Pero tú, oh hombre de Dios, huye de estas cosas, y sigue la justicia, la piedad, la fe, el amor, la perseverancia y la amabilidad. | Mas tú, oh hombre de Dios, huye de estas cosas, y sigue la justicia, la piedad, la fe, el amor, la paciencia, la mansedumbre. |
Buscad la paz con todos y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor. | Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor. |
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Ahora bien, la fe es la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve. | Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve. |
La suave respuesta aparta el furor, mas la palabra hiriente hace subir la ira. | La blanda respuesta quita la ira; Mas la palabra áspera hace subir el furor. |
La recompensa de la humildad y el temor del Señor son la riqueza, el honor y la vida. | Riquezas, honra y vida Son la remuneración de la humildad y del temor de Jehová. |
Tomad también el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu que es la palabra de Dios. | Y tomad el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios. |
Él ama la justicia y el derecho; llena está la tierra de la misericordia del Señor. | El ama justicia y juicio; De la misericordia de Jehová está llena la tierra. |
Pelea la buena batalla de la fe; echa mano de la vida eterna a la cual fuiste llamado, y de la que hiciste buena profesión en presencia de muchos testigos. | Pelea la buena batalla de la fe, echa mano de la vida eterna, a la cual asimismo fuiste llamado, habiendo hecho la buena profesión delante de muchos testigos. |
El que sigue la justicia y la lealtad halla vida, justicia y honor. | El que sigue la justicia y la misericordia Hallará la vida, la justicia y la honra. |
Sécase la hierba, marchítase la flor, mas la palabra del Dios nuestro permanece para siempre. | Sécase la hierba, marchítase la flor; mas la palabra del Dios nuestro permanece para siempre. |
Entonces dijo Dios: Sea la luz. Y hubo luz. | Y dijo Dios: Sea la luz; y fue la luz. |
Entrad por la puerta estrecha, porque ancha es la puerta y amplia es la senda que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella. Porque estrecha es la puerta y angosta la senda que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan. | Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella; porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan. |
Cuando viene la soberbia, viene también la deshonra; pero con los humildes está la sabiduría. | Cuando viene la soberbia, viene también la deshonra; Mas con los humildes está la sabiduría. |
De nada sirven las riquezas el día de la ira, pero la justicia libra de la muerte. | No aprovecharán las riquezas en el día de la ira; Mas la justicia librará de muerte. |
Muerte y vida están en poder de la lengua, y los que la aman comerán su fruto. | La muerte y la vida están en poder de la lengua, Y el que la ama comerá de sus frutos. |
Si el Señor no edifica la casa, en vano trabajan los que la edifican; si el Señor no guarda la ciudad, en vano vela la guardia. | Si Jehová no edificare la casa, En vano trabajan los que la edifican; Si Jehová no guardare la ciudad, En vano vela la guardia. |
Engañosa es la gracia y vana la belleza, pero la mujer que teme al Señor, esa será alabada. | Engañosa es la gracia, y vana la hermosura; La mujer que teme a Jehová, ésa será alabada. |
Porque todo lo que hay en el mundo, la pasión de la carne, la pasión de los ojos y la arrogancia de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo. | Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo. |
No hago nula la gracia de Dios, porque si la justicia viene por medio de la ley, entonces Cristo murió en vano. | No desecho la gracia de Dios; pues si por la ley fuese la justicia, entonces por demás murió Cristo. |
La paz os dejo, mi paz os doy; no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo. | La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo. |
Así que la fe viene del oír, y el oír, por la palabra de Cristo. | Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios. |
Gozándoos en la esperanza, perseverando en el sufrimiento, dedicados a la oración. | Gozosos en la esperanza; sufridos en la tribulación; constantes en la oración. |
Pues todos los que han pecado sin la ley, sin la ley también perecerán; y todos los que han pecado bajo la ley, por la ley serán juzgados. | Porque todos los que sin ley han pecado, sin ley también perecerán; y todos los que bajo la ley han pecado, por la ley serán juzgados. |
Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra. | Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra. |
El temor del Señor es el principio de la sabiduría; los necios desprecian la sabiduría y la instrucción. | El principio de la sabiduría es el temor de Jehová; Los insensatos desprecian la sabiduría y la enseñanza. |