Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder. | Ustedes son la luz del mundo. Una ciudad en lo alto de una colina no puede esconderse. |
Porque mejor es tu misericordia que la vida; Mis labios te alabarán. Así te bendeciré en mi vida; En tu nombre alzaré mis manos. | Tu amor es mejor que la vida; por eso mis labios te alabarán. Te bendeciré mientras viva, y alzando mis manos te invocaré. |
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Y él dijo: Antes bienaventurados los que oyen la palabra de Dios, y la guardan. | Dichosos más bien —contestó Jesús— los que oyen la palabra de Dios y la obedecen. |
Si vivimos por el Espíritu, andemos también por el Espíritu. | Si el Espíritu nos da vida, andemos guiados por el Espíritu. |
Porque así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán vivificados. | Pues así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos volverán a vivir. |
Me mostrarás la senda de la vida; En tu presencia hay plenitud de gozo; Delicias a tu diestra para siempre. | Me has dado a conocer la senda de la vida; me llenarás de alegría en tu presencia, y de dicha eterna a tu derecha. |
El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia. | El ladrón no viene más que a robar, matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y la tengan en abundancia. |
Porque el ocuparse de la carne es muerte, pero el ocuparse del Espíritu es vida y paz. | La mentalidad pecaminosa es muerte, mientras que la mentalidad que proviene del Espíritu es vida y paz. |
Si es posible, en cuanto dependa de vosotros, estad en paz con todos los hombres. | Si es posible, y en cuanto dependa de ustedes, vivan en paz con todos. |
Todo aquel que confiese que Jesús es el Hijo de Dios, Dios permanece en él, y él en Dios. | Si alguien reconoce que Jesús es el Hijo de Dios, Dios permanece en él, y él en Dios. |
Hay camino que al hombre le parece derecho; Pero su fin es camino de muerte. | Hay caminos que al hombre le parecen rectos, pero que acaban por ser caminos de muerte. |
Si, pues, coméis o bebéis, o hacéis otra cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios. | En conclusión, ya sea que coman o beban o hagan cualquier otra cosa, háganlo todo para la gloria de Dios. |
El que camina en integridad anda confiado; Mas el que pervierte sus caminos será quebrantado. | Quien se conduce con integridad anda seguro; quien anda en malos pasos será descubierto. |
Así también la fe, si no tiene obras, es muerta en sí misma. | Así también la fe por sí sola, si no tiene obras, está muerta. |
Acuérdate de tu Creador en los días de tu juventud, antes que vengan los días malos, y lleguen los años de los cuales digas: No tengo en ellos contentamiento. | Acuérdate de tu creador en los días de tu juventud, antes que lleguen los días malos y vengan los años en que digas: «No encuentro en ellos placer alguno». |
Estad, pues, firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres, y no estéis otra vez sujetos al yugo de esclavitud. | Cristo nos libertó para que vivamos en libertad. Por lo tanto, manténganse firmes y no se sometan nuevamente al yugo de esclavitud. |
¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros? Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios. | ¿Acaso no saben que su cuerpo es templo del Espíritu Santo, quien está en ustedes y al que han recibido de parte de Dios? Ustedes no son sus propios dueños; fueron comprados por un precio. Por tanto, honren con su cuerpo a Dios. |
Porque en él vivimos, y nos movemos, y somos; como algunos de vuestros propios poetas también han dicho: Porque linaje suyo somos. | “Puesto que en él vivimos, nos movemos y existimos”. Como algunos de sus propios poetas griegos han dicho: “De él somos descendientes”. |
Sé vivir humildemente, y sé tener abundancia; en todo y por todo estoy enseñado, así para estar saciado como para tener hambre, así para tener abundancia como para padecer necesidad. | Sé lo que es vivir en la pobreza, y lo que es vivir en la abundancia. He aprendido a vivir en todas y cada una de las circunstancias, tanto a quedar saciado como a pasar hambre, a tener de sobra como a sufrir escasez. |
Porque ¿qué aprovechará al hombre, si ganare todo el mundo, y perdiere su alma? ¿O qué recompensa dará el hombre por su alma? | ¿De qué sirve ganar el mundo entero si se pierde la vida? ¿O qué se puede dar a cambio de la vida? |
El que tiene al Hijo, tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida. | El que tiene al Hijo, tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios, no tiene la vida. |
Oye, hijo mío, y recibe mis razones, Y se te multiplicarán años de vida. | Escucha, hijo mío, acoge mis palabras, y los años de tu vida aumentarán. |
Por lo demás, hermanos, tened gozo, perfeccionaos, consolaos, sed de un mismo sentir, y vivid en paz; y el Dios de paz y de amor estará con vosotros. | En fin, hermanos, alégrense, busquen su restauración, hagan caso de mi exhortación, sean de un mismo sentir, vivan en paz. Y el Dios de amor y de paz estará con ustedes. |
Pues aunque andamos en la carne, no militamos según la carne. | Pues aunque vivimos en el mundo, no libramos batallas como lo hace el mundo. |
Para nosotros, sin embargo, sólo hay un Dios, el Padre, del cual proceden todas las cosas, y nosotros somos para él; y un Señor, Jesucristo, por medio del cual son todas las cosas, y nosotros por medio de él. | Para nosotros no hay más que un solo Dios, el Padre, de quien todo procede y para el cual vivimos; y no hay más que un solo Señor, es decir, Jesucristo, por quien todo existe y por medio del cual vivimos. |