La vid se marchitó; languideció la higuera; se marchitaron los granados, las palmeras, los manzanos, ¡todos los árboles del campo! ¡Y hasta la alegría de la gente acabó por marchitarse! | La vid está seca, y pereció la higuera; el granado también, la palmera y el manzano; todos los árboles del campo se secaron, por lo cual se extinguió el gozo de los hijos de los hombres. |
Hijo mío, si tu corazón es sabio, también mi corazón se regocijará. | Hijo mío, si tu corazón fuere sabio, También a mí se me alegrará el corazón. |
Aunque cambien de lugar las montañas y se tambaleen las colinas, no cambiará mi fiel amor por ti ni vacilará mi pacto de paz, —dice el Señor, que de ti se compadece—. | Porque los montes se moverán, y los collados temblarán, pero no se apartará de ti mi misericordia, ni el pacto de mi paz se quebrantará, dijo Jehová, el que tiene misericordia de ti. |
El hierro se afila con el hierro, y el hombre en el trato con el hombre. | Hierro con hierro se aguza; Y así el hombre aguza el rostro de su amigo. |
Me explico: El mensaje de la cruz es una locura para los que se pierden; en cambio, para los que se salvan, es decir, para nosotros, este mensaje es el poder de Dios. | Porque la palabra de la cruz es locura a los que se pierden; pero a los que se salvan, esto es, a nosotros, es poder de Dios. |
Cuando no se ejecuta rápidamente la sentencia de un delito, el corazón del pueblo se llena de razones para hacer lo malo. | Por cuanto no se ejecuta luego sentencia sobre la mala obra, el corazón de los hijos de los hombres está en ellos dispuesto para hacer el mal. |
Si alguien se cree religioso, pero no le pone freno a su lengua, se engaña a sí mismo, y su religión no sirve para nada. | Si alguno se cree religioso entre vosotros, y no refrena su lengua, sino que engaña su corazón, la religión del tal es vana. |
El dinero mal habido pronto se acaba; quien ahorra, poco a poco se enriquece. | Las riquezas de vanidad disminuirán; Pero el que recoge con mano laboriosa las aumenta. |
Porque el Hijo del hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido. | Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido. |
Al llegar a este punto, Job se levantó, se rasgó las vestiduras, se rasuró la cabeza, y luego se dejó caer al suelo en actitud de adoración. Entonces dijo: «Desnudo salí del vientre de mi madre, y desnudo he de partir. El Señor ha dado; el Señor ha quitado. ¡Bendito sea el nombre del Señor!» | Entonces Job se levantó, y rasgó su manto, y rasuró su cabeza, y se postró en tierra y adoró, y dijo: Desnudo salí del vientre de mi madre, y desnudo volveré allá. Jehová dio, y Jehová quitó; sea el nombre de Jehová bendito. |
Así que todo lo que ustedes han dicho en la oscuridad se dará a conocer a plena luz, y lo que han susurrado a puerta cerrada se proclamará desde las azoteas. | Por tanto, todo lo que habéis dicho en tinieblas, a la luz se oirá; y lo que habéis hablado al oído en los aposentos, se proclamará en las azoteas. |
Mientras guardé silencio, mis huesos se fueron consumiendo por mi gemir de todo el día. | Mientras callé, se envejecieron mis huesos En mi gemir todo el día. |
En fin, el fruto de la justicia se siembra en paz para los que hacen la paz. | Y el fruto de justicia se siembra en paz para aquellos que hacen la paz. |
No se contenten solo con escuchar la palabra, pues así se engañan ustedes mismos. Llévenla a la práctica. | Pero sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos. |
El amor es paciente, es bondadoso. El amor no es envidioso ni jactancioso ni orgulloso. No se comporta con rudeza, no es egoísta, no se enoja fácilmente, no guarda rencor. | El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor. |
De hecho, todo lo que se escribió en el pasado se escribió para enseñarnos, a fin de que, alentados por las Escrituras, perseveremos en mantener nuestra esperanza. | Porque las cosas que se escribieron antes, para nuestra enseñanza se escribieron, a fin de que por la paciencia y la consolación de las Escrituras, tengamos esperanza. |
Francamente, mientras más sabiduría, más problemas; mientras más se sabe, más se sufre. | Porque en la mucha sabiduría hay mucha molestia; y quien añade ciencia, añade dolor. |
Dichoso aquel a quien se le perdonan sus transgresiones, a quien se le borran sus pecados. | Bienaventurado aquel cuya transgresión ha sido perdonada, y cubierto su pecado. |
Porque el amor al dinero es la raíz de toda clase de males. Por codiciarlo, algunos se han desviado de la fe y se han causado muchísimos sinsabores. | Porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores. |
Yo reprendo y disciplino a todos los que amo. Por lo tanto, sé fervoroso y arrepiéntete. | Yo reprendo y castigo a todos los que amo; sé, pues, celoso, y arrepiéntete. |
Con regalos se abren todas las puertas y se llega a la presencia de gente importante. | La dádiva del hombre le ensancha el camino Y le lleva delante de los grandes. |
El gran amor del Señor nunca se acaba, y su compasión jamás se agota. Cada mañana se renuevan sus bondades; ¡muy grande es su fidelidad! | Por la misericordia de Jehová no hemos sido consumidos, porque nunca decayeron sus misericordias. Nuevas son cada mañana; grande es tu fidelidad. |
Hasta que desde lo alto el Espíritu sea derramado sobre nosotros. Entonces el desierto se volverá un campo fértil, y el campo fértil se convertirá en bosque. | Hasta que sobre nosotros sea derramado el Espíritu de lo alto, y el desierto se convierta en campo fértil, y el campo fértil sea estimado por bosque. |
Tan compasivo es el Señor con los que le temen como lo es un padre con sus hijos. | Como el padre se compadece de los hijos, Se compadece Jehová de los que le temen. |
En efecto, toda la ley se resume en un solo mandamiento: «Ama a tu prójimo como a ti mismo». | Porque toda la ley en esta sola palabra se cumple: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. |
Versículo de la Biblia del día
Tan compasivo es el Señor con los que le temencomo lo es un padre con sus hijos.