¿Y quién es el que vence al mundo, sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios? | ¿Quién es el que vence al mundo, sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios? |
Porque Cristo es el fin de la ley para justicia a todo aquel que cree. | Pues el fin de la Ley es Cristo, para justicia a todo aquel que cree. |
Ahora bien, la fe es la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve. | Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve. |
El que sigue la justicia y la lealtad halla vida, justicia y honor. | El que sigue la justicia y la misericordia hallará la vida, la justicia y el honor. |
Y este mandamiento tenemos de Él: que el que ama a Dios, ame también a su hermano. | Y nosotros tenemos este mandamiento de él: «El que ama a Dios, ame también a su hermano.» |
He aquí, Dios es el que me ayuda; el Señor es el que sostiene mi alma. | Dios es el que me ayuda; el Señor está con los que sostienen mi vida. |
El que halla esposa halla algo bueno y alcanza el favor del Señor. | El que encuentra esposa encuentra el bien y alcanza la benevolencia de Jehová. |
El temor al hombre es un lazo, pero el que confía en el Señor estará seguro. | El temor del hombre le pone trampas; el que confía en Jehová está a salvo. |
Mejor es el lento para la ira que el poderoso, y el que domina su espíritu que el que toma una ciudad. | Mejor es el que tarda en airarse que el fuerte, el que domina su espíritu que el conquistador de una ciudad. |
El que adquiere cordura ama su alma; el que guarda la prudencia hallará el bien. | El que posee entendimiento ama su alma; el que cuida la inteligencia hallará el bien. |
El que tiene al Hijo tiene la vida, y el que no tiene al Hijo de Dios, no tiene la vida. | El que tiene al Hijo tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida. |
Él que oculta el odio tiene labios mentirosos, y el que esparce calumnia es un necio. | El de labios mentirosos encubre el odio; el que propaga la calumnia es un necio. |
Él que testifica de estas cosas dice: Sí, vengo pronto. Amén. Ven, Señor Jesús. | El que da testimonio de estas cosas dice: «Ciertamente vengo en breve.» ¡Amén! ¡Ven, Señor Jesús! |
Porque el que me halla, halla la vida, y alcanza el favor del Señor. | Porque el que me halle, hallará la vida y alcanzará el favor de Jehová. |
El que cubre una falta busca afecto, pero el que repite el asunto separa a los mejores amigos. | El que encubre la falta busca la amistad; el que la divulga, aparta al amigo. |
El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que no obedece al Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios permanece sobre él. | El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que se niega a creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él. |
Él que ama la instrucción ama el conocimiento, pero el que odia la reprensión es torpe. | El que ama la instrucción ama la sabiduría; el que aborrece la reprensión es un ignorante. |
Él que guarda su boca, preserva su vida; el que mucho abre sus labios, termina en ruina. | El que guarda su boca guarda su vida, pero el que mucho abre sus labios acaba en desastre. |
El impío gana salario engañoso, pero el que siembra justicia recibe verdadera recompensa. | El malvado obra con falsedad; el que siembra justicia obtendrá firme galardón. |
El que guarda el mandamiento guarda su alma, mas el que menosprecia sus caminos morirá. | El que guarda el mandamiento guarda su vida, pero morirá el que menosprecia los caminos de Jehová. |
El que pone atención a la palabra hallará el bien, y el que confía en el Señor es bienaventurado. | El entendido en la palabra hallará el bien; el que confía en Jehová es bienaventurado. |
En las muchas palabras, la transgresión es inevitable, mas el que refrena sus labios es prudente. | En las muchas palabras no falta pecado; el que refrena sus labios es prudente. |
El padre del justo se regocijará en gran manera, y el que engendra un sabio se alegrará en él. | Mucho se alegrará el padre del justo, y el que engendra a un sabio se gozará con él. |
En verdad os digo que cualquiera que diga a este monte: «Quítate y arrójate al mar», y no dude en su corazón, sino crea que lo que dice va a suceder, le será concedido. | De cierto os digo que cualquiera que diga a este monte: “Quítate y arrójate en el mar”, y no duda en su corazón, sino que cree que será hecho lo que dice, lo que diga le será hecho. |
De la misma manera, os digo, hay gozo en la presencia de los ángeles de Dios por un pecador que se arrepiente. | Así os digo que hay gozo delante de los ángeles de Dios por un pecador que se arrepiente. |