¡Pero gracias a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo! | Pero a Dios gracias, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo. |
Porque todo el que ha nacido de Dios vence al mundo. Esta es la victoria que vence al mundo: nuestra fe. | Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y esta es la victoria que ha vencido al mundo: nuestra fe. |
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Porque el Señor se complace en su pueblo; a los humildes concede el honor de la victoria. | Porque el Señor se deleita en su pueblo; adornará de salvación a los afligidos. |
Tuyos son, Señor, la grandeza y el poder, la gloria, la victoria y la majestad. Tuyo es todo cuanto hay en el cielo y en la tierra. Tuyo también es el reino, y tú estás por encima de todo. | Tuya es, oh Señor, la grandeza y el poder y la gloria y la victoria y la majestad, en verdad, todo lo que hay en los cielos y en la tierra; tuyo es el dominio, oh Señor, y tú te exaltas como soberano sobre todo. |
Señor, ¡danos la salvación! Señor, ¡concédenos la victoria! Bendito el que viene en el nombre del Señor. Desde la casa del Señor los bendecimos. | Te rogamos, oh Señor: sálvanos ahora; te rogamos, oh Señor: prospéranos ahora. Bendito el que viene en el nombre del Señor; desde la casa del Señor os bendecimos. |
Porque no fue su espada la que conquistó la tierra, ni fue su brazo el que les dio la victoria: fue tu brazo, tu mano derecha; fue la luz de tu rostro, porque tú los amabas. | Pues no por su espada tomaron posesión de la tierra, ni su brazo los salvó, sino tu diestra y tu brazo, y la luz de tu presencia, porque te complaciste en ellos. |