¿Quién es el que vence al mundo sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios? | ¿Y quién es el que vence al mundo, sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios? |
Así que tú, hijo mío, fortalécete por la gracia que tenemos en Cristo Jesús. | Tú, pues, hijo mío, fortalécete en la gracia que hay en Cristo Jesús. |
Esta es la obra de Dios: que crean en aquel a quien él envió —les respondió Jesús. | Respondió Jesús y les dijo: Esta es la obra de Dios: que creáis en el que Él ha enviado. |
Dichosos más bien —contestó Jesús— los que oyen la palabra de Dios y la obedecen. | Pero Él dijo: Al contrario, dichosos los que oyen la palabra de Dios y la guardan. |
Ciertamente les aseguro que todo el que peca es esclavo del pecado —respondió Jesús—. | Jesús les respondió: En verdad, en verdad os digo que todo el que comete pecado es esclavo del pecado. |
Al oír esto, Jesús le dijo a Jairo: —No tengas miedo; cree nada más, y ella será sanada. | Pero cuando Jesús lo oyó, le respondió: No temas; cree solamente, y ella será sanada. |
Si alguien reconoce que Jesús es el Hijo de Dios, Dios permanece en él, y él en Dios. | Todo aquel que confiesa que Jesús es el Hijo de Dios, Dios permanece en él y él en Dios. |
El que da testimonio de estas cosas, dice: «Sí, vengo pronto». Amén. ¡Ven, Señor Jesús! | Él que testifica de estas cosas dice: Sí, vengo pronto. Amén. Ven, Señor Jesús. |
Yo soy el camino, la verdad y la vida —le contestó Jesús—. Nadie llega al Padre sino por mí. | Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre sino por mí. |
De veras te aseguro que quien no nazca de nuevo no puede ver el reino de Dios —dijo Jesús. | Respondió Jesús y le dijo: En verdad, en verdad te digo que el que no nace de nuevo no puede ver el reino de Dios. |
Voy a estar con ustedes un poco más de tiempo —afirmó Jesús—, y luego volveré al que me envió. | Entonces Jesús dijo: Por un poco más de tiempo estoy con vosotros; después voy al que me envió. |
Al oír esto, Jesús les contestó: —No son los sanos los que necesitan médico, sino los enfermos. | Al oír Él esto, dijo: Los que están sanos no tienen necesidad de médico, sino los que están enfermos. |
¡La paz sea con ustedes! —repitió Jesús—. Como el Padre me envió a mí, así yo los envío a ustedes. | Jesús entonces les dijo otra vez: Paz a vosotros; como el Padre me ha enviado, así también yo os envío. |
Dará a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados. | Y dará a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús, porque Él salvará a su pueblo de sus pecados. |
Así mismo serán perseguidos todos los que quieran llevar una vida piadosa en Cristo Jesús. | Y en verdad, todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo Jesús, serán perseguidos. |
Para los hombres es imposible —aclaró Jesús, mirándolos fijamente—, mas para Dios todo es posible. | Pero Jesús, mirándolos, les dijo: Para los hombres eso es imposible, pero para Dios todo es posible. |
Porque me has visto, has creído —le dijo Jesús—; dichosos los que no han visto y sin embargo creen. | Jesús le dijo: ¿Porque me has visto has creído? Dichosos los que no vieron, y sin embargo creyeron. |
Desde entonces comenzó Jesús a predicar: «Arrepiéntanse, porque el reino de los cielos está cerca». | Desde entonces Jesús comenzó a predicar y a decir: Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado. |
“Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con todo tu ser y con toda tu mente” —le respondió Jesús—. | Y Él le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. |
Al probar Jesús el vinagre, dijo: —Todo se ha cumplido. Luego inclinó la cabeza y entregó el espíritu. | Entonces Jesús, cuando hubo tomado el vinagre, dijo: ¡Consumado es! E inclinando la cabeza, entregó el espíritu. |
Después de hablar con ellos, el Señor Jesús fue llevado al cielo y se sentó a la derecha de Dios. | Entonces, el Señor Jesús, después de hablar con ellos, fue recibido en el cielo y se sentó a la diestra de Dios. |
Encima de su cabeza pusieron por escrito la causa de su condena: «Este es Jesús, el Rey de los judíos». | Y pusieron sobre su cabeza la acusación contra Él, que decía: ESTE ES JESÚS, EL REY DE LOS JUDÍOS. |
Entonces Jesús exclamó con fuerza: —¡Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu! Y al decir esto, expiró. | Y Jesús, clamando a gran voz, dijo: Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu. Y habiendo dicho esto, expiró. |
Pedro se acercó a Jesús y le preguntó: —Señor, ¿cuántas veces tengo que perdonar a mi hermano que peca contra mí? ¿Hasta siete veces? —No te digo que hasta siete veces, sino hasta setenta y siete veces —le contestó Jesús—. | Entonces se le acercó Pedro, y le dijo: Señor, ¿cuántas veces pecará mi hermano contra mí que yo haya de perdonarlo? ¿Hasta siete veces? Jesús le dijo: No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete. |
Le contestó Jesús: —El que me ama, obedecerá mi palabra, y mi Padre lo amará, y haremos nuestra morada en él. | Jesús respondió, y le dijo: Si alguno me ama, guardará mi palabra; y mi Padre lo amará, y vendremos a él, y haremos con él morada. |
Versículo de la Biblia del día
Dios da un hogar a los desamparadosy libertad a los cautivos;
los rebeldes habitarán en el desierto.
Versículo de la Biblia al Azar
Pon en manos del Señor todas tus obras,y tus proyectos se cumplirán.Siguiente versículo!Con imagen