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Años (4/4)

Porque todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo.Porque «todo el que invoque el nombre del Señor será salvo».
Recibid al débil en la fe, pero no para contender sobre opiniones.Reciban al que es débil en la fe, pero no para entrar en discusiones.
Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo.Que Dios nuestro Padre y el Señor Jesucristo les concedan gracia y paz.
¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros?¿Qué diremos frente a esto? Si Dios está de nuestra parte, ¿quién puede estar en contra nuestra?
Porque el fin de la ley es Cristo, para justicia a todo aquel que cree.De hecho, Cristo es el fin de la ley, para que todo el que cree reciba la justicia.
Porque Cristo, cuando aún éramos débiles, a su tiempo murió por los impíos.A la verdad, como éramos incapaces de salvarnos, en el tiempo señalado Cristo murió por los malvados.
No está aquí, sino que ha resucitado. Acordaos de lo que os habló, cuando aún estaba en Galilea, diciendo: Es necesario que el Hijo del Hombre sea entregado en manos de hombres pecadores, y que sea crucificado, y resucite al tercer día.No está aquí; ¡ha resucitado! Recuerden lo que les dijo cuando todavía estaba con ustedes en Galilea: “El Hijo del hombre tiene que ser entregado en manos de hombres pecadores, y ser crucificado, pero al tercer día resucitará”.
Pues la Escritura dice: Todo aquel que en él creyere, no será avergonzado.Así dice la Escritura: «Todo el que confíe en él no será jamás defraudado».
¿Se olvidará la mujer de lo que dio a luz, para dejar de compadecerse del hijo de su vientre? Aunque olvide ella, yo nunca me olvidaré de ti. He aquí que en las palmas de las manos te tengo esculpida; delante de mí están siempre tus muros.¿Puede una madre olvidar a su niño de pecho, y dejar de amar al hijo que ha dado a luz? Aun cuando ella lo olvidara, ¡yo no te olvidaré! Grabada te llevo en las palmas de mis manos; tus muros siempre los tengo presentes.
Gozosos en la esperanza; sufridos en la tribulación; constantes en la oración.Alégrense en la esperanza, muestren paciencia en el sufrimiento, perseveren en la oración.
El amor no hace mal al prójimo; así que el cumplimiento de la ley es el amor.El amor no perjudica al prójimo. Así que el amor es el cumplimiento de la ley.
Cada uno de nosotros agrade a su prójimo en lo que es bueno, para edificación.Cada uno debe agradar al prójimo para su bien, con el fin de edificarlo.
Sino vestíos del Señor Jesucristo, y no proveáis para los deseos de la carne.Más bien, revístanse ustedes del Señor Jesucristo, y no se preocupen por satisfacer los deseos de la naturaleza pecaminosa.
El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios.El Espíritu mismo le asegura a nuestro espíritu que somos hijos de Dios.
Si es posible, en cuanto dependa de vosotros, estad en paz con todos los hombres.Si es posible, y en cuanto dependa de ustedes, vivan en paz con todos.
Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios.Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios son hijos de Dios.
Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó.Sin embargo, en todo esto somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó.
Porque el ocuparse de la carne es muerte, pero el ocuparse del Espíritu es vida y paz.La mentalidad pecaminosa es muerte, mientras que la mentalidad que proviene del Espíritu es vida y paz.
Conociendo esto, que la ley no fue dada para el justo, sino para los transgresores y desobedientes, para los impíos y pecadores, para los irreverentes y profanos, para los parricidas y matricidas, para los homicidas, para los fornicarios, para los sodomitas, para los secuestradores, para los mentirosos y perjuros, y para cuanto se oponga a la sana doctrina, según el glorioso evangelio del Dios bendito, que a mí me ha sido encomendado.Tengamos en cuenta que la ley no se ha instituido para los justos, sino para los desobedientes y rebeldes, para los impíos y pecadores, para los irreverentes y profanos. La ley es para los que maltratan a sus propios padres, para los asesinos, para los adúlteros y los homosexuales, para los traficantes de esclavos, los embusteros y los que juran en falso. En fin, la ley es para todo lo que está en contra de la sana doctrina enseñada por el glorioso evangelio que el Dios bendito me ha confiado.
En lo que requiere diligencia, no perezosos; fervientes en espíritu, sirviendo al Señor.Nunca dejen de ser diligentes; antes bien, sirvan al Señor con el fervor que da el Espíritu.
¿Qué, pues? ¿Pecaremos, porque no estamos bajo la ley, sino bajo la gracia? En ninguna manera.Entonces, ¿qué? ¿Vamos a pecar porque no estamos ya bajo la ley, sino bajo la gracia? ¡De ninguna manera!
Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación.Porque con el corazón se cree para ser justificado, pero con la boca se confiesa para ser salvo.
Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo.En consecuencia, ya que hemos sido justificados mediante la fe, tenemos paz con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo.
Porque de él, y por él, y para él, son todas las cosas. A él sea la gloria por los siglos. Amén.Porque todas las cosas proceden de él, y existen por él y para él. ¡A él sea la gloria por siempre! Amén.
Por tanto, recibíos los unos a los otros, como también Cristo nos recibió, para gloria de Dios.Por tanto, acéptense mutuamente, así como Cristo los aceptó a ustedes para gloria de Dios.

Versículo de la Biblia del día

Sobrellevad los unos las cargas de los otros, y cumplid así la ley de Cristo.

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Versículo de la Biblia al Azar

Vuestro atavío no sea el externo de peinados ostentosos, de adornos de oro o de vestidos lujosos, sino el interno, el del corazón, en el incorruptible ornato de un espíritu afable y apacible, que es de grande estima delante de Dios.Siguiente versículo!Con imagen

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