Si tu hermano peca contra ti, repréndelo; y si se arrepiente, perdónalo. Y si siete veces al día peca contra ti, y siete veces al día vuelve a ti, diciendo: “Me arrepiento”, perdónalo. | Si tu hermano pecare contra ti, repréndele; y si se arrepintiere, perdónale. Y si siete veces al día pecare contra ti, y siete veces al día volviere a ti, diciendo: Me arrepiento; perdónale. |
Por tanto, si tu hermano peca contra ti, ve y repréndelo estando tú y él solos; si te oye, has ganado a tu hermano. | Por tanto, si tu hermano peca contra ti, ve y repréndele estando tú y él solos; si te oyere, has ganado a tu hermano. |
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Huid de la fornicación. Cualquier otro pecado que el hombre cometa, está fuera del cuerpo; pero el que fornica, contra su propio cuerpo peca. | Huid de la fornicación. Cualquier otro pecado que el hombre cometa, está fuera del cuerpo; mas el que fornica, contra su propio cuerpo peca. |
Finalmente, si una persona peca, o hace alguna de todas aquellas cosas que por mandamiento de Jehová no se han de hacer, aun sin hacerlo a sabiendas, es culpable y llevará su pecado. | Finalmente, si una persona pecare, o hiciere alguna de todas aquellas cosas que por mandamiento de Jehová no se han de hacer, aun sin hacerlo a sabiendas, es culpable, y llevará su pecado. |
El que practica el pecado es del diablo, porque el diablo peca desde el principio. Para esto apareció el Hijo de Dios, para deshacer las obras del diablo. | El que practica el pecado es del diablo; porque el diablo peca desde el principio. Para esto apareció el Hijo de Dios, para deshacer las obras del diablo. |
No he venido a llamar a justos, sino a pecadores al arrepentimiento. | No he venido a llamar a justos, sino a pecadores al arrepentimiento. |
Jesús les respondió: —De cierto, de cierto os digo que todo aquel que practica el pecado, esclavo es del pecado. | Jesús les respondió: De cierto, de cierto os digo, que todo aquel que hace pecado, esclavo es del pecado. |
¿Qué, pues? ¿Pecaremos porque no estamos bajo la Ley, sino bajo la gracia? ¡De ninguna manera! | ¿Qué, pues? ¿Pecaremos, porque no estamos bajo la ley, sino bajo la gracia? En ninguna manera. |
La integridad guía a los rectos, pero a los pecadores los destruye su propia perversidad. | La integridad de los rectos los encaminará; Pero destruirá a los pecadores la perversidad de ellos. |
Y si hacéis bien a los que os hacen bien, ¿qué mérito tenéis? También los pecadores hacen lo mismo. | Y si hacéis bien a los que os hacen bien, ¿qué mérito tenéis? Porque también los pecadores hacen lo mismo. |
Así os digo que hay gozo delante de los ángeles de Dios por un pecador que se arrepiente. | Así os digo que hay gozo delante de los ángeles de Dios por un pecador que se arrepiente. |
En mi corazón he guardado tus dichos, para no pecar contra ti. | En mi corazón he guardado tus dichos, Para no pecar contra ti. |
Porque el aguijón de la muerte es el pecado, y el poder del pecado es la Ley. | Ya que el aguijón de la muerte es el pecado, y el poder del pecado, la ley. |
Acercaos a Dios, y él se acercará a vosotros. Pecadores, limpiad las manos; y vosotros los de doble ánimo, purificad vuestros corazones. | Acercaos a Dios, y él se acercará a vosotros. Pecadores, limpiad las manos; y vosotros los de doble ánimo, purificad vuestros corazones. |
Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos, ni estuvo en camino de pecadores, ni en silla de escarnecedores se ha sentado. | Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos, Ni estuvo en camino de pecadores, Ni en silla de escarnecedores se ha sentado. |
Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad. | Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad. |
Todo aquel que comete pecado, infringe también la Ley, pues el pecado es infracción de la Ley. | Todo aquel que comete pecado, infringe también la ley; pues el pecado es infracción de la ley. |
Id, pues, y aprended lo que significa: “Misericordia quiero y no sacrificios”, porque no he venido a llamar a justos, sino a pecadores al arrepentimiento. | Id, pues, y aprended lo que significa: Misericordia quiero, y no sacrificio. Porque no he venido a llamar a justos, sino a pecadores, al arrepentimiento. |
Bueno y recto es Jehová; por tanto, él enseñará a los pecadores el camino. Encaminará a los humildes en la justicia y enseñará a los mansos su carrera. | Bueno y recto es Jehová; Por tanto, él enseñará a los pecadores el camino. Encaminará a los humildes por el juicio, Y enseñará a los mansos su carrera. |
Así como por la desobediencia de un hombre muchos fueron constituidos pecadores, así también por la obediencia de uno, muchos serán constituidos justos. | Porque así como por la desobediencia de un hombre los muchos fueron constituidos pecadores, así también por la obediencia de uno, los muchos serán constituidos justos. |
Mejor es lo poco del justo que las riquezas de muchos pecadores, porque los brazos de los impíos serán quebrados; mas el que sostiene a los justos es Jehová. | Mejor es lo poco del justo, Que las riquezas de muchos pecadores. Porque los brazos de los impíos serán quebrados; Mas el que sostiene a los justos es Jehová. |
Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros seamos justicia de Dios en él. | Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él. |
Os digo que así habrá más gozo en el cielo por un pecador que se arrepiente, que por noventa y nueve justos que no necesitan de arrepentimiento. | Os digo que así habrá más gozo en el cielo por un pecador que se arrepiente, que por noventa y nueve justos que no necesitan de arrepentimiento. |
Pero el publicano, estando lejos, no quería ni aun alzar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo: “Dios, sé propicio a mí, pecador.” | Mas el publicano, estando lejos, no quería ni aun alzar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo: Dios, sé propicio a mí, pecador. |
Mi pecado te declaré y no encubrí mi iniquidad. Dije: «Confesaré mis rebeliones a Jehová», y tú perdonaste la maldad de mi pecado. Selah | Mi pecado te declaré, y no encubrí mi iniquidad. Dije: Confesaré mis transgresiones a Jehová; Y tú perdonaste la maldad de mi pecado. Selah |