Pues aunque andamos en la carne, no luchamos según la carne. | Pues aunque vivimos en el mundo, no libramos batallas como lo hace el mundo. |
Pero el que se gloría, que se gloríe en el Señor. Porque no es aprobado el que se alaba a sí mismo, sino aquel a quien el Señor alaba. | Más bien, «Si alguien ha de gloriarse, que se gloríe en el Señor». Porque no es aprobado el que se recomienda a sí mismo, sino aquel a quien recomienda el Señor. |