Los ojos del Señor están sobre los justos, y sus oídos atentos a su clamor. | Los ojos de Jehová están sobre los justos y atentos sus oídos al clamor de ellos. |
En mi angustia invoqué al Señor, y clamé a mi Dios; desde su templo oyó mi voz, y mi clamor delante de Él llegó a sus oídos. | En mi angustia invoqué a Jehová y clamé a mi Dios. Él oyó mi voz desde su Templo y mi clamor llegó hasta sus oídos. |
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Escucha mi oración, oh Señor, y presta oído a mi clamor; no guardes silencio ante mis lágrimas; porque extranjero soy junto a ti, peregrino, como todos mis padres. | Oye mi oración, Jehová, y escucha mi clamor. No calles ante mis lágrimas, porque forastero soy para ti y advenedizo, como todos mis padres. |
A la viuda y al huérfano no afligiréis. Si lo afliges y él clama a mí, ciertamente yo escucharé su clamor, y se encenderá mi ira y os mataré a espada, y vuestras mujeres quedarán viudas y vuestros hijos huérfanos. | A ninguna viuda ni huérfano afligiréis, porque si tú llegas a afligirlos, y ellos claman a mí, ciertamente oiré yo su clamor, mi furor se encenderá y os mataré a espada; vuestras mujeres serán viudas, y huérfanos vuestros hijos. |
Entonces oí una gran voz que decía desde el trono: He aquí, el tabernáculo de Dios está entre los hombres, y Él habitará entre ellos y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará entre ellos. Él enjugará toda lágrima de sus ojos, y ya no habrá muerte, ni habrá más duelo, ni clamor, ni dolor, porque las primeras cosas han pasado. | Y oí una gran voz del cielo, que decía: «El tabernáculo de Dios está ahora con los hombres. Él morará con ellos, ellos serán su pueblo y Dios mismo estará con ellos como su Dios. Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá más muerte, ni habrá más llanto ni clamor ni dolor, porque las primeras cosas ya pasaron.» |
Oh Señor, de mañana oirás mi voz; de mañana presentaré mi oración a ti, y con ansias esperaré. | Jehová, de mañana oirás mi voz; de mañana me presentaré delante de ti y esperaré. |
Desde lo más profundo, oh Señor, he clamado a ti. ¡Señor, oye mi voz! Estén atentos tus oídos a la voz de mis súplicas. | De lo profundo, Jehová, a ti clamo. Señor, oye mi voz; estén atentos tus oídos a la voz de mi súplica. |