Él que ama la instrucción ama el conocimiento, pero el que odia la reprensión es torpe. | El que ama la instrucción ama la sabiduría; el que aborrece la reprensión es un ignorante. |
El que no ama no conoce a Dios, porque Dios es amor. | El que no ama no ha conocido a Dios, porque Dios es amor. |
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Así también deben amar los maridos a sus mujeres, como a sus propios cuerpos. El que ama a su mujer, a sí mismo se ama. | Así también los maridos deben amar a sus mujeres como a sus mismos cuerpos. El que ama a su mujer, a sí mismo se ama. |
Él que ama el dinero no se saciará de dinero, y el que ama la abundancia no se saciará de ganancias. También esto es vanidad. | El que ama el dinero no se saciará de dinero; y el que ama la riqueza no sacará fruto. También esto es vanidad. |
El que tiene mis mandamientos y los guarda, ese es el que me ama; y el que me ama será amado por mi Padre; y yo lo amaré y me manifestaré a él. | El que tiene mis mandamientos y los guarda, ése es el que me ama; y el que me ama será amado por mi Padre, y yo lo amaré y me manifestaré a él. |
En todo tiempo ama el amigo, y el hermano nace para tiempo de angustia. | En todo tiempo ama el amigo y es como un hermano en tiempo de angustia. |
Él ama la justicia y el derecho; llena está la tierra de la misericordia del Señor. | Él ama la justicia y el derecho; de la misericordia de Jehová está llena la tierra. |
Y este mandamiento tenemos de Él: que el que ama a Dios, ame también a su hermano. | Y nosotros tenemos este mandamiento de él: «El que ama a Dios, ame también a su hermano.» |
El que adquiere cordura ama su alma; el que guarda la prudencia hallará el bien. | El que posee entendimiento ama su alma; el que cuida la inteligencia hallará el bien. |
El Señor abre los ojos a los ciegos, el Señor levanta a los caídos, el Señor ama a los justos. | Jehová abre los ojos a los ciegos; Jehová levanta a los caídos; Jehová ama a los justos. |
No debáis a nadie nada, sino el amaros unos a otros; porque el que ama a su prójimo, ha cumplido la ley. | No debáis a nadie nada, sino el amaros unos a otros, pues el que ama al prójimo ha cumplido la Ley. |
No améis al mundo ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él. | No améis al mundo ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él. |
Amados, amémonos unos a otros, porque el amor es de Dios, y todo el que ama es nacido de Dios y conoce a Dios. | Amados, amémonos unos a otros, porque el amor es de Dios. Todo aquel que ama es nacido de Dios y conoce a Dios. |
Que cada uno dé como propuso en su corazón, no de mala gana ni por obligación, porque Dios ama al dador alegre. | Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza ni por obligación, porque Dios ama al dador alegre. |
Jesús respondió, y le dijo: Si alguno me ama, guardará mi palabra; y mi Padre lo amará, y vendremos a él, y haremos con él morada. | Respondió Jesús y le dijo: —El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre lo amará, y vendremos a él y haremos morada con él. |
Porque el Señor ama la justicia, y no abandona a sus santos; ellos son preservados para siempre, pero la descendencia de los impíos será exterminada. | Porque Jehová ama la rectitud y no desampara a sus santos. Para siempre serán guardados, mas la descendencia de los impíos será destruida. |
Hijo mío, no rechaces la disciplina del Señor ni aborrezcas su reprensión, porque el Señor a quien ama reprende, como un padre al hijo en quien se deleita. | No menosprecies, hijo mío, el castigo de Jehová, no te canses de que él te corrija, porque Jehová al que ama castiga, como el padre al hijo a quien quiere. |
Si alguno dice: Yo amo a Dios, y aborrece a su hermano, es un mentiroso; porque el que no ama a su hermano, a quien ha visto, no puede amar a Dios a quien no ha visto. | Si alguno dice: «Yo amo a Dios», pero odia a su hermano, es mentiroso, pues el que no ama a su hermano a quien ha visto, ¿cómo puede amar a Dios a quien no ha visto? |
Muerte y vida están en poder de la lengua, y los que la aman comerán su fruto. | La muerte y la vida están en poder de la lengua; el que la ama, comerá de sus frutos. |
Y el segundo es semejante a este: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. | Y el segundo es semejante: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo.” |
Respondiendo él, dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu fuerza, y con toda tu mente; y a tu prójimo como a ti mismo. | Aquél, respondiendo, dijo: —Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas y con toda tu mente; y a tu prójimo como a ti mismo. |
Porque toda la ley en una palabra se cumple en el precepto: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. | Porque toda la Ley en esta sola palabra se cumple: «Amarás a tu prójimo como a ti mismo.» |
Que el Señor dirija vuestros corazones hacia el amor de Dios y hacia la perseverancia de Cristo. | Y el Señor encamine vuestros corazones al amor de Dios y a la paciencia de Cristo. |
Y Él le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. | Jesús le dijo: —“Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente.” |
El segundo es este: «Amarás a tu prójimo como a ti mismo». No hay otro mandamiento mayor que estos. | El segundo es semejante: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo.” No hay otro mandamiento mayor que estos. |