Por tanto, no durmamos como los demás, sino estemos alerta y seamos sobrios. | Por tanto, no durmamos como los demás, sino velemos y seamos sobrios. |
Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros hemos perdonado a nuestros deudores. | Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores. |
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Porque así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán vivificados. | Porque así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán vivificados. |
Como un padre se compadece de sus hijos, así se compadece el Señor de los que le temen. | Como el padre se compadece de los hijos, Se compadece Jehová de los que le temen. |
El que cree en mí, como ha dicho la Escritura: «De lo más profundo de su ser brotarán ríos de agua viva». | El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva. |
Las mujeres estén sometidas a sus propios maridos como al Señor. Porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia, siendo Él mismo el Salvador del cuerpo. | Las casadas estén sujetas a sus propios maridos, como al Señor; porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo, y él es su Salvador. |
Sé vivir en pobreza, y sé vivir en prosperidad; en todo y por todo he aprendido el secreto tanto de estar saciado como de tener hambre, de tener abundancia como de sufrir necesidad. | Sé vivir humildemente, y sé tener abundancia; en todo y por todo estoy enseñado, así para estar saciado como para tener hambre, así para tener abundancia como para padecer necesidad. |
Porque tú, oh Señor, bendices al justo, como con un escudo lo rodeas de tu favor. | Porque tú, oh Jehová, bendecirás al justo; Como con un escudo lo rodearás de tu favor. |
Porque toda la ley en una palabra se cumple en el precepto: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. | Porque toda la ley en esta sola palabra se cumple: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. |
Porque antes erais tinieblas, pero ahora sois luz en el Señor; andad como hijos de la luz. | Porque en otro tiempo erais tinieblas, mas ahora sois luz en el Señor; andad como hijos de luz. |
Por tanto, aceptaos los unos a los otros, como también Cristo nos aceptó para gloria de Dios. | Por tanto, recibíos los unos a los otros, como también Cristo nos recibió, para gloria de Dios. |
Por tanto, alentaos los unos a los otros, y edificaos el uno al otro, tal como lo estáis haciendo. | Por lo cual, animaos unos a otros, y edificaos unos a otros, así como lo hacéis. |
Jesús entonces les dijo otra vez: Paz a vosotros; como el Padre me ha enviado, así también yo os envío. | Entonces Jesús les dijo otra vez: Paz a vosotros. Como me envió el Padre, así también yo os envío. |
Amado, ruego que seas prosperado en todo así como prospera tu alma, y que tengas buena salud. | Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma. |
Como el ciervo anhela las corrientes de agua, así suspira por ti, oh Dios, el alma mía. | Como el ciervo brama por las corrientes de las aguas, Así clama por ti, oh Dios, el alma mía. |
El segundo es este: «Amarás a tu prójimo como a ti mismo». No hay otro mandamiento mayor que estos. | Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. No hay otro mandamiento mayor que éstos. |
Como el Padre que vive me envió, y yo vivo por el Padre, asimismo el que me come, él también vivirá por mí. | Como me envió el Padre viviente, y yo vivo por el Padre, asimismo el que me come, él también vivirá por mí. |
Como el agua refleja el rostro, así el corazón del hombre refleja al hombre. | Como en el agua el rostro corresponde al rostro, Así el corazón del hombre al del hombre. |
Cuando pones tus ojos en ella, ya no está. Porque la riqueza ciertamente se hace alas, como águila que vuela hacia los cielos. | ¿Has de poner tus ojos en las riquezas, siendo ningunas? Porque se harán alas Como alas de águila, y volarán al cielo. |
La fortuna del rico es su ciudad fortificada, y como muralla alta en su imaginación. | Las riquezas del rico son su ciudad fortificada, Y como un muro alto en su imaginación. |
Las palabras del chismoso son como bocados deliciosos, y penetran hasta el fondo de las entrañas. | Las palabras del chismoso son como bocados suaves, Y penetran hasta las entrañas. |
La paz os dejo, mi paz os doy; no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo. | La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo. |
Que el Señor nuestro Dios esté con nosotros, como estuvo con nuestros padres; que no nos deje ni nos abandone. | Esté con nosotros Jehová nuestro Dios, como estuvo con nuestros padres, y no nos desampare ni nos deje. |
Sabiendo que no fuisteis redimidos de vuestra vana manera de vivir heredada de vuestros padres con cosas perecederas como oro o plata, sino con sangre preciosa, como de un cordero sin tacha y sin mancha, la sangre de Cristo. | Sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata, sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación. |
Cuando comencé a hablar, el Espíritu Santo descendió sobre ellos, tal como lo hizo sobre nosotros al principio. | Y cuando comencé a hablar, cayó el Espíritu Santo sobre ellos también, como sobre nosotros al principio. |