Versículos de la Biblia sobre la Enfermedad
- ¿Está alguno entre vosotros enfermo? Que llame a los ancianos de la iglesia y que ellos oren por él, ungiéndolo con aceite en el nombre del Señor; y la oración de fe restaurará al enfermo, y el Señor lo levantará, y si ha cometido pecados le serán perdonados.
- Mas serviréis al Señor vuestro Dios, y Él bendecirá tu pan y tu agua; y yo quitaré las enfermedades de en medio de ti.
- Amado, ruego que seas prosperado en todo así como prospera tu alma, y que tengas buena salud.
- Sana a los quebrantados de corazón,
y venda sus heridas. - Ciertamente Él llevó nuestras enfermedades,
y cargó con nuestros dolores;
con todo, nosotros le tuvimos por azotado,
por herido de Dios y afligido. - El corazón alegre es buena medicina,
pero el espíritu quebrantado seca los huesos. - Sáname, oh Señor, y seré sanado;
sálvame y seré salvo,
porque tú eres mi alabanza. - Si escuchas atentamente la voz del Señor tu Dios, y haces lo que es recto ante sus ojos, y escuchas sus mandamientos, y guardas todos sus estatutos, no te enviaré ninguna de las enfermedades que envié sobre los egipcios; porque yo, el Señor, soy tu sanador.
- Sanad enfermos, resucitad muertos, limpiad leprosos, expulsad demonios; de gracia recibisteis, dad de gracia.
- Por tanto, confesaos vuestros pecados unos a otros, y orad unos por otros para que seáis sanados. La oración eficaz del justo puede lograr mucho.
- Sanad a los enfermos que haya en ella, y decidles: «Se ha acercado a vosotros el reino de Dios».
- La esperanza que se demora enferma el corazón,
pero el deseo cumplido es árbol de vida. - El Señor abre los ojos a los ciegos,
el Señor levanta a los caídos,
el Señor ama a los justos. - Mientras callé mi pecado, mi cuerpo se consumió
con mi gemir durante todo el día. - Fue despreciado y desechado de los hombres,
varón de dolores y experimentado en aflicción;
y como uno de quien los hombres esconden el rostro,
fue despreciado, y no le estimamos. - Entonces oí una gran voz que decía desde el trono: He aquí, el tabernáculo de Dios está entre los hombres, y Él habitará entre ellos y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará entre ellos. Él enjugará toda lágrima de sus ojos, y ya no habrá muerte, ni habrá más duelo, ni clamor, ni dolor, porque las primeras cosas han pasado.
- Y Jesús iba por toda Galilea, enseñando en sus sinagogas y proclamando el evangelio del reino, y sanando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo.
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