No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará. | No os engañéis; Dios no puede ser burlado, pues todo lo que el hombre siembre, eso también segará. |
No seas vencido de lo malo, sino vence con el bien el mal. | No seas vencido de lo malo, sino vence con el bien el mal. |
Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador. Todo pámpano que en mí no lleva fruto, lo quitará; y todo aquel que lleva fruto, lo limpiará, para que lleve más fruto. | Yo soy la vid verdadera y mi Padre es el labrador. Todo pámpano que en mí no lleva fruto, lo quitará; y todo aquel que lleva fruto, lo limpiará, para que lleve más fruto. |
Digo: ¿Qué es el hombre, para que tengas de él memoria, Y el hijo del hombre, para que lo visites? | Digo: «¿Qué es el hombre para que tengas de él memoria, y el hijo del hombre para que lo visites?» |
Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza. | Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor y en su fuerza poderosa. |
Dios no es hombre, para que mienta, Ni hijo de hombre para que se arrepienta. El dijo, ¿y no hará? Habló, ¿y no lo ejecutará? | Dios no es hombre, para que mienta, ni hijo de hombre para que se arrepienta. ¿Acaso dice y no hace? ¿Acaso promete y no cumple? |
Cada uno de nosotros agrade a su prójimo en lo que es bueno, para edificación. | Cada uno de nosotros agrade a su prójimo en lo que es bueno, para edificación. |
Jehová está conmigo; no temeré Lo que me pueda hacer el hombre. | Jehová está conmigo; no temeré lo que me pueda hacer el hombre. |
Porque tú, oh Jehová, bendecirás al justo; Como con un escudo lo rodearás de tu favor. | Tú, Jehová, bendecirás al justo; como con un escudo lo rodearás de tu favor. |
Oh hombre, él te ha declarado lo que es bueno, y qué pide Jehová de ti: solamente hacer justicia, y amar misericordia, y humillarte ante tu Dios. | Hombre, él te ha declarado lo que es bueno, lo que pide Jehová de ti: solamente hacer justicia, amar misericordia y humillarte ante tu Dios. |
Los labios del justo saben hablar lo que agrada; Mas la boca de los impíos habla perversidades. | Los labios del justo saben decir lo que agrada, mas la boca de los malvados habla perversidades. |
Por lo cual no resbalará jamás; En memoria eterna será el justo. | Por lo cual no resbalará jamás; en memoria eterna será el justo. |
Pero sea vuestro hablar: Sí, sí; no, no; porque lo que es más de esto, de mal procede. | Pero sea vuestro hablar: “Sí, sí” o “No, no” porque lo que es más de esto, de mal procede. |
Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será hecho. | Si permanecéis en mí y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queráis y os será hecho. |
Lo que aprendisteis y recibisteis y oísteis y visteis en mí, esto haced; y el Dios de paz estará con vosotros. | Lo que aprendisteis, recibisteis, oísteis y visteis en mí, esto haced; y el Dios de paz estará con vosotros. |
Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora. | Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora. |
Mejor es lo poco con el temor de Jehová, Que el gran tesoro donde hay turbación. | Mejor es lo poco con el temor de Jehová, que un gran tesoro donde hay turbación. |
No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros, y os he puesto para que vayáis y llevéis fruto, y vuestro fruto permanezca; para que todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, él os lo dé. | No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros y os he puesto para que vayáis y llevéis fruto, y vuestro fruto permanezca; para que todo lo que pidáis al Padre en mi nombre, él os lo dé. |
En lo que requiere diligencia, no perezosos; fervientes en espíritu, sirviendo al Señor. | En lo que requiere diligencia, no perezosos; fervientes en espíritu, sirviendo al Señor. |
Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí. | Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí. |
Y bendijo Dios al día séptimo, y lo santificó, porque en él reposó de toda la obra que había hecho en la creación. | Entonces bendijo Dios el séptimo día y lo santificó, porque en él reposó de toda la obra que había hecho en la creación. |
Y respondiendo, les dijo: El que tiene dos túnicas, dé al que no tiene; y el que tiene qué comer, haga lo mismo. | Respondiendo, les decía: —El que tiene dos túnicas, dé al que no tiene; y el que tiene qué comer, haga lo mismo. |
Velad debidamente, y no pequéis; porque algunos no conocen a Dios; para vergüenza vuestra lo digo. | Velad debidamente y no pequéis, porque algunos no conocen a Dios. Para vergüenza vuestra lo digo. |
Porque si cayeren, el uno levantará a su compañero; pero !!ay del solo! que cuando cayere, no habrá segundo que lo levante. | Porque si caen, el uno levantará a su compañero; pero ¡ay del que está solo! Cuando caiga no habrá otro que lo levante. |
Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra. | Por eso Dios también lo exaltó sobre todas las cosas y le dio un nombre que es sobre todo nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, en la tierra y debajo de la tierra. |
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