No os dejaré huérfanos; volveré a vosotros. | No los voy a dejar huérfanos; volveré a ustedes. |
No penséis que he venido a abolir la Ley o los Profetas; no he venido a abolir, sino a cumplir. | No piensen que he venido a anular la ley o los profetas; no he venido a anularlos, sino a darles cumplimiento. |
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No a nosotros, Jehová, no a nosotros, sino a tu nombre da gloria, por tu misericordia, por tu verdad. | La gloria, Señor, no es para nosotros; no es para nosotros, sino para tu nombre, por causa de tu amor y tu verdad. |
No mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven, pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas. | Así que no nos fijamos en lo visible, sino en lo invisible, ya que lo que se ve es pasajero, mientras que lo que no se ve es eterno. |
Yo me dejé buscar por aquellos que no preguntaban por mí y fui hallado por aquellos que no me buscaban. Dije a gente que no invocaba mi nombre: “¡Aquí estoy, aquí estoy!” | Me di a conocer a los que no preguntaban por mí; dejé que me hallaran los que no me buscaban. A una nación que no invocaba mi nombre, le dije: “¡Aquí estoy!” |
Le respondió Jesús: —De cierto, de cierto te digo que el que no nace de nuevo no puede ver el reino de Dios. | De veras te aseguro que quien no nazca de nuevo no puede ver el reino de Dios —dijo Jesús. |
¿Qué, pues, diremos? ¿La Ley es pecado? ¡De ninguna manera! Pero yo no conocí el pecado sino por la Ley; y tampoco conocería la codicia, si la Ley no dijera: «No codiciarás». | ¿Qué concluiremos? ¿Que la ley es pecado? ¡De ninguna manera! Sin embargo, si no fuera por la ley, no me habría dado cuenta de lo que es el pecado. Por ejemplo, nunca habría sabido yo lo que es codiciar si la ley no hubiera dicho: «No codicies». |
No améis al mundo ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él. | No amen al mundo ni nada de lo que hay en él. Si alguien ama al mundo, no tiene el amor del Padre. |
La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón ni tenga miedo. | La paz les dejo; mi paz les doy. Yo no se la doy a ustedes como la da el mundo. No se angustien ni se acobarden. |
Porque si primero está la voluntad dispuesta, será aceptado según lo que uno tiene, no según lo que no tiene. | Porque, si uno lo hace de buena voluntad, lo que da es bien recibido según lo que tiene, y no según lo que no tiene. |
No os hagáis dioses de plata ni dioses de oro para ponerlos junto a mí. | No me ofendan; no se hagan dioses de plata o de oro, ni los adoren. |
No te afanes por hacerte rico: sé prudente y desiste. | No te afanes acumulando riquezas; no te obsesiones con ellas. |
No os engañéis; Dios no puede ser burlado, pues todo lo que el hombre siembre, eso también segará. | No se engañen: de Dios nadie se burla. Cada uno cosecha lo que siembra. |
¡Qué hermosa eres, amada mía! No hay defecto en ti. | Toda tú eres bella, amada mía; no hay en ti defecto alguno. |
No dará tu pie al resbaladero ni se dormirá el que te guarda. | No permitirá que tu pie resbale; jamás duerme el que te cuida. |
Jehová va delante de ti; él estará contigo, no te dejará ni te desamparará. No temas ni te intimides. | El Señor mismo marchará al frente de ti y estará contigo; nunca te dejará ni te abandonará. No temas ni te desanimes. |
Respondió Jesús: —De cierto, de cierto te digo que el que no nace de agua y del Espíritu no puede entrar en el reino de Dios. | Yo te aseguro que quien no nazca de agua y del Espíritu no puede entrar en el reino de Dios —respondió Jesús—. |
Cuando a Dios hagas promesa, no tardes en cumplirla, porque él no se complace en los insensatos. Cumple lo que prometes. | Cuando hagas un voto a Dios, no tardes en cumplirlo, porque a Dios no le agradan los necios. Cumple tus votos. |
¿Se ocultará alguno, dice Jehová, en escondrijos donde yo no lo vea? ¿No lleno yo, dice Jehová, el cielo y la tierra? | ¿Podrá el hombre hallar un escondite donde yo no pueda encontrarlo? —afirma el Señor—. ¿Acaso no soy yo el que llena los cielos y la tierra? —afirma el Señor—. |
No tomarás el nombre de Jehová, tu Dios, en vano, porque Jehová no considerará inocente al que tome su nombre en vano. | No uses el nombre del Señor tu Dios en falso. Yo, el Señor, no tendré por inocente a quien se atreva a usar mi nombre en falso. |
Unánimes entre vosotros; no seáis altivos, sino asociaos con los humildes. No seáis sabios en vuestra propia opinión. | Vivan en armonía los unos con los otros. No sean arrogantes, sino háganse solidarios con los humildes. No se crean los únicos que saben. |
Si Jehová no edifica la casa, en vano trabajan los que la edifican; si Jehová no guarda la ciudad, en vano vela la guardia. | Si el Señor no edifica la casa, en vano se esfuerzan los albañiles. Si el Señor no cuida la ciudad, en vano hacen guardia los vigilantes. |
Me apresuré y no me retardé en guardar tus mandamientos. | Me doy prisa, no tardo nada para cumplir tus mandamientos. |
¿Acaso piensas que no puedo ahora orar a mi Padre, y que él no me daría más de doce legiones de ángeles? | ¿Crees que no puedo acudir a mi Padre, y al instante pondría a mi disposición más de doce batallones de ángeles? |
Y los que viven según la carne no pueden agradar a Dios. | Los que viven según la naturaleza pecaminosa no pueden agradar a Dios. |