No os engañéis: «Las malas conversaciones corrompen las buenas costumbres.» | No os dejéis engañar: «Las malas compañías corrompen las buenas costumbres». |
Porque los ojos del Señor están sobre los justos, y sus oídos atentos a sus oraciones; pero el rostro del Señor está contra aquellos que hacen el mal. | Porque los ojos del Señor están sobre los justos, y sus oídos atentos a sus oraciones; pero el rostro del Señor está contra los que hacen el mal. |
Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad. | Si confesamos nuestros pecados, Él es fiel y justo para perdonarnos los pecados y para limpiarnos de toda maldad. |
Bienaventurados seréis cuando los hombres os odien, os aparten de sí, os insulten y desechen vuestro nombre como malo por causa del Hijo del hombre. | Bienaventurados sois cuando los hombres os aborrecen, cuando os apartan de sí, os colman de insultos y desechan vuestro nombre como malo, por causa del Hijo del Hombre. |
Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo y, habiendo acabado todo, estar firmes. | Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiéndolo hecho todo, estar firmes. |
Pues donde hay celos y rivalidad, allí hay perturbación y toda obra perversa. | Porque donde hay celos y ambición personal, allí hay confusión y toda cosa mala. |
Él revela lo profundo y lo escondido, conoce lo que está en tinieblas y con él mora la luz. | Él es quien revela lo profundo y lo escondido; conoce lo que está en tinieblas, y la luz mora con Él. |
Acuérdate de tu Creador en los días de tu juventud, antes que vengan los días malos, y lleguen los años de los cuales digas: «No tengo en ellos contentamiento». | Acuérdate, pues, de tu Creador en los días de tu juventud, antes que vengan los días malos, y se acerquen los años en que digas: No tengo en ellos placer. |
Engaño hay en el corazón de los que maquinan el mal, pero alegría en el de quienes aconsejan el bien. | Hay engaño en el corazón de los que traman el mal, y gozo en los consejeros de paz. |
Dijo Jehová a Satanás: —Todo lo que tiene está en tu mano; solamente no pongas tu mano sobre él. Y salió Satanás de delante de Jehová. | Entonces el Señor dijo a Satanás: He aquí, todo lo que tiene está en tu poder; pero no extiendas tu mano sobre él. Y Satanás salió de la presencia del Señor. |
Actuad como personas libres, pero no como los que tienen la libertad como pretexto para hacer lo malo, sino como siervos de Dios. | Andad como libres, pero no uséis la libertad como pretexto para la maldad, sino empleadla como siervos de Dios. |
¿Quién es aquel que os podrá hacer daño, si vosotros seguís el bien? | ¿Y quién os podrá hacer daño si demostráis tener celo por lo bueno? |
Guarda tu lengua del mal y tus labios de hablar engaño. | Guarda tu lengua del mal, y tus labios de hablar engaño. |
No seáis como vuestros padres, a quienes los primeros profetas clamaron diciendo: “Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Volveos ahora de vuestros malos caminos y de vuestras malas obras”; pero ellos no atendieron ni me escucharon, dice Jehová. | “No seáis como vuestros padres, a quienes los antiguos profetas proclamaron, diciendo: ‘Así dice el Señor de los ejércitos: “Volveos ahora de vuestros malos caminos y de vuestras malas obras” ’. Pero no me escucharon ni me hicieron caso” —declara el Señor. |
Porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe y fueron atormentados con muchos dolores. | Porque la raíz de todos los males es el amor al dinero, por el cual, codiciándolo algunos, se extraviaron de la fe y se torturaron con muchos dolores. |
Pero sea vuestro hablar: “Sí, sí” o “No, no” porque lo que es más de esto, de mal procede. | Antes bien, sea vuestro hablar: «Sí, sí» o «No, no»; y lo que es más de esto, procede del mal. |
No te desvíes a la derecha ni a la izquierda; aparta tu pie del mal. | No te desvíes a la derecha ni a la izquierda; aparta tu pie del mal. |
Bienaventurados seréis cuando por mi causa os insulten, os persigan y digan toda clase de mal contra vosotros, mintiendo. | Bienaventurados seréis cuando os insulten y persigan, y digan todo género de mal contra vosotros falsamente, por causa de mí. |
Mirad, hermanos, que no haya en ninguno de vosotros corazón tan malo e incrédulo que se aparte del Dios vivo. | Tened cuidado, hermanos, no sea que en alguno de vosotros haya un corazón malo de incredulidad, para apartarse del Dios vivo. |
No se goza de la injusticia, sino que se goza de la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. | No se regocija de la injusticia, sino que se alegra con la verdad; todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. |
Ya vosotros estáis limpios por la palabra que os he hablado. | Vosotros ya estáis limpios por la palabra que os he hablado. |
Luego dijo Jehová Dios: «El hombre ha venido a ser como uno de nosotros, conocedor del bien y el mal; ahora, pues, que no alargue su mano, tome también del árbol de la vida, coma y viva para siempre.» Y lo sacó Jehová del huerto de Edén, para que labrara la tierra de la que fue tomado. | Entonces el Señor Dios dijo: He aquí, el hombre ha venido a ser como uno de nosotros, conociendo el bien y el mal; cuidado ahora no vaya a extender su mano y tomar también del árbol de la vida, y coma y viva para siempre. Y el Señor Dios lo echó del huerto del Edén, para que labrara la tierra de la cual fue tomado. |
Si no se ejecuta enseguida la sentencia para castigar una mala obra, el corazón de los hijos de los hombres se dispone a hacer lo malo. | Como la sentencia contra una mala obra no se ejecuta enseguida, por eso el corazón de los hijos de los hombres está en ellos entregado enteramente a hacer el mal. |
Huye también de las pasiones juveniles y sigue la justicia, la fe, el amor y la paz, con los que de corazón limpio invocan al Señor. | Huye, pues, de las pasiones juveniles y sigue la justicia, la fe, el amor y la paz, con los que invocan al Señor con un corazón puro. |
Estad, pues, firmes, ceñida vuestra cintura con la verdad, vestidos con la coraza de justicia y calzados los pies con el celo por anunciar el evangelio de la paz. Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno. | Estad, pues, firmes, ceñida vuestra cintura con la verdad, revestidos con la coraza de la justicia, y calzados los pies con el apresto del evangelio de la paz; en todo, tomando el escudo de la fe con el que podréis apagar todos los dardos encendidos del maligno. |
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