Que os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es Cristo el Señor. | Que os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es CRISTO el Señor. |
Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y ésta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe. | Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y esta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe. |
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Amados, amémonos unos a otros, porque el amor es de Dios. Todo aquel que ama es nacido de Dios y conoce a Dios. | Amados, amémonos unos a otros; porque el amor es de Dios. Todo aquel que ama, es nacido de Dios, y conoce a Dios. |
Lo que nace de la carne, carne es; y lo que nace del Espíritu, espíritu es. | Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es. |
¡Levántate, resplandece, porque ha venido tu luz y la gloria de Jehová ha nacido sobre ti! | Levántate, resplandece; porque ha venido tu luz, y la gloria de Jehová ha nacido sobre ti. |
Porque un niño nos ha nacido, hijo nos ha sido dado, y el principado sobre su hombro. Se llamará su nombre «Admirable consejero», «Dios fuerte», «Padre eterno», «Príncipe de paz». | Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz. |
Cuando Jesús nació, en Belén de Judea, en días del rey Herodes, llegaron del oriente a Jerusalén unos sabios, preguntando: —¿Dónde está el rey de los judíos que ha nacido?, pues su estrella hemos visto en el oriente y venimos a adorarlo. | Cuando Jesús nació en Belén de Judea en días del rey Herodes, vinieron del oriente a Jerusalén unos magos, diciendo: ¿Dónde está el rey de los judíos, que ha nacido? Porque su estrella hemos visto en el oriente, y venimos a adorarle. |
Y desead, como niños recién nacidos, la leche espiritual no adulterada, para que por ella crezcáis para salvación. | Desead, como niños recién nacidos, la leche espiritual no adulterada, para que por ella crezcáis para salvación. |
Pues habéis renacido, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la palabra de Dios que vive y permanece para siempre. | Siendo renacidos, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la palabra de Dios que vive y permanece para siempre. |