Antes que los montes fueran engendrados, y nacieran la tierra y el mundo, desde la eternidad y hasta la eternidad, tú eres Dios. | Antes que nacieran los montes y formaras la tierra y el mundo, desde el siglo y hasta el siglo, tú eres Dios. |
Venid a mí, todos los que estáis cansados y cargados, y yo os haré descansar. | Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. |
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Del Señor es la tierra y todo lo que hay en ella; el mundo y los que en él habitan. | De Jehová es la tierra y su plenitud, el mundo y los que en él habitan. |
Defended al débil y al huérfano; haced justicia al afligido y al menesteroso. | Defended al débil y al huérfano; haced justicia al afligido y al menesteroso. |
Dios es espíritu, y los que le adoran deben adorarle en espíritu y en verdad. | Dios es Espíritu, y los que lo adoran, en espíritu y en verdad es necesario que lo adoren. |
Codiciáis y no tenéis, por eso cometéis homicidio. Sois envidiosos y no podéis obtener, por eso combatís y hacéis guerra. No tenéis, porque no pedís. | Codiciáis y no tenéis; matáis y ardéis de envidia y nada podéis alcanzar; combatís y lucháis, pero no tenéis lo que deseáis, porque no pedís. |
Tomad mi yugo sobre vosotros y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y hallareis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es fácil y mi carga ligera. | Llevad mi yugo sobre vosotros y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y hallaréis descanso para vuestras almas, porque mi yugo es fácil y ligera mi carga. |
A la viuda y al huérfano no afligiréis. Si lo afliges y él clama a mí, ciertamente yo escucharé su clamor, y se encenderá mi ira y os mataré a espada, y vuestras mujeres quedarán viudas y vuestros hijos huérfanos. | A ninguna viuda ni huérfano afligiréis, porque si tú llegas a afligirlos, y ellos claman a mí, ciertamente oiré yo su clamor, mi furor se encenderá y os mataré a espada; vuestras mujeres serán viudas, y huérfanos vuestros hijos. |
Ayunamos, pues, y pedimos a nuestro Dios acerca de esto, y Él escuchó nuestra súplica. | Ayunamos, pues, y pedimos a nuestro Dios sobre esto, y él nos fue propicio. |
Y este es el mensaje que hemos oído de Él y que os anunciamos: Dios es luz, y en Él no hay tiniebla alguna. | Éste es el mensaje que hemos oído de él y os anunciamos: Dios es luz y no hay ningunas tinieblas en él. |
Y el que suministra semilla al sembrador y pan para su alimento, suplirá y multiplicará vuestra sementera y aumentará la siega de vuestra justicia. | Y el que da semilla al que siembra y pan al que come, proveerá y multiplicará vuestra sementera y aumentará los frutos de vuestra justicia. |
Pues El que quiere amar la vida y ver días buenos, refrene su lengua del mal y sus labios no hablen engaño. Apártese del mal y haga el bien; busque la paz y sígala. | Porque: «El que quiere amar la vida y ver días buenos, refrene su lengua de mal y sus labios no hablen engaño; apártese del mal y haga el bien; busque la paz y sígala.» |
Ellos respondieron: Cree en el Señor Jesús, y serás salvo, tú y toda tu casa. | Ellos dijeron: —Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo tú y tu casa. |
Mas serviréis al Señor vuestro Dios, y Él bendecirá tu pan y tu agua; y yo quitaré las enfermedades de en medio de ti. | Pero serviréis a Jehová, vuestro Dios, y él bendecirá tu pan y tus aguas. Yo apartaré de ti toda enfermedad. |
Y andad en amor, así como también Cristo os amó y se dio a sí mismo por nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios, como fragante aroma. | Y andad en amor, como también Cristo nos amó y se entregó a sí mismo por nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios en olor fragante. |
Sáname, oh Señor, y seré sanado; sálvame y seré salvo, porque tú eres mi alabanza. | Sáname, Jehová, y quedaré sano; sálvame, y seré salvo, porque tú eres mi alabanza. |
Yo reprendo y disciplino a todos los que amo; sé, pues, celoso y arrepiéntete. | Yo reprendo y castigo a todos los que amo; sé, pues, celoso y arrepiéntete. |
Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. | Y les dijo: —Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. |
Te exaltaré mi Dios, oh Rey, y bendeciré tu nombre eternamente y para siempre. | Te exaltaré, mi Dios, mi Rey, y bendeciré tu nombre eternamente y para siempre. |
Y Jesús le dijo: Vete, tu fe te ha sanado. Y al instante recobró la vista, y le seguía por el camino. | Jesús le dijo: —Vete, tu fe te ha salvado. Al instante recobró la vista, y seguía a Jesús por el camino. |
Porque donde hay celos y ambición personal, allí hay confusión y toda cosa mala. | Pues donde hay celos y rivalidad, allí hay perturbación y toda obra perversa. |
En el principio existía el Verbo, y el Verbo estaba con Dios, y el Verbo era Dios. | En el principio era el Verbo, el Verbo estaba con Dios y el Verbo era Dios. |
Y tomando los cinco panes y los dos peces, levantando los ojos al cielo, los bendijo, y los partió, y los iba dando a los discípulos para que los sirvieran a la gente. Todos comieron y se saciaron; y se recogieron de lo que les sobró de los pedazos: doce cestas llenas. | Y tomando los cinco panes y los dos peces, levantó los ojos al cielo, los bendijo, los partió y dio a sus discípulos para que los pusieran delante de la gente. Comieron todos y se saciaron; y recogieron lo que les sobró: doce cestas de pedazos. |
Y llamando a la multitud y a sus discípulos, les dijo: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz, y sígame. | Y llamando a la gente y a sus discípulos, les dijo: —Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame. |
Y Jesús iba por toda Galilea, enseñando en sus sinagogas y proclamando el evangelio del reino, y sanando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo. | Recorría Jesús toda Galilea, enseñando en las sinagogas de ellos, predicando el evangelio del Reino y sanando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo. |