Y haré de ellos y de los alrededores de mi collado una bendición. Haré descender lluvias a su tiempo; serán lluvias de bendición. | Haré que ellas y los alrededores de mi colina sean una fuente de bendición. Haré caer lluvias de bendición en el tiempo oportuno. |
La bendición del Señor es la que enriquece, y Él no añade tristeza con ella. | La bendición del Señor trae riquezas, y nada se gana con preocuparse. |
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La salvación es del Señor. ¡Sea sobre tu pueblo tu bendición! (Selah) | Tuya es, Señor, la salvación; ¡envía tu bendición sobre tu pueblo! Selah |
No devolviendo mal por mal, o insulto por insulto, sino más bien bendiciendo, porque fuisteis llamados con el propósito de heredar bendición. | No devuelvan mal por mal ni insulto por insulto; más bien, bendigan, porque para esto fueron llamados, para heredar una bendición. |
De la misma boca proceden bendición y maldición. Hermanos míos, esto no debe ser así. | De una misma boca salen bendición y maldición. Hermanos míos, esto no debe ser así. |
Traed todo el diezmo al alfolí, para que haya alimento en mi casa; y ponedme ahora a prueba en esto —dice el Señor de los ejércitos— si no os abriré las ventanas del cielo, y derramaré para vosotros bendición hasta que sobreabunde. | Traigan íntegro el diezmo para los fondos del templo, y así habrá alimento en mi casa. Pruébenme en esto —dice el Señor Todopoderoso—, y vean si no abro las compuertas del cielo y derramo sobre ustedes bendición hasta que sobreabunde. |
Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo. | Alabado sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido en las regiones celestiales con toda bendición espiritual en Cristo. |
El Señor te bendiga y te guarde; el Señor haga resplandecer su rostro sobre ti, y tenga de ti misericordia; el Señor alce sobre ti su rostro, y te dé paz. | El Señor te bendiga y te guarde; el Señor te mire con agrado y te extienda su amor; el Señor te muestre su favor y te conceda la paz. |
Bendito es el hombre que confía en el Señor, cuya confianza es el Señor. Será como árbol plantado junto al agua, que extiende sus raíces junto a la corriente; no temerá cuando venga el calor, y sus hojas estarán verdes; en año de sequía no se angustiará ni cesará de dar fruto. | Bendito el hombre que confía en el Señor y pone su confianza en él. Será como un árbol plantado junto al agua, que extiende sus raíces hacia la corriente; no teme que llegue el calor, y sus hojas están siempre verdes. En época de sequía no se angustia, y nunca deja de dar fruto. |
Que te conceda el deseo de tu corazón, y cumpla todos tus anhelos. | Que te conceda lo que tu corazón desea; que haga que se cumplan todos tus planes. |
Encomienda tus obras al Señor, y tus propósitos se afianzarán. | Pon en manos del Señor todas tus obras, y tus proyectos se cumplirán. |
«Porque yo sé los planes que tengo para vosotros» —declara el Señor— «planes de bienestar y no de calamidad, para daros un futuro y una esperanza.» | Porque yo sé muy bien los planes que tengo para ustedes —afirma el Señor—, planes de bienestar y no de calamidad, a fin de darles un futuro y una esperanza. |
Y mi Dios proveerá a todas vuestras necesidades, conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús. | Así que mi Dios les proveerá de todo lo que necesiten, conforme a las gloriosas riquezas que tiene en Cristo Jesús. |
Mas serviréis al Señor vuestro Dios, y Él bendecirá tu pan y tu agua; y yo quitaré las enfermedades de en medio de ti. | Adora al Señor tu Dios, y él bendecirá tu pan y tu agua. Yo apartaré de ustedes toda enfermedad. |
Probad y ved que el Señor es bueno. ¡Cuán bienaventurado es el hombre que en Él se refugia! | Prueben y vean que el Señor es bueno; dichosos los que en él se refugian. |
Pues te ordeno hoy amar al Señor tu Dios, andar en sus caminos y guardar sus mandamientos, sus estatutos y sus decretos, para que vivas y te multipliques, a fin de que el Señor tu Dios te bendiga en la tierra que vas a entrar para poseerla. | Hoy te ordeno que ames al Señor tu Dios, que andes en sus caminos, y que cumplas sus mandamientos, preceptos y leyes. Así vivirás y te multiplicarás, y el Señor tu Dios te bendecirá en la tierra de la que vas a tomar posesión. |
El Señor es mi pastor, nada me faltará. En lugares de verdes pastos me hace descansar; junto a aguas de reposo me conduce. | El Señor es mi pastor, nada me falta; en verdes pastos me hace descansar. Junto a tranquilas aguas me conduce. |
El que pone atención a la palabra hallará el bien, y el que confía en el Señor es bienaventurado. | El que atiende a la palabra prospera. ¡Dichoso el que confía en el Señor! |
Bendecid a los que os persiguen; bendecid, y no maldigáis. | Bendigan a quienes los persigan; bendigan y no maldigan. |
Y Dios puede hacer que toda gracia abunde para vosotros, a fin de que teniendo siempre todo lo suficiente en todas las cosas, abundéis para toda buena obra. | Y Dios puede hacer que toda gracia abunde para ustedes, de manera que siempre, en toda circunstancia, tengan todo lo necesario, y toda buena obra abunde en ustedes. |
¡Cuán grande es tu bondad, que has guardado para los que te temen, que has obrado para los que en ti se refugian, delante de los hijos de los hombres! | Cuán grande es tu bondad, que atesoras para los que te temen, y que a la vista de la gente derramas sobre los que en ti se refugian. |
La gracia del Señor Jesucristo sea con vuestro espíritu. | Que la gracia del Señor Jesucristo sea con su espíritu. |
Pero a vosotros los que oís, os digo: amad a vuestros enemigos; haced bien a los que os aborrecen; bendecid a los que os maldicen; orad por los que os vituperan. | Pero a ustedes que me escuchan les digo: Amen a sus enemigos, hagan bien a quienes los odian, bendigan a quienes los maldicen, oren por quienes los maltratan. |
Amado, ruego que seas prosperado en todo así como prospera tu alma, y que tengas buena salud. | Querido hermano, oro para que te vaya bien en todos tus asuntos y goces de buena salud, así como prosperas espiritualmente. |
Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fidelidad, mansedumbre, dominio propio; contra tales cosas no hay ley. | En cambio, el fruto del Espíritu es amor, alegría, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad, humildad y dominio propio. No hay ley que condene estas cosas. |