Por tanto, si os dicen: «Mirad, Él está en el desierto», no vayáis; o «Mirad, Él está en las habitaciones interiores», no les creáis. Porque así como el relámpago sale del oriente y resplandece hasta el occidente, así será la venida del Hijo del Hombre. | Así que, si os dicen: “Mirad, está en el desierto”, no salgáis; o “Mirad, está en los aposentos”, no lo creáis, porque igual que el relámpago sale del oriente y se muestra hasta el occidente, así será también la venida del Hijo del hombre. |
Así que, exaltado a la diestra de Dios, y habiendo recibido del Padre la promesa del Espíritu Santo, ha derramado esto que vosotros veis y oís. | Así que, exaltado por la diestra de Dios y habiendo recibido del Padre la promesa del Espíritu Santo, ha derramado esto que vosotros veis y oís. |
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Los labios del necio provocan contienda, y su boca llama a los golpes. | Los labios del necio provocan contienda; su boca, a los azotes llama. |
Esforzándoos por preservar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz. | Procurando mantener la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz. |
La recompensa de la humildad y el temor del Señor son la riqueza, el honor y la vida. | Riquezas, honor y vida son el premio de la humildad y del temor de Jehová. |
Pero fiel es el Señor quien os fortalecerá y protegerá del maligno. | Pero fiel es el Señor, que os afirmará y guardará del mal. |
La mente del hombre planea su camino, pero el Señor dirige sus pasos. | El corazón del hombre se propone un camino, pero Jehová endereza sus pasos. |
Salí del Padre y he venido al mundo; de nuevo, dejo el mundo y voy al Padre. | Salí del Padre y he venido al mundo; otra vez dejo el mundo y regreso al Padre. |
Muchas son las aflicciones del justo, pero de todas ellas lo libra el Señor. | Muchas son las aflicciones del justo, pero de todas ellas lo librará Jehová. |
Como el agua refleja el rostro, así el corazón del hombre refleja al hombre. | Como el rostro en el agua es reflejo del rostro, así el hombre se refleja en el corazón del hombre. |
El que practica el pecado es del diablo, porque el diablo ha pecado desde el principio. El Hijo de Dios se manifestó con este propósito: para destruir las obras del diablo. | El que practica el pecado es del diablo, porque el diablo peca desde el principio. Para esto apareció el Hijo de Dios, para deshacer las obras del diablo. |
Por el Señor son ordenados los pasos del hombre, y el Señor se deleita en su camino. | Por Jehová son ordenados los pasos del hombre y él aprueba su camino. |
El aguijón de la muerte es el pecado, y el poder del pecado es la ley. | Porque el aguijón de la muerte es el pecado, y el poder del pecado es la Ley. |
Los labios del justo dan a conocer lo agradable, pero la boca de los impíos, lo perverso. | Los labios del justo saben decir lo que agrada, mas la boca de los malvados habla perversidades. |
Porque el Hijo del Hombre ha venido a buscar y a salvar lo que se había perdido. | Porque el Hijo del hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido. |
¡Oh almas adúlteras! ¿No sabéis que la amistad del mundo es enemistad hacia Dios? Por tanto, el que quiere ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios. | ¡Adúlteros!, ¿no sabéis que la amistad del mundo es enemistad contra Dios? Cualquiera, pues, que quiera ser amigo del mundo se constituye en enemigo de Dios. |
Yo soy el pan vivo que descendió del cielo; si alguno come de este pan, vivirá para siempre; y el pan que yo también daré por la vida del mundo es mi carne. | Yo soy el pan vivo que descendió del cielo; si alguien come de este pan, vivirá para siempre; y el pan que yo daré es mi carne, la cual yo daré por la vida del mundo. |
Los preceptos del Señor son rectos, que alegran el corazón; el mandamiento del Señor es puro, que alumbra los ojos. | Los mandamientos de Jehová son rectos: alegran el corazón; el precepto de Jehová es puro: alumbra los ojos. |
La ley del Señor es perfecta, que restaura el alma; el testimonio del Señor es seguro, que hace sabio al sencillo. | La ley de Jehová es perfecta: convierte el alma; el testimonio de Jehová es fiel: hace sabio al sencillo. |
La ansiedad en el corazón del hombre lo deprime, mas la buena palabra lo alegra. | La congoja abate el corazón del hombre; la buena palabra lo alegra. |
Entonces el Señor Dios dijo: He aquí, el hombre ha venido a ser como uno de nosotros, conociendo el bien y el mal; cuidado ahora no vaya a extender su mano y tomar también del árbol de la vida, y coma y viva para siempre. Y el Señor Dios lo echó del huerto del Edén, para que labrara la tierra de la cual fue tomado. | Luego dijo Jehová Dios: «El hombre ha venido a ser como uno de nosotros, conocedor del bien y el mal; ahora, pues, que no alargue su mano, tome también del árbol de la vida, coma y viva para siempre.» Y lo sacó Jehová del huerto de Edén, para que labrara la tierra de la que fue tomado. |
La gracia del Señor Jesús sea con todos. Amén. | La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con todos vosotros. Amén. |
Antes de la destrucción el corazón del hombre es altivo, pero a la gloria precede la humildad. | Antes del quebranto se engríe el corazón del hombre, pero antes de los honores está la humildad. |
Vosotros sois la luz del mundo. Una ciudad situada sobre un monte no se puede ocultar. | Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder. |
Mi alma tiene sed de Dios, del Dios viviente; ¿cuándo vendré y me presentaré delante de Dios? | Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo. ¿Cuándo vendré y me presentaré delante de Dios? |