pone en práctica, será semejante a un hombre sabio que edificó su casa sobre la roca. |
El hombre que tiene amigos ha de mostrarse amigo; Y amigo hay más unido que un hermano. | El hombre de muchos amigos se arruina, pero hay amigo más unido que un hermano. |
Yo he conocido que no hay para ellos cosa mejor que alegrarse, y hacer bien en su vida; y también que es don de Dios que todo hombre coma y beba, y goce el bien de toda su labor. | Sé que no hay nada mejor para ellos que regocijarse y hacer el bien en su vida; además, que todo hombre que coma y beba y vea lo bueno en todo su trabajo, eso es don de Dios. |
El rescate de la vida del hombre está en sus riquezas; Pero el pobre no oye censuras. | El rescate de la vida de un hombre está en sus riquezas, pero el pobre no oye amenazas. |
El hombre se alegra con la respuesta de su boca; Y la palabra a su tiempo, !!cuán buena es! | El hombre se alegra con la respuesta adecuada, y una palabra a tiempo, ¡cuán agradable es! |