Y no entristezcáis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención. | Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención. |
No desecho la gracia de Dios, pues si por la Ley viniera la justicia, entonces en vano murió Cristo. | No desecho la gracia de Dios; pues si por la ley fuese la justicia, entonces por demás murió Cristo. |
Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros seamos justicia de Dios en él. | Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él. |
Él respondió y dijo: —Escrito está: “No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.” | El respondió y dijo: Escrito está: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios. |
Porque la paga del pecado es muerte, pero la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús, Señor nuestro. | Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro. |
Buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas. | Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas. |
Y el Señor encamine vuestros corazones al amor de Dios y a la paciencia de Cristo. | Y el Señor encamine vuestros corazones al amor de Dios, y a la paciencia de Cristo. |
Plata pura es la lengua del justo, mas es nada el corazón de los malvados. | Plata escogida es la lengua del justo; Mas el corazón de los impíos es como nada. |
Si alguno destruye el templo de Dios, Dios lo destruirá a él, porque el templo de Dios, el cual sois vosotros, santo es. | Si alguno destruyere el templo de Dios, Dios le destruirá a él; porque el templo de Dios, el cual sois vosotros, santo es. |
Hijitos, vosotros sois de Dios y los habéis vencido, porque mayor es el que está en vosotros que el que está en el mundo. | Hijitos, vosotros sois de Dios, y los habéis vencido; porque mayor es el que está en vosotros, que el que está en el mundo. |
La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios y la comunión del Espíritu Santo sean con todos vosotros. Amén. | La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios, y la comunión del Espíritu Santo sean con todos vosotros. Amén. |
Pero Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu, porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios. | Pero Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu; porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios. |
Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo y, habiendo acabado todo, estar firmes. | Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes. |
Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí y yo en él, éste lleva mucho fruto, porque separados de mí nada podéis hacer. | Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer. |
La palabra de la cruz es locura a los que se pierden; pero a los que se salvan, esto es, a nosotros, es poder de Dios. | Porque la palabra de la cruz es locura a los que se pierden; pero a los que se salvan, esto es, a nosotros, es poder de Dios. |
Actuad como personas libres, pero no como los que tienen la libertad como pretexto para hacer lo malo, sino como siervos de Dios. | Como libres, pero no como los que tienen la libertad como pretexto para hacer lo malo, sino como siervos de Dios. |
Hasta ahora nada habéis pedido en mi nombre; pedid, y recibiréis, para que vuestro gozo sea completo. | Hasta ahora nada habéis pedido en mi nombre; pedid, y recibiréis, para que vuestro gozo sea cumplido. |
De nada servirán las riquezas en el día de la ira, pero la justicia librará de muerte. | No aprovecharán las riquezas en el día de la ira; Mas la justicia librará de muerte. |
Pero tú, hombre de Dios, huye de estas cosas y sigue la justicia, la piedad, la fe, el amor, la paciencia, la mansedumbre. | Mas tú, oh hombre de Dios, huye de estas cosas, y sigue la justicia, la piedad, la fe, el amor, la paciencia, la mansedumbre. |
El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que se niega a creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él. | El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rehúsa creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él. |
Sé que no hay para el hombre cosa mejor que alegrarse y hacer bien en su vida, y también que es don de Dios que todo hombre coma y beba, y goce de los beneficios de toda su labor. | Yo he conocido que no hay para ellos cosa mejor que alegrarse, y hacer bien en su vida; y también que es don de Dios que todo hombre coma y beba, y goce el bien de toda su labor. |
Pues en el evangelio, la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está escrito: «Mas el justo por la fe vivirá». | Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está escrito: Mas el justo por la fe vivirá. |
Los sacrificios de Dios son el espíritu quebrantado; al corazón contrito y humillado no despreciarás tú, oh Dios. | Los sacrificios de Dios son el espíritu quebrantado; Al corazón contrito y humillado no despreciarás tú, oh Dios. |
Pues habéis renacido, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la palabra de Dios que vive y permanece para siempre. | Siendo renacidos, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la palabra de Dios que vive y permanece para siempre. |
Pues por esto pagáis también los tributos, porque las autoridades están al servicio de Dios, dedicadas continuamente a este oficio. | Pues por esto pagáis también los tributos, porque son servidores de Dios que atienden continuamente a esto mismo. |