- Pero yo os digo: No juréis en ninguna manera; ni por el cielo, porque es el trono de Dios; ni por la tierra, porque es el estrado de sus pies; ni por Jerusalén, porque es la ciudad del gran Rey.
- En gran manera me gozaré en Jehová,
mi alma se alegrará en mi Dios;
porque me vistió con vestiduras de salvación,
me rodeó de manto de justicia,
como a novio me atavió,
y como a novia adornada con sus joyas. - Jehová, no retengas de mí tus misericordias;
Tu misericordia y tu verdad me guarden siempre. - Enséñame a hacer tu voluntad, porque tú eres mi Dios;
Tu buen espíritu me guíe a tierra de rectitud. - Del mandamiento de sus labios nunca me separé;
Guardé las palabras de su boca más que mi comida. - Padre, aquellos que me has dado, quiero que donde yo estoy, también ellos estén conmigo, para que vean mi gloria que me has dado; porque me has amado desde antes de la fundación del mundo.
- No temas, porque yo estoy contigo;
no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo;
siempre te ayudaré, siempre te sustentaré
con la diestra de mi justicia. - Aclamad a Jehová, porque él es bueno;
Porque su misericordia es eterna. - Todo me es lícito, pero no todo conviene; todo me es lícito, pero no todo edifica.
- Porque yo fortaleceré la casa de Judá,
y guardaré la casa de José,
y los haré volver;
porque de ellos tendré piedad,
y serán como si no los hubiera desechado;
porque yo soy Jehová su Dios,
y los oiré. - No temáis, manada pequeña, porque a vuestro Padre le ha placido daros el reino.
- Y les dijo: Cualquiera que reciba a este niño en mi nombre, a mí me recibe; y cualquiera que me recibe a mí, recibe al que me envió; porque el que es más pequeño entre todos vosotros, ése es el más grande.
- Guárdame, oh Dios, porque en ti he confiado.
- No nos cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos.
- Porque nada hay imposible para Dios.
- Porque tú formaste mis entrañas;
Tú me hiciste en el vientre de mi madre.
Te alabaré; porque formidables, maravillosas son tus obras;
Estoy maravillado,
Y mi alma lo sabe muy bien. - Porque seré propicio a sus injusticias,
Y nunca más me acordaré de sus pecados y de sus iniquidades. - Nosotros le amamos a él, porque él nos amó primero.
- Porque el pecado no se enseñoreará de vosotros; pues no estáis bajo la ley, sino bajo la gracia.
- Me diste asimismo el escudo de tu salvación;
Tu diestra me sustentó,
Y tu benignidad me ha engrandecido.
Ensanchaste mis pasos debajo de mí,
Y mis pies no han resbalado. - Pero sea vuestro hablar: Sí, sí; no, no; porque lo que es más de esto, de mal procede.
- A ti, oh Dios de mis padres,
te doy gracias y te alabo,
porque me has dado sabiduría y fuerza,
y ahora me has revelado lo que te pedimos;
pues nos has dado a conocer el asunto del rey. - Busqué a Jehová, y él me oyó,
Y me libró de todos mis temores. - Porque si primero hay la voluntad dispuesta, será acepta según lo que uno tiene, no según lo que no tiene.
- No hagáis conmigo dioses de plata, ni dioses de oro os haréis.
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