Versículos de la Biblia sobre 'Puesto'
Escogí el camino de la verdad; he puesto tus juicios delante de mí. | He escogido el camino de la verdad; he puesto tus ordenanzas delante de mí. |
A Jehová he puesto siempre delante de mí; porque está a mi diestra, no seré conmovido. | Al Señor he puesto continuamente delante de mí; porque está a mi diestra, permaneceré firme. |
Mi arco he puesto en las nubes, el cual será por señal de mi pacto con la tierra. | Pongo mi arco en las nubes y será por señal del pacto entre yo y la tierra. |
Porque así nos ha mandado el Señor, diciendo: “Te he puesto para luz de los gentiles, a fin de que seas para salvación hasta lo último de la tierra.” | Porque así nos lo ha mandado el Señor: Te he puesto como luz para los gentiles, a fin de que lleves la salvación hasta los confines de la tierra. |
Puesto que Cristo ha padecido por nosotros en la carne, vosotros también armaos del mismo pensamiento, pues quien ha padecido en la carne, terminó con el pecado. | Por tanto, puesto que Cristo ha padecido en la carne, armaos también vosotros con el mismo propósito, pues quien ha padecido en la carne ha terminado con el pecado. |
Todo lo hizo hermoso en su tiempo, y ha puesto eternidad en el corazón del hombre, sin que este alcance a comprender la obra hecha por Dios desde el principio hasta el fin. | Él ha hecho todo apropiado a su tiempo. También ha puesto la eternidad en sus corazones; sin embargo, el hombre no descubre la obra que Dios ha hecho desde el principio hasta el fin. |
Puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios. | Puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, quien por el gozo puesto delante de Él soportó la cruz, menospreciando la vergüenza, y se ha sentado a la diestra del trono de Dios. |
Así que, amados, puesto que tenemos tales promesas, limpiémonos de toda contaminación de carne y de espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios. | Por tanto, amados, teniendo estas promesas, limpiémonos de toda inmundicia de la carne y del espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios. |
De ambas cosas estoy puesto en estrecho, teniendo deseo de partir y estar con Cristo, lo cual es muchísimo mejor; pero quedar en la carne es más necesario por causa de vosotros. | Pues de ambos lados me siento apremiado, teniendo el deseo de partir y estar con Cristo, pues eso es mucho mejor; y sin embargo, continuar en la carne es más necesario por causa de vosotros. |
Pero el ángel dijo a las mujeres: «No temáis vosotras, porque yo sé que buscáis a Jesús, el que fue crucificado. No está aquí, pues ha resucitado, como dijo. Venid, ved el lugar donde fue puesto el Señor.» | Y hablando el ángel, dijo a las mujeres: Vosotras, no temáis; porque yo sé que buscáis a Jesús, el que fue crucificado. No está aquí, porque ha resucitado, tal como dijo. Venid, ved el lugar donde yacía. |
No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros y os he puesto para que vayáis y llevéis fruto, y vuestro fruto permanezca; para que todo lo que pidáis al Padre en mi nombre, él os lo dé. | Vosotros no me escogisteis a mí, sino que yo os escogí a vosotros, y os designé para que vayáis y deis fruto, y que vuestro fruto permanezca; para que todo lo que pidáis al Padre en mi nombre os lo conceda. |
Porque tú, Dios, nos probaste; nos purificaste como se purifica la plata. | Porque tú nos has probado, oh Dios; nos has refinado como se refina la plata. |
Mi escondedero y mi escudo eres tú. En tu palabra he esperado. | Tú eres mi escondedero y mi escudo; en tu palabra espero. |
Esperé yo en Jehová; esperó mi alma, en su palabra he esperado. | Espero en el Señor; en Él espera mi alma, y en su palabra tengo mi esperanza. |
Mas yo volveré mis ojos a Jehová, esperaré al Dios de mi salvación; el Dios mío me oirá. | Pero yo pondré mis ojos en el Señor, esperaré en el Dios de mi salvación; mi Dios me oirá. |
No mintáis los unos a los otros, habiéndoos despojado del viejo hombre con sus hechos y revestido del nuevo. Éste, conforme a la imagen del que lo creó, se va renovando hasta el conocimiento pleno. | No mintáis los unos a los otros, puesto que habéis desechado al viejo hombre con sus malos hábitos, y os habéis vestido del nuevo hombre, el cual se va renovando hacia un verdadero conocimiento, conforme a la imagen de aquel que lo creó. |
Juan estaba vestido de pelo de camello, tenía un cinto de cuero alrededor de su cintura, y su comida era langostas y miel silvestre. | Y él, Juan, tenía un vestido de pelo de camello y un cinto de cuero a la cintura; y su comida era de langostas y miel silvestre. |
Porque en él vivimos, nos movemos y somos; como algunos de vuestros propios poetas también han dicho: “Porque linaje suyo somos.” | Porque en Él vivimos, nos movemos y existimos, así como algunos de vuestros mismos poetas han dicho: «Porque también nosotros somos linaje suyo». |
Pero ahora que habéis sido libertados del pecado y hechos siervos de Dios, tenéis por vuestro fruto la santificación y, como fin, la vida eterna. | Pero ahora, habiendo sido libertados del pecado y hechos siervos de Dios, tenéis por vuestro fruto la santificación, y como resultado la vida eterna. |
En el último y gran día de la fiesta, Jesús se puso en pie y alzó la voz, diciendo: —Si alguien tiene sed, venga a mí y beba. | Y en el último día, el gran día de la fiesta, Jesús puesto en pie, exclamó en alta voz, diciendo: Si alguno tiene sed, que venga a mí y beba. |
Hazme oír por la mañana tu misericordia, porque en ti he confiado. Hazme saber el camino por donde ande, porque hacia ti he elevado mi alma. | Por la mañana hazme oír tu misericordia, porque en ti confío; enséñame el camino por el que debo andar, pues a ti elevo mi alma. |
Por eso puede también salvar perpetuamente a los que por él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos. | Por lo cual Él también es poderoso para salvar para siempre a los que por medio de Él se acercan a Dios, puesto que vive perpetuamente para interceder por ellos. |
Nosotros —judíos de nacimiento y no pecadores de entre los gentiles—, sabiendo que el hombre no es justificado por las obras de la Ley, sino por la fe de Jesucristo, nosotros también hemos creído en Jesucristo, para ser justificados por la fe de Cristo y no por las obras de la Ley, por cuanto por las obras de la Ley nadie será justificado. | Nosotros somos judíos de nacimiento y no pecadores de entre los gentiles; sin embargo, sabiendo que el hombre no es justificado por las obras de la ley, sino mediante la fe en Cristo Jesús, también nosotros hemos creído en Cristo Jesús, para que seamos justificados por la fe en Cristo, y no por las obras de la ley; puesto que por las obras de la ley nadie será justificado. |
Pero ahora tanto mejor ministerio es el suyo, cuanto es mediador de un mejor pacto, establecido sobre mejores promesas. | Pero ahora Él ha obtenido un ministerio tanto mejor, por cuanto es también el mediador de un mejor pacto, establecido sobre mejores promesas. |
Trabajad, no por la comida que perece, sino por la comida que permanece para vida eterna, la cual os dará el Hijo del hombre, porque a éste señaló Dios, el Padre. | Trabajad, no por el alimento que perece, sino por el alimento que permanece para vida eterna, el cual el Hijo del Hombre os dará, porque a este es a quien el Padre, Dios, ha marcado con su sello. |
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