Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio. | Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio. |
Para que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de gloria, os dé espíritu de sabiduría y de revelación en el conocimiento de él. | Pidiendo que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de gloria, os dé espíritu de sabiduría y de revelación en un mejor conocimiento de Él. |
Aparta de ti la perversidad de la boca, aleja de ti la iniquidad de los labios. | Aparta de ti la boca perversa, y aleja de ti los labios falsos. |
Porque nosotros somos colaboradores de Dios, y vosotros sois labranza de Dios, edificio de Dios. | Porque nosotros somos colaboradores de Dios, y vosotros sois labranza de Dios, edificio de Dios. |
Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable misericordia, de bondad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia. | Entonces, como escogidos de Dios, santos y amados, revestíos de tierna compasión, bondad, humildad, mansedumbre y paciencia. |
Hijitos míos, no amemos de palabra ni de lengua, sino de hecho y en verdad. | Hijos, no amemos de palabra ni de lengua, sino de hecho y en verdad. |
Él respondió y dijo: —Escrito está: “No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.” | Pero Él respondiendo, dijo: Escrito está: «No solo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios». |
Le respondió Jesús: —De cierto, de cierto te digo que el que no nace de nuevo no puede ver el reino de Dios. | Respondió Jesús y le dijo: En verdad, en verdad te digo que el que no nace de nuevo no puede ver el reino de Dios. |
Lavaos y limpiaos, quitad la iniquidad de vuestras obras de delante de mis ojos, dejad de hacer lo malo. | Lavaos, limpiaos, quitad la maldad de vuestras obras de delante de mis ojos; cesad de hacer el mal. |
Y cuando él venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio. | Y cuando Él venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio. |
Todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, son hijos de Dios. | Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, los tales son hijos de Dios. |
Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo. ¿Cuándo vendré y me presentaré delante de Dios? | Mi alma tiene sed de Dios, del Dios viviente; ¿cuándo vendré y me presentaré delante de Dios? |
Porque el anhelo ardiente de la creación es el aguardar la manifestación de los hijos de Dios. | Porque el anhelo profundo de la creación es aguardar ansiosamente la revelación de los hijos de Dios. |
Juan estaba vestido de pelo de camello, tenía un cinto de cuero alrededor de su cintura, y su comida era langostas y miel silvestre. | Y él, Juan, tenía un vestido de pelo de camello y un cinto de cuero a la cintura; y su comida era de langostas y miel silvestre. |
Por tanto, dejando ya los rudimentos de la doctrina de Cristo, vamos adelante a la perfección, no echando otra vez el fundamento del arrepentimiento de obras muertas, de la fe en Dios, de la doctrina de bautismos, de la imposición de manos, de la resurrección de los muertos y del juicio eterno. | Por tanto, dejando las enseñanzas elementales acerca de Cristo, avancemos hacia la madurez, no echando otra vez el fundamento del arrepentimiento de obras muertas y de la fe hacia Dios, de la enseñanza sobre lavamientos, de la imposición de manos, de la resurrección de los muertos y del juicio eterno. |
¿Quién es este Rey de gloria? ¡Es Jehová de los ejércitos! ¡Él es el Rey de gloria! Selah | ¿Quién es este Rey de la gloria? El Señor de los ejércitos, Él es el Rey de la gloria. (Selah) |
De nada servirán las riquezas en el día de la ira, pero la justicia librará de muerte. | De nada sirven las riquezas el día de la ira, pero la justicia libra de la muerte. |
Respondió Jesús: —De cierto, de cierto te digo que el que no nace de agua y del Espíritu no puede entrar en el reino de Dios. | Jesús respondió: En verdad, en verdad te digo que el que no nace de agua y del Espíritu no puede entrar en el reino de Dios. |
Ciertamente mil años delante de tus ojos son como el día de ayer, que pasó, y como una de las vigilias de la noche. | Porque mil años ante tus ojos son como el día de ayer que ya pasó, y como una vigilia de la noche. |
«En tu mano están mis tiempos!» Líbrame de manos de mis enemigos y de mis perseguidores. | En tu mano están mis años; líbrame de la mano de mis enemigos, y de los que me persiguen. |
Jehová, de mañana oirás mi voz; de mañana me presentaré delante de ti y esperaré. | Oh Señor, de mañana oirás mi voz; de mañana presentaré mi oración a ti, y con ansias esperaré. |
Los tesoros de maldad no serán de provecho, mas la justicia libra de la muerte. | Tesoros mal adquiridos no aprovechan, mas la justicia libra de la muerte. |
Pero de día mandará Jehová su misericordia y de noche su cántico estará conmigo, y mi oración al Dios de mi vida. | De día mandará el Señor su misericordia, y de noche su cántico estará conmigo; elevaré una oración al Dios de mi vida. |
¿Acaso no sabéis que sois templo de Dios y que el Espíritu de Dios está en vosotros? | ¿No sabéis que sois templo de Dios y que el Espíritu de Dios habita en vosotros? |
Jehová es mi luz y mi salvación, ¿de quién temeré? Jehová es la fortaleza de mi vida, ¿de quién he de atemorizarme? | El Señor es mi luz y mi salvación; ¿a quién temeré? El Señor es la fortaleza de mi vida; ¿de quién tendré temor? |
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